Nadie cantó al mar como Tomás Morales. Ni a Moya ni a Gran Canaria. Y es que el que fuera el máximo representante del movimiento modernista en las islas y uno de los más importantes poetas de la literatura hispánica, llevó a la suya, de faroles rojos, noches calinas y agua verdinosa, al papel y la pluma de los poemas que lo consagraron como propulsor de la poesía canaria moderna, y alrededor del mundo. Tomás Morales Castellano nació en la villa de Moya, en la isla de Gran Canaria, en 1884. Estudió en el Colegio San Agustín de Vegueta, en Las Palmas, donde coincidió con el también poeta Alonso Quesada y el pintor Néstor Martín-Fernández de la Torre, más conocido como Néstor; y muy joven viajó a Cádiz para estudiar la carrera de Medicina, que terminaría en Madrid, donde dió rienda suelta a su vocación poética junto a Díez Canedo, Salvador Rueda, Ángel Guerra o González Blanco, con quien empezó a frecuentar los lugares de reunión y tertulia de los escritores de la época, como 'café Universal' del dramaturgo y narrador español, Francisco Villaespesa, o 'Colombine' de Carmen Burgos, quien fuera directora de la Revista Crítica.

"Tomás Morales ocupa una posición privilegiada en el amplio y variado panorama de la literatura hispánica por la calidad y singularidad de su obra, breve pero densa, dotada de unas características estéticas que la hacen fácilmente identificable; y por haberle tocado escribir en una época y un contexto verdaderamente clave para la historia de la literatura: el nacimiento de la modernidad. Morales supo aprovechar los avances artísticos de una época dorada para la cultura y adaptarlos a una poderosa visión personal", señalan desde el Cabildo de Canarias.

Si el primer poeta de España soy yo, renuncio a mi puesto a favor de Tomás Morales"

antonio machado

Sus primeros poemas se publicaron en el periódico canario El Telégrafo, en 1902, y más tarde, en la revista fundada por Villaespesa. Fue tal el éxito que, apenas seis años más tarde, llegó la publicación de su primer libro, en 1908, Poemas de la Gloria, del Amor y del Mar, incluidos en el Libro I de Las Rosas de Hércules, formado por tres grandes apartados entre los que destaca, por la repercusión que tuvo en la época, los textos dedicados al mar. "Si el primer poeta de España soy yo, renuncio a mi puesto a favor de Tomás Morales", dijo Antonio Machado, después de vivir la disertación del poemario, en el Ateneo de Madrid, el 2 de febrero de 1919. 

Tomás Morales (a la dcha.) junto a Alonso Quesada. lp / dlp

Tras publicarlo y acabar su carrera, de la que obtendría el título de Doctor al año siguiente, Tomás regresó definitivamente a Gran Canaria, donde fue nombrado médico titular en Agaete en 1911. En 1921 Morales fue elegido Vicepresidente del Cabildo insular de Gran Canaria, aunque su carrera política sería efímera por su muerte prematura el 15 de Agosto de 1921, con 36 años de edad. "La publicación en junio de 1908 de Poemas de la Gloria, del Amor y del Mar supuso un giro en la sensibilidad poética del momento. Dos cuestiones fueron señaladas ampliamente por la crítica: la visión marina y la magnífica factura del verso".

Tomás Morales sólo publicó dos obras en vida, Poemas de la gloria, del
amor y del mar
, editado en Madrid en 1908 por la imprenta Gutenberg-Castro y Cía; y Las Rosas de Hércules del que se conoce la edición en vida del autor del libro II, en 1919, por el librero Gregorio Pueyo. El libro I, que constituía una edición aumentada y revisada de los Poemas de la gloria, del amor y del mar, con prólogo del también poeta postmodernista, traductor y crítico literario español, Enrique Díez-Canedo, se publicaría póstumamente en 1922.

Un monumento funerario y la Casa-Museo

Canarias fue una importante fuente de inspiración para el poeta y su obra, reconocida en la actual Casa-Museo Tomás Morales de Moya, que ocupa la casa natal del escritor, en pleno centro de la localidad. El edificio fue adquirido por el Cabildo de Gran Canaria a los herederos del poeta en 1966, e inaugurado como casa-museo en octubre de 1976 con el objetivo de "salvaguardar la memoria y asegurar la proyección de la obra del poeta modernista, producción que traspasó las fronteras insulares y penetró en la cultura modernista hispánica".

