La cita apenas ocupará tres horas, se celebrará en el complejo de La Moncloa sin presencia de los ministros de Sumar y no irá acompañada de rueda de prensa ni de una declaración institucional. La XIII Reunión de Alto Nivel (RAN) entre España y Marruecos que se celebra este jueves preocupa en las Islas Canarias, convertida en un territorio de fricción geopolítica. La opacidad del encuentro, precedida por las reclamaciones expansionistas de Marruecos sobre las aguas del Sáhara Occidental y el archipiélago y la ausencia del Gobierno autonómico en la mesa, vuelve a alimentar un malestar que crece desde hace años, a medida que Rabat intensifica sus aspiraciones sobre aguas, aire y recursos frente a Canarias.
“Que se celebre una reunión de este nivel, sin la suficiente transparencia, sin que sepamos exactamente cuáles son los asuntos a tratar y sin presencia de Canarias me produce muchos recelos. Da muy malas vibraciones”, reconoce a El Independiente Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria y dirigente de Nueva Canarias. La preocupación no es nueva, pero sí creciente. Y sus razones resultan claras: la disputa marítima, el control del espacio aéreo saharaui -que, medio siglo después de la invasión marroquí, se gestiona desde Canarias-, las presiones migratorias y el avance de una estrategia marroquí que —alerta— persigue cercar progresivamente a Canarias.
Una “relación estratégica” que deja a Canarias en la intemperie
En los días previos a la RAN, el medio Atalayar, cercano al régimen alauí, agitó la agenda con una detallada lista de las reclamaciones que el reino alauí reclama a España. Una narrativa que los políticos canarios consultados por este diario consideran peligrosa. “La delimitación marítima es un conflicto que se recrudece cada vez que se intenta avanzar en negociaciones de este tipo. Marruecos reclama una y otra vez, unilateralmente, zonas marítimas que se solapan con áreas próximas a Canarias lo que afecta a zonas de pesca históricas, recursos submarinos estratégicos (telurio, cobalto y tierras raras) y al control del Atlántico. Una histórica reivindicación marroquí que, en caso de salir adelante, nos llevaría a un profundo daño económico, ecológico y estratégico”, advierte Morales en un artículo publicado en su blog.
A su juicio, las aspiraciones sobre aguas canarias y el monte submarino Tropic -rico en minerales estratégicos y tierras raras- forman parte de “un chantaje permanente” ejercido desde Rabat. “Siempre han usado la migración como un arma arrojadiza. Lo hemos vivido en las últimas décadas. Cuando Marruecos presiona a España, se produce aquí una intensificación de la llegada de inmigrantes desde ese país. Esa es la realidad. Se produce una presión y un chantaje permanentes. A mí no me parece casual que en la víspera de esta reunión un medio ligado al lobby marroquí ponga de actualidad las demandas de siempre de Marruecos con respecto a Canarias”, desliza.
Es una presión y un chantaje permanentes
El citado artículo llega incluso a ofrecer “seguridad reforzada para Canarias” a cambio de las cesiones de España. “Esta narrativa, sin embargo, deja fuera el principal punto de fricción: el impacto asimétrico de estos acuerdos en un territorio como Canarias, a la que se pretende utilizar como moneda de cambio. Aunque el marco “win-win” -donde todas las partes involucradas buscan y logran un beneficio mutuo- es válido a nivel macroeconómico, en Canarias el panorama es diferente. El archipiélago, por su proximidad a Marruecos y su posición estratégica en el Atlántico, es el territorio español que más puede verse afectado y sacrificado por los pactos bilaterales en aspectos de crucial relevancia”, opina Morales.
Una inquietud que también traslada Carmelo Ramírez, consejero del Cabildo de Gran Canaria y profundo conocedor del conflicto saharaui. “No confío en el entreguismo que tiene el Gobierno de España en las relaciones bilaterales con Marruecos. De la noche a la mañana varió su posición en el Sáhara y eso condiciona muchos temas: el mar territorial, el espacio aéreo en el Sáhara Occidental. Que se haga una reunión prácticamente secreta en cuanto a los temas nos preocupa muchísimo”, considera Ramírez. “Hay que tener en cuenta que Marruecos está haciendo una gran inversión económica en armamento de Estados Unidos. La relación del conflicto del Sáhara puede crear en el futuro un conflicto mucho mayor por la posición de Argelia. Que Argelia no va a permitir el incumplimiento de la legalidad internacional, la ocupación ilegal del Sáhara por parte de Marruecos y que no se respete el principio de autodeterminación”.
La clave es geográfica y geopolítica. La cercanía a Marruecos convierte a Canarias en el territorio español más expuesto a cualquier redefinición de fronteras marítimas, a los movimientos militares o diplomáticos en el Sáhara Occidental y al manejo de la migración como herramienta de presión. La delimitación marítima es el núcleo del conflicto. Marruecos ya aprobó unilateralmente en 2020 leyes para extender su Zona Económica Exclusiva e incorporar aguas saharauis, un movimiento contestado internacionalmente pero ejecutado de facto. Ahora Rabat aspira a ampliar su plataforma continental hasta 350 millas, lo que afectaría directamente al espacio marítimo canario.
“Sería un asedio marítimo”, alerta Ramírez. “Canarias está a 100 kilómetros del Sáhara. Si Marruecos logra esa ampliación, envolvería a las islas y generaría un conflicto enorme”, pronostica. El temor no es retórico: bajo el Monte Tropic —a 250 kilómetros del archipiélago— reposan reservas estratégicas de telurio, cobalto y tierras raras. Su potencial económico convierte ese punto del Atlántico en uno de los grandes tesoros minerales del futuro.
