Llevaban tiempo buscándola. Las joyas suelen permanecer ocultas, protegidas. Hay que localizarlas, analizarlas y negociar con inteligencia para hacerse con ellas. Los rastreadores del ministerio la encontraron casi sin esperarlo. En noviembre de 2019, entre los pasillos de IFEMA, las antigüedades se sucedían en un carrusel de Historia, es lo propio en ‘Feriarte’. Pocas lo hacían con el rango que otorga ser un incunable. Menos aún el de ser un ejemplar que incluyó por primera vez un mapa del mundo y otro de Europa.

Cuando lo descubrieron los técnicos del Ministerio de Transportes no se lo podían creer, ante sus ojos tenían un ejemplar de las 'Crónicas de Nuremberg’ (Liber Chronicarum). Aquel libro escrito en latín que observaban con admiración marcó un antes y un después en la cartografía. Aún lucía espléndido pese a los 527 años transcurridos desde que fue editado en 1493. Debía sumarse a la colección de cartografía y hacerlo para ocupar un lugar de honor. Acababa de comenzar un largo proceso para adquirirlo.

Un año después y no pocas arduas negociaciones más tarde, el Gobierno, el Ministerio de José Luis Ábalos, logró hacerse con él. Los 52.884 euros (más IVA) pagados han permitido que desde hace dos meses la obra de Hartmann Schedel descanse en el archivo ministerial. Las 'Crónicas de Nuremberg’, escritas en 1493, narran la historia universal basada en el relato de la Biblia. Lo hace a través de textos y grabados de ciudades europeas, personajes y mapas. Está clasificado en siete capítulos o ‘edades’ que abarcan desde la Creación hasta el Juicio Final.

Es una etapa más en la larga vida de este ejemplar que la librería anticuaria Astarloa de Bilbao ha vendido al menos en dos ocasiones desde que abrió sus puertas en 1992. Especializada en libros antiguos, muchos de los ejemplares más valiosos que posee están protegidos en la cámara acorazada de la que dispone en una de sus tres plantas. ‘Las crónicas de Nuremberg’ llegó a sus manos hace ahora 26 años. Un coleccionista quería desprenderse de él, ponerlo a la venta. Otro amante de los libros antiguos adquirió el incunable. Mucho más tarde, a finales 2018, también decidió desprenderse de él. Fue la oportunidad que hizo posible que el Gobierno lo adquiriera.

Un año de negociación

“Ha sido una negociación dura, el ministerio no regala nada. Hemos estado casi un año de tira y aflojas hasta que hemos alcanzado un acuerdo. Antes de cerrar el contrato verificaron por segunda vez la autenticidad del libro”, asegura Javier Madariaga, responsable de la librería Astarloa de la capital vizcaína. Afirma que el precio pagado no es elevado para una pieza como ésta, “diría que casi es un chollo”. El precio pagado ni siquiera alcanza los 60.000 euros en los que salió a la venta: “En el mercado internacional podría haber llegado a los 80.000 o 90.000 euros”, asegura.

La singularidad no radica sólo en su antigüedad. Tampoco en su contenido. El ejemplar adquirido por el Ministerio es voluminoso y pesado. Encuadernado en piel, las 325 hojas con 1.804 grabados de gran valor, varios de ellos de Alberto Durero, conforman un libro de gran volumen –mide 44x67 centímetros- y que pesa casi diez kilos, “es un libro tipo ‘tumbo’, a los que se llama así porque deben guardarse tumbados por sus dimensiones y peso, para evitar que se deforme”.

Los cinco siglos largos transcurridos desde que fue editado se dejan sentir en su portada, pero no tanto en sus páginas, perfectamente conservadas. “Es un libro impreso por Antonio Koberger, un gran editor. Emplearon 645 planchas de madera para obtener las ilustraciones. Emplearon papel de algodón, aún no existía el papel hecho con madera. Es mejor, no se deteriora”.

Fondo cartográfico

Ahora reposa en el fondo de cartografía que tiene el Ministerio, “uno de los más importantes de Europa”. Al igual que otros Gobiernos, como los de Inglaterra o Francia, este tipo de depósitos cartográficos son frecuentes. La incorporación de ‘Crónicas de Nuremberg’ es sin duda la adquisición más valiosa de la colección cartográfica al incluir el primer mapa del mundo y de Europa jamás editado.

La librería Astarloa de Bilbao que vendió 'Las crónicas de Nuremberg' de 1493.

De las ‘Crónicas de Nuremberg se editaron algo más de 1.400 ejemplares en latín y alrededor de 700 en alemán. De ellos, se estima que hoy sólo perviven cerca de 350. La mayor parte forman parte de bibliotecas públicas o archivos de instituciones públicas, “es decir, nunca estarán en el mercado”. El resto, cerca de 150 ejemplares, formarían parte de colecciones privadas. En nuestro país, además del adquirido por el Ministerio, otro ejemplar forma parte de una colección privada. Es la del notario bilbaíno José María Arriola integrada por más de 13.000 títulos y 20.000 documentos de gran valor, entre ellos el 'Principia Mathemática' de Newton, la enciclopedia completa de Diderot o el 'Expositio Evangeliorum', el primer libro con texto en euskera-. Se trata de una de las colecciones más importantes de Europa.

No es la primera vez que el ministerio compra piezas valiosas a esta librería bilbaína. Hace apenas un año Transportes adquirió mapas antiguos, cartografía del siglo XVIII y XIX. Entre los clientes de Astarloa también figuran el Ministerio de Cultura, la Biblioteca Nacional y el Archivo Histórico Nacional. Apenas una decena de librerías anticuarias de alto nivel como ésta operan en España: “Es complicado tener incunables. En el mejor de los casos se pueden tener cuatro, cinco o seis. Actualmente en nuestro caso tenemos cuatro”, afirma.

Códices medievales de 1.300

Madariaga asegura que ‘Crónicas de Nuremberg’ es de gran valor, “pero no necesariamente por ser incunable, por ser anterior al 1 de enero de 1.500”: “Tenemos códices medievales de los años 1.300 a 1.400. O las cartas de Napoleón Bonaparte cuando estuvo en España. Pueden ser documentos más interesantes en muchos casos que un incunable”.

Este experto en libro antiguo afirma que el Ejecutivo es muy activa en la compra de este tipo de material. Lo hacen muchos de sus ministerios en función de la disponibilidad presupuestaria. Es un modo de proteger el patrimonio y de preservarlo bajo la protección de las instituciones. También las leyes juegan ese papel. Madariaga asegura que para sacar al mercado libros con más de 100 años de antigüedad se debe contar con un permiso de exportación, “y el Estado no los suele conceder para que esos libros no salgan de suelo español”. Una medida que suele contraer la cotización de los ejemplares frente al que adquirirían en un mercado internacional.  

Aspecto del libro, encuadernado en piel.

Madariaga señala que la adquisición de este tipo de libros se pueden hacer por el apreció a lo que representan, como sucede entre los ‘bibliófilos’, “para los que es un orgullo tener un incunable de estas características”, o por pura inversión. Afirma que pese a que en España no es habitual, en otros países la adquisición de este tipo de obras forman parte de fondos de inversión.