El cargo de presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), siempre en entredicho, es un puesto que ha pasado de la inmovilidad total durante la etapa de Jose María Villar -al frente durante 29 años- a la volatilidad absoluta en la que se encuentra en la actualidad.
La presidencia de Luis Rubiales, iniciada con la polémica destitución de Julen Lopetegui a horas del debut en Rusia 2018 y extinta tras su inhabilitación por el beso a Jenni Hermoso, ha dado lugar a un tiempo extremadamente convulso en el ente federativo.
Con la salida de Rubiales, investigado por administración desleal, falsedad documental y corrupción en los negocios, Pedro Rocha ha llegado a lo más alto de la Federación como presidente de la Junta Gestora. Ahora, Rafael del Amo le ha cogido el testigo. El proceso de regeneración de la Federación podría provocar que en menos de un año haya cuatro presidentes. De hecho, cuando caduque la Asamblea actual después del verano, se debería elegir a un hipotético quinto máximo mandatario que se auparía al trono federativo para la siguiente legislatura.
La RFEF se define a sí misma como "una entidad asociativa privada de utilidad pública". Es un caso complejo, ya que ejerce, bajo la coordinación y tutela del Consejo Superior de Deportes, funciones públicas como organizar las competiciones oficiales dentro del ámbito estatal, aunque a efectos prácticos funciona como una figura privada.
Notoriedad pública
La posibilidad de acceder a lo más alto de la institución que integra las 19 federaciones de ámbito autonómico, los futbolistas, los árbitros, los entrenadores, la Liga Nacional de Fútbol Profesional y las federaciones de fútbol sala y de playa, va mucho más allá de eso.
Tal y como describe el propio organismo en su página web, en virtud de sus responsabilidades, la Federación ostenta la representación de la FIFA y de la UEFA en España, y lo que parece más importante, "así como la de España en las actividades y competiciones de carácter internacional celebradas dentro y fuera del territorio del Estado. A tal efecto es competencia de la REF la selección de los futbolistas que hayan de integrar cualesquiera de los equipos nacionales".
Fuera de España, el presidente de la Federación de Fútbol hace de presidente de todo lo que concierne al deporte rey en el país. Villar era presidente de la RFEF, pero más allá de los pirineos se veía como el jefe de los Casillas, Xavi, Iniesta y compañía. Presidir una Federación como la Española, protagonista de una hegemonía histórica entre 2008 y 2012 en la sección masculina y reciente campeona del mundo en la femenina, puede ser un trampolín a las puertas de UEFA y FIFA, donde el altavoz es todavía mayor y las retribuciones complementan el alto salario del ente federativo.
Alta retribución salarial
Uno de los asuntos que mayor controversia generó en torno a la figura de Rubiales, más después de los sucesivos escándalos en torno a su figura, fue su sueldo. La Asamblea aprobó en 2022 una considerable mejora salarial para el presidente, que pasó de cobrar un fijo de 150.000 euros brutos más un 0,15% de los ingresos federativos a percibir 634.518,19 euros brutos ese mismo año. Además, hay que sumar la ayuda a la vivienda de otros 3.000 euros mensuales, 36.000 al año.
Las cuentas de la Federación son las de un transatlántico del fútbol: 2023 se cerró con unos ingresos de más 382 millones de euros, que se alimentó principalmente de los casi 122 millones procedentes de los derechos audivisuales de las selecciones y de las competiciones y de los más 75 millones de euros obtenidos en patrocinios y merchandising.
Al frente de semejante empresa, se postulan Carlos Herrera, uno de los grandes exponentes de la radio en España, y Eva Parera, exdiputada en Cataluña. Además, todo apunta a que Pedro Rocha buscará perpetuarse en el cargo.
Según la auditoría encargada por la RFEF a EY, con datos de 2022, la federación cuenta con 437 empleados. Si se tienen en cuenta los puestos de trabajo que requiere en espacios determinados como la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, la cifra alcanza los 499.
El ente federativo se divide en tres órganos principales: el de Gobierno, representación y gestión, formado por la Asamblea General y su Comisión Delegada, el Presidente, y la Junta Directiva; el de control, con el Comite de Auditoría y de Control Económico Externo, la Comisión del Cumplimiento Normativo, y el órgano de control de los derechos audiovisuales de la RFEF; y el complementario.
Funcionamiento electoral de la Federación
Para que los candidatos se hagan con la presidencia de la RFEF serán claves los votos de clubes y futbolistas, cuya aportación al censo es del 75% de los 123 miembros electos, mientras que el respaldo de entrenadores (15%) y árbitros (10%) puede ser menor pero también decisivo.
El domingo 7 de abril se abre un plazo de 5 días naturales para la presentación de candidaturas, que necesitará un mínimo de 21 avales. Después, se establecerán dos días para posibles recursos ante el TAD de las mismas, posteriormente las candidaturas serán definitivas.
Los 19 votos procedentes de las federaciones territoriales guardan cierta relación con la política, ya que las instituciones de cada comunidad autónoma se apoyan en el poder partido político que gobierne en cada región (PNV en País Vasco, PP en Madrid, PSOE en Castilla La-Mancha...).
Para conseguir ser presidente de la RFEF, el candidato necesita obtener mayoría absoluta en primera vuelta. En segunda, con mayoría simple basta. Además, en esta segunda ronda ya solo participarían los dos más votados en la primera. Cada asambleísta votará a los aspirantes en un proceso que ha de hacerse aunque solo haya un candidato. Cabe destacar que en las elecciones que se celebrarán el 6 de mayo sólo se eligirá al presidente; es decir, que la Asamblea actual votará, por lo que si finalmente se presenta Pedro Rocha no se esperan sorpresas.
Este mandato se prolongará hasta después de verano, fecha en la que caduca la Asamblea actual. Para entonces, habrá que formár una nueva Asamblea, que más tarde será la que nombre al presidente electo para el ciclo olímpico 2024-2028.
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hace 7 meses
Ha habido tres presidentes, desde los años 70 hasta ahora, que digamos han tenido un proceder muy personal y mediático .Pablo Porta, Ángel María Villar y Luis Rubiales. La mayoría ya conoce el desenlace, sobre todo de los dos últimos, de una gestión de auténticos sinvergüenzas. Pero ya son historia. Creo que el fútbol español, a nivel federativo, tiene que conseguir una total regeneración. Y esa pasa por Carlos Herrera. Lo tiene todo para lograrlo, personalidad, prestigio, experto en dirigir grupos humanos, etc,etc. Y además su pasado profesional no ha estado vinculado con el fútbol, al margen de ser un aficionado más, como cualquiera de nosotros.Se perderá a un gran comunicador pero el fútbol español se lo agradecerá. Al tiempo.