Nos pasa a los que observamos el Brexit desde que Boris Johnson derribó a Theresa May como al personaje de Bill Murray cuando se despierta en Japón con jet-lag. La cosa ya era difícil de entender, pero con la dislocación espacio-temporal que causa el primer ministro a uno se le va poniendo esa carita que a Murray le queda tan bien en la carátula de la película: uno no sabe qué está pasando, ni dónde está ni, desde luego, a dónde va.
Para seguir leyendo Regístrate GRATIS
Identifícate o Regístrate con:
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 El Gobierno aprueba la nueva ayuda de 200 euros para la crianza
- 2 El rabo, Morante, quieren el rabo
- 3 Estos son los posibles sucesores del Papa Francisco
- 4 Prisa teme una represalia de su principal acreedor
- 5 Sánchez inyectó 10.500 millones en Defensa tras las visitas de Escribano a Moncloa y el fiasco de la compra de Santa Bárbara
- 6 Ferrovial revoluciona la rehabilitación de edificios
- 7 Por qué las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia creemos que el Papa Francisco ha fracasado
- 8 La nueva ley que sanciona a los funcionarios por llegar tarde
- 9 Sánchez: rearme y apocalipsis