Así, el museo guarda el patrimonio documental, museográfico y testimonial del poeta, que incluye sus objetos personales, mobiliario y piezas de arte, como la reproducción casi literal, del que fue su despacho. Ahí están su escritorio, su silla, su abrecartas o la lámpara que iluminó sus momentos de máxima inspiración, unidas a un monumento fúnebre en el Cementerio de Las Palmas, por el escultor Victorio Macho, que también rinde homenaje al poeta del archipiélago e isla que ocupó sus versos.

¿Qué ver en Gran Canaria?

Roque Nublo

El Roque Nublo o hijo del volcán, es un monolito situado en el municipio de Tejeda y es considerado uno de los símbolos más emblemáticos de la isla desde que en 1994 fuera protegido por la ley Espacios Naturales de Canarias como monumento natural. Y es que se trata de un resto erosivo de una colada piroclástica de bloques y cenizas soldadas originada por la erupción explosiva de un estratovolcán que pudo alcanzar hasta los 3000. En la antigüedad fue utilizado como lugar de culto aborigen y se estima que el roque se eleva cerca de 1813 sobre el nivel del mar.

Dunas de Maspalomas

La Reserva Natural Especial Dunas de Maspalomas, también conocidas como el mar de arena, son un conjunto de dunas situadas en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, al sur de Gran Canaria, originadas hace cientos de años con restos de organismos que el viento disemina y reparte por el territorio. Se trata de un espacio natural con la categoría de reserva natural especial que recoge y marca los senderos por los que puede transitar el público.

Tras el confinamiento consecuencia de la pandemia del coronavirus, las Dunas de Maspalomas han recuperado su aspecto de hace 50 años y se han logrado recuperar 40.000 toneladas de arena para darles una segunda vida formando nuevas dunas, que hace varias décadas llegaban a setenta metros del mar, y hace unos años, se encontraban a doscientos metros.

Puerto de Mogán

El Puerto de Mogán es uno de los destinos mejor valorados por los turistas europeos que visitan Canarias probablemente, porque es uno de los destinos europeos que registran un mayor número de días de sol al año. Este acogedor puerto pesquero del sur de Gran Canaria mantiene el ambiente de un barrio marinero típico de la isla y destaca por una singular arquitectura de calles colorinas y vivaces, que contrastan con las flores buganvillas de sus jardines o los puentes y un paseo marítimo lleno de bares, cafeterías y restaurantes.

Barranco de Guayadeque

De unos 11km de largo y más de 1000 metros de desnivel, el Barranco de Guayadeque es "la pequeña joya natural" que comparten los municipios de Ingenio y Agüimes, al sur de Gran Canaria. Destaca por sus restos arqueológicos prehispánicos y las más de 68 especies de plantas autóctonas y 36 especies de vertebrados, así como por la gran cantidad de casas-cuevas que hay -incluso una ermita- y varios restaurantes cavados en la roca.

En 2005, el enclave fue declarado como Monumento Natural por la Ley de Espacios Naturales de Canarias y como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica por la ley de Patrimonio Histórico de Canarias.

Playa de las Canteras

Las Canteras de Las Palmas de Gran Canaria está considerada como una de las mejores playas urbanas del mundo. La playa posee una gran diversidad medioambiental, con más de dos centenares de algas diferentes y con una fauna que se pueden observar practicando snorkel o remando en un kayak transparente. La oferta deportiva incluye también piragüismo, surf o paddle surf. Por su parte, en el paseo marítimo existe una gran oferta de restauración y servicios con restaurantes con comida local, como las típicas papas con mojo, pescados locales o postres elaborados con gofio, entre otros.

Vegueta

Situada en el sur de la capital de Gran Canaria, Vegueta se convirtió en el núcleo fundacional de Las Palmas de Gran Canaria a finales del siglo XV. Destaca por edificios como la Casa de Colón, la catedral de Santa Ana, el Museo Canario o el Gabinete Literario, así como por sus paseos urbanos por calles de adoquines y rincones pintorescos, y por su amplia oferta comercial del casco antiguo de la ciudad y calle de Triana.

El poema: 'Puerto de Gran Canaria'

Puerto de Gran Canaria sobre el sonoro Atlántico,
con sus faroles rojos en la noche calina
y el disco de la luna bajo el azul romántico
rielando en la movible serenidad marina

Silencio en los muelles en la paz bochornosa,
lento compás de remos, en el confín perdido
y el leve chapoteo del agua verdinosa
lamiendo los sillares del malecón dormido

Fingen en la penumbra fosfóricos trenzados
las mortecinas luces de los barcos anclados
mirando entre las ondas muertes de la bahía.

Y de pronto, rasgando la calma, sosegado,
un cantar marinero, monótono y cansado,
vierte en la noche el dejo de su melancolía.