Primera medida de la ejecutiva del PSOE de este lunes, la primera sin Santos Cerdán como secretario de Organización. Pedro Sánchez planteó a su dirección que, a partir de ahora, un equipo de cuatro personas asuma las riendas del aparato del partido hasta el próximo comité federal, que estaba programado para el próximo 5 de julio en Sevilla, aunque podría adelantarse y celebrarse finalmente en Madrid, como siempre.

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Quienes se hacen cargo a partir de ahora de Organización son, según confirmaron fuentes de Ferraz, la presidenta del partido y exministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona; la secretaria de Trabajo, Economía Social y Trabajo Autónomo (y también número dos del Grupo Socialista en el Congreso), Montse Mínguez; el responsable de Acción Democrática y Transparencia, Borja Cabezón, y la gerente del PSOE, Ana María Fuentes. Hay dos madrileños, Narbona y Cabezón, ambos próximos al presidente del Gobierno, una andaluza, Fuentes, y una dirigente del PSC, Mínguez, un valor al alza para los socialistas. Narbona lleva presidiendo el PSOE desde 2017, desde el 39º Congreso Federal, el que entronizó a Sánchez tras la batalla de primarias contra Susana Díaz y Patxi López. Cabezón ha sido considerado siempre ahijado político del expresidente Felipe González.

Según indicó Ferraz, los cuatro se harán cargo de la Secretaría de Organización de forma transitoria hasta el próximo comité federal —máximo órgano del partido entre congresos—, en el que "presentarán medidas de control y regeneración". En este trabajo, señala la dirección, también se integra la Fundación Avanza, el think tank de los socialistas que preside el economista Manu Escudero.

Cerdán, que hoy lunes informó al Supremo de que dejará su escaño en el Congreso en las próximas horas, lo que le hará perder su condición de aforado, cursó también su baja de militancia en el partido, que ya se ha tramitado, según confirmaron fuentes de Ferraz. El paso dado por el ex número tres evita a la dirección tener que abrirle un expediente disciplinario para acabar echándolo.

La dirección ejecuta la expulsión de Ábalos como militante casi 16 meses después de que se le suspendiera como afiliado por el 'caso Koldo'. Cerdán pide su baja voluntaria, lo que evita que el PSOE tenga que tramitar un expediente para echarlo

La decisión de Sánchez de promover una cúpula interina supone, tal como se esperaba, la depuración de los colaboradores directos de Cerdán en el aparato. Así, el secretario general penaliza a tres diputados nacionales que eran los hombres de confianza del ya caído número tres: el jiennense Juanfran Serrano, que era su adjunto, Javier Alfonso Cendón (también secretario provincial de León, un dirigente que hasta ahora ha contado con la complicidad y la promoción del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero), y el abulense Manuel Arribas, miembro de la dirección del PSOE de Castilla y León (no de la ejecutiva federal).

Reunión de la ejecutiva federal del PSOE, este 16 de junio de 2025 en la sede de Ferraz. | FLICKR PSOE / EVA ERCOLANESE

Con la decisión de este lunes, el presidente del Gobierno gana tiempo para seguir pensando más soluciones, precisamente cuando su partido vive con el alma en un puño por si hay más revelaciones explosivas después del informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil del pasado jueves, que apuntó a que Cerdán era el que presuntamente gestionaba el cobro de comisiones ilegales obtenidas a partir de la manipulación de contratos de obras públicas, el supuesto eje de una trama criminal que integraban el exministro José Luis Ábalos y su exasesor, Koldo García.

La elección del equipo de transición supone la depuración, como se esperaba en el partido, de los dos colaboradores de Cerdán en la cúpula, Juanfran Serrano y Javier Alfonso Cendón

Ferraz también informó de que la comisión federal de ética y garantías cerró el expediente sancionador de Ábalos por parte del instructor, "con la recomendación de expulsión del militante". La dirección ejecutó esa expulsión, que llega casi 16 meses después de que se le suspendiera cautelarmente de militancia, en cuanto estalló el caso Koldo. Hasta ahora, Ferraz se había negado a echar del partido al exministro, con el argumento de que tenía que ser garantista con los derechos de sus afiliados. Pero lo cierto es que ahora ejecuta la sanción máxima después de la caída de Cerdán, cuando la crisis es gravísima. Son nada más y nada menos que dos secretarios de Organización sucesivos, los dos elegidos por Sánchez, los que están implicados en una causa de presunta corrupción.

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