La idea de crear una Zona de Desarrollo Conjunto entre España y Marruecos —promovida por Rabat— es, a juicio de Morales, “una trampa para Canarias”. “Establecer una ZDC en un área que, por geología y proximidad, debería corresponder a la plataforma continental extendida de Canarias, supone legitimar la pretensión marroquí sobre ese espacio. Es ceder antes de negociar. En cualquier empresa conjunta, Marruecos, como estado continental con fuertes apoyos políticos, tendría una posición de fuerza abrumadora frente a los intereses canarios. La historia demuestra que en estos esquemas, la parte más débil suele salir perdiendo”:
Otro elemento de preocupación es el control del espacio aéreo sobre el Sáhara Occidental, hoy gestionado desde el Centro de Control de Gran Canaria. Rabat insiste desde hace años en asumir esa competencia y el ministerio de Exteriores que dirige el socialista José Manuel Albares ya admitió hace dos años que había emprendido negociaciones para “su cogestión”. “No es un asunto técnico, es un tema de soberanía y seguridad”, subraya Morales. “Cederlo debilitaría a España y a la OTAN en el flanco sur.” Ramírez coincide y añade un componente estratégico: “Marruecos quiere control por tierra, mar y aire. Forma parte de una estrategia integral de dominio regional”.
Una cumbre breve, exprés y sin Canarias
La RAN llega envuelta en misterio. Según la agenda oficial, el encuentro ocupará apenas tres horas y media —de 10:00 a 12:40—, sin comparecencia ante la prensa ni declaración escrita. Tampoco acudirán la vicepresidenta Yolanda Díaz ni los ministros de Sumar. “Es muy sospechoso”, lamenta Ramírez. “Sin transparencia y sin preguntas de los periodistas, cuesta creer que no se oculten compromisos que puedan afectar a España y, especialmente, a Canarias”, esboza.
La ausencia de Canarias en la mesa ha irritado a todos los sectores consultados. El presidente canario Fernando Clavijo solicitó estar presente y Moncloa rechazó la petición. Fuentes de la presidencia canarias reconocieron a este diario que se ha enviado una carta a Albares a modo de protesta y presentando los asuntos que preocupan en el archipiélago. Entre ellos, figuran “la delimitación de los espacios marítimos, que afecta a competencias, recursos y equilibrios territoriales de gran relevancia para el archipiélago; “el control de los movimientos migratorios, donde Canarias ha asumido de manera sostenida una presión notable que exige coordinación permanente y capacidad de interlocución directa”; o “la explotación de los recursos naturales, un asunto especialmente sensible por sus implicaciones económicas, medioambientales y estratégicas”.
España salió de la legalidad internacional y nos dejó en una posición de extrema vulnerabilidad
El clima se ha enrarecido, advierten las fuentes canarias consultadas, después de que el Gobierno de Pedro Sánchez apoyara en 2022 el plan marroquí para el Sáhara Occidental, rompiendo el tradicional respeto español al marco de Naciones Unidas. Una posición unilateral que ha sido censurada y cuestionada sistemáticamente desde entonces por todo el arco parlamentario excepto el PSOE. “Eso cambió todo”, asegura Morales. “España salió de la legalidad internacional y nos dejó en una posición de extrema vulnerabilidad”.
Ahora admiten que Marruecos llega a la cumbre con España crecido y envalentonado por la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que el pasado 31 de octubre priorizó el plan de autonomía -un pliego de tres folios presentado en 2007 y no desarrollado desde entonces- sin descartar el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui ni otras opciones. Rabat ha usado el texto -que tardó semanas en ser publicado por la ONU- como un ejemplo de su victoria definitiva aunque la resolución no modifica el estatus jurídico del territorio, pendiente de descolonización.
“La defensa de los intereses de Canarias no puede separarse de la defensa de los derechos del pueblo saharaui”, dice Morales. Para Ramírez, el riesgo no solo es jurídico: “Si Marruecos continúa con hechos consumados en el Sáhara y España lo acepta, puede generarse un conflicto regional. Argelia ya ha advertido de ello”.
El archipiélago siente que está quedando relegado en decisiones que afectan de manera directa a su futuro económico y geoestratégico. “No podemos ser un actor secundario”, escribe Morales. “La clave será si España integra al archipiélago en la toma de decisiones o permite que el win-win se convierta en un win para unos y riesgo para otros” De fondo, late una sospecha que Morales y Ramírez verbalizan sin reparos: el temor a que Rabat intente vincular la soberanía del Sáhara con la de Canarias. “Es absolutamente inaceptable”, sentencia Morales. “Claro que lo tememos”, admite Ramírez. “Marruecos ha puesto en circulación esa idea en sus medios. Es un chantaje enorme”.
“España debe defender con firmeza la mediana marítima impidiendo que Marruecos amplíe unilateralmente su Zona Económica Exclusiva. No puede ceder en el establecimiento de mecanismos bilaterales de control y de protección de recursos. Y debe garantizar que Canarias se beneficie del incremento del comercio y de inversiones energéticas y tecnológicas y que el archipiélago se afiance como hub logístico entre Europa, África y América. Que se produzca un win-win real también para Canarias”, detalla Morales, quien reivindica al mismo tiempo el respeto al derecho internacional y la resolución conforme a derecho de la larga espera de los saharauis.
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hace 6 segundos
Llama la atención que el presidente de Canarias proteste por no haber sido invitado a la RAN con Marruecos, y que tema que lo acordado pueda perjudicar al archipiélago.
Sin embargo, él, miembro de Coalición Canaria, viajó recientemente a Marruecos y se mostró comprensivo con el cambio de postura de Pedro Sánchez, partidario de un Sáhara marroquí.
Además, el vicepresidente económico de Canarias no tiene inconveniente en defender las posibilidades que ofrece el Sáhara Occidental (ocupado por Marruecos) a los empresarios isleños.
¿A qué juegan?