Los populares no terminan de respirar tranquilos. Ni siquiera el hecho de que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias hayan alcanzado un principio de pacto de Gobierno les tranquiliza, porque la realidad es que dicho acuerdo sigue necesitando de apoyos externos para poder salir adelante y no está escrito que esto esté asegurado. Y el principal temor de no pocos de ellos es que una nueva repetición electoral "termine de catapultar a Vox", dice un líder territorial. Otro, incluso, cifra ese crecimiento: "se pone en más de cien diputados".

Si bien el presidente del PP, Pablo Casado, dijo claramente este martes que no va a ser "partícipe" de la investidura de Sánchez, sabe que en su partido ese es un tema que dista mucho de estar cerrado. Desde su portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, a barones como el gallego Alberto Núñez Feijóo, defienden que el PP debe ser parte de la gobernabilidad de este país por lo que hay que buscar una vía para desbaratar el acuerdo de las izquierdas y "ahuyentar al PSOE de la radicalidad", tesis a la que también se ha sumado el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno. Álvarez de Toledo ha apelado a una gran coalición PSOE-PP-Ciudadanos y Feijóo, además, al diálogo con la reclamación de que "ofrezcamos al PSOE hablar ya".

"Hay que hacer lo que sea, lo que sea, para que no haya elecciones", dice un barón territorial

El presidente de Castilla y León, Alfono Fernández Mañueco, ha sido uno de los que ha verbalizado en la reunión que "no puede haber otras elecciones". Otros, en privado, no apuestan por una fórmula concreta, pero sí defienden que "hay que hacer lo que sea para que no haya nuevas elecciones, lo que sea". Y eso pasa por hacer también mucha pedagogía que explique, por ejemplo, un apoyo de investidura poniendo el acento en que el proyecto de Vox "nos coloca fuera de la Unión Europea y eso es letal para el mundo rural o la defensa del estado autonómico como algo bueno para España".

Lo cierto es que los 52 escaños de Vox se perciben como una seria amenaza y, aunque parece que puede haber un acuerdo en torno al PSOE y Unidas Podemos que sume al PNV, canarios, cántabro, turolense, Bildu, ERC y hasta Ciudadanos, que ya ha dicho que no, los números son tan ajustados que podría haber dificultades para que Sánchez se hiciera con la investidura. Mucho más fácil lo tenía tras el 28-A y los resultados son de sobra conocidos. No parece que el PP esté por permitir la irrupción de un gobierno PSOE-UP si no lo hizo cuando Sánchez apostaba por un Ejecutivo monocolor.

Génova se cuestiona por vez primera que Casado deba ir a Moncloa si le llama Sánchez

Casado todavía espera un telefonazo de Sánchez después de que éste le hiciera el lunes, vía whatsapp, acuse de recibo de una llamada que el candidato popular le hizo en la noche del domingo para felicitarle por su resultado. En Génova no ocultan su incomodidad por el hecho de que el presidente en funciones no se haya dirigido al líder de la oposición mientras negociaba con Pablo Iglesias. El malestar es tan indisimulado que fuentes populares llegan a preguntarse el objetivo de una reunión de Casado en Moncloa. "¿Para qué?, ya veremos", advierten. Lo cierto es que Casado no ha dejado de acudir ni a una sola de las citas monclovitas aunque sólo haya sido para expresar sus discrepancias con Sánchez.

Por otro lado, ha habido coincidencia en el comité ejecutivo popular respecto a la línea de moderación y de centralidad de la campaña de Casado. Así, al menos, lo han puesto de manifiesto la mayor parte de los dirigentes territoriales, que han insistido en seguir por la misma línea tanto en la forma como en el fondo para marcar distancias con el partido de Santiago Abascal.

Aunque es cierto que los populares se han puesto de inmediato a trabajar en la unidad del centro-derecha, sobre todo aprovechando la extrema debilidad de Ciudadanos tras la dimisión de su líder, Albert Rivera, por el descalabro electoral, no creen que pudiera fructificar un acuerdo antes de la primavera del año que viene. Sería entonces el momento de ir a una nueva convocatoria electoral de la que una buena parte del PP no quiere ni oír hablar.

Al menos les queda el consuelo de pensar que Sánchez tampoco quiere nuevas elecciones tras su apuesta fallida. Seis meses más tarde la alianza con Iglesias suma 155 escaños, frente a los 165 del 28-A. Es verdad que hay que añadir los tres escaños de Íñigo Errejón, pero aún necesitan muchos más apoyos para sacar adelante una legislatura que el presidente del Gobierno en funciones cree que puede dar una estabilidad de cuatro años que Génova ve imposible.