El pasado 2 de marzo Snap, la matriz de Snapchat, hacía su debut en bolsa rodeado de una euforia que, ya por entonces, se antojaba desmedida. Los inversores se lanzaron a por sus acciones, que debutaron a un precio de 17 dólares, ávidos de hacerse con una participación en una de las redes sociales de moda.

El optimismo por el futuro de la compañía, sin embargo, ya ha quedado atrás. El valor de los títulos de la firma dirigida por Evan Spiegel cayó por debajo de los 17 dólares en la sesión bursátil de este lunes en Wall Street por primera vez en su corta vida.

Ya estuvo cerca de perder esa cota psicológica el pasado 15 de junio, pero las acciones aguantaron y se quedaron al límite. Sin embargo, este lunes cerraban en 16,99 dólares y en el periodo de negociación pre market caían otro 3% hasta el entorno de los 16,5 dólares. Lejos quedan ya los 27,09 dólares que se alcanzaron el 3 de marzo, cuando las subidas eran en dobles dígitos. Desde aquel primer viernes de marzo la caída ronda el 37%.

Las acciones llevan cerrando en rojo seis sesiones consecutivas, si bien son pérdidas leves. Esta circunstancia ha provocado que la capitalización bursátil esté en 20.000 millones de dólares, poco más de 17.500 millones de euros.

Snapchat está teniendo problemas para mantener el nivel de innovación que sí tienen rivales directos como Instagram o Facebook. También es cierto que la competencia es compleja, ya que el imperio de Zuckerberg ha tomado la estrategia de imitar todas las nuevas herramientas que implementa la red social de contenido efímero.

El problema para la firma de Spiegel no es sólo perder el precio con el que debutaron en bolsa, es que el desplome puede ser aún mayor cuando se acabe el mes de julio. Será entonces, el propio día 31 de este mes, cuando se cumpla el plazo de 150 días en el que los empleados y directivos tienen prohibido vender las acciones que se les adjudicaron por pertenecer a la empresa. Cuando llegue ese día en el que puedan hacer negocio con ellas lo normal sería que el precio bajara aún más teniendo en cuenta la cantidad de ellas que habrá en el mercado.

Un mal del sector

No todo está perdido para Snapchat, por supuesto. Facebook, Twitter y Linkedin perdieron, de media, un 24% en los 30 días posteriores a que se agotara el plazo en el que las acciones entregadas a los empleados podían venderse. Snap ha perdido un 6% en el último mes y un 19% en los tres últimos.

Los bancos tampoco se fían de la marcha de la red social efímera. El pasado 10 de julio Credit Suisse, que siempre se había mostrado optimista con este valor, rebajó su precio objetivo desde 30 hasta 25 dólares. JP Morgan, otro de los gigantes de la inversión, siempre ha mostrado sus reticencias con Snapchat, pese a ser uno de los participantes en la salida a bolsa.

El optimismo inicial con Snapchat estaba completamente injustificado, sobre todo teniendo en cuenta que la compañía sigue decepcionando al mercado con sus cifras de crecimiento de usuarios. También lo han hecho sus primeros resultados empresariales, que han reflejado unas pérdidas de 2.200 millones de dólares, más de 1.900 millones de euros.