Economía

Granada continúa aislada por tren: 1.300 días de promesas incumplidas

Desde el comienzo de las obras del AVE en el año 2015, la provincia andaluza acumula tres años y medios sin ver aparecer un solo tren en la estación y suma nueve meses más de espera

Granada continúa aislada por tren: 1.300 días de promesas incumplidas

Panorámica de la ciudad de Granada. Flickr.

A Granada le va a salir caro que entre sus planes estuviese el apostar por la Alta Velocidad. Concretamente, cuatro años y dos meses en los que no solo no han podido hacer realidad la histórica foto de la inauguración del AVE, sino que sus habitantes no han podido montar en ningún tren, a secas. Las obras para implantar el AVE tuvieron una consecuencia inevitable y, a la vez, indeseada: la absoluta desconexión ferroviaria.

La entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, adoptó en 2015 la decisión de suprimir la red convencional bajo la promesa de que las obras del AVE durarían tres meses, una propuesta más que convincente si no fuera porque ese proceso se ha alargado en en el tiempo nada menos que tres años y medio.

Por esta razón, ni sindicatos, ni empresarios, ni asociaciones ciudadanas, ni políticos en Granada estaban predispuestos a recibir más aproximaciones y promesas vacías durante la última visita del actual titular de Fomento, el cual se presentó en la ciudad de la Alhambra con un cronograma completo con las fechas en las que el AVE y el fin del aislamiento será una realidad. En la reunión, prometió además que el proyecto no se quedaría en agua de borrajas como ya ocurrió con Pastor, Magdalena Álvarez y Álvarez Cascos. Y, por este documento, los interlocutores granadinos parecen ver, por fin, una liviana luz al final del túnel.

En concreto, el plazo límite de Fomento se sitúa en algún momento de junio de 2019, después de las elecciones municipales del 26 de mayo, eso si todo funciona según lo previsto en el planning de Ábalos. Así, de septiembre a diciembre se están llevando acabo pruebas de seguridad para comprobar el entramado, y, a partir de enero, darán comienzo las 14 semanas de formación de los maquinistas, a lo que habría que añadir el plazo de tiempo transcurrido hasta que la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria firme los acuerdos pertinentes. En rueda de prensa el pasado 25 de septiembre, el titular de Fomento declaró que la prioridad de su departamento ha sido siempre la seguridad, "en un ejercicio de transparencia y de realismo" y que por ello, era necesario retrasar los planes de apertura.

A principios de 2019 comenzarán también las obras de la Variante de Loja -con su correspondiente sobrecoste asociado- un viaducto estrecho de 2,6 kilómetros que no se adaptó correctamente para soportar trenes de Alta Velocidad y simplemente se utilizó el trazado a su paso por la ciudad de Loja. Los planes recogidos en la agenda de Ábalos permitirían adelantarse a la caducidad de la Declaración de Impacto Ambiental y seguir la hoja de ruta para la integración del AVE a Granada.

Sin embargo, la realidad es que el próximo 26 de octubre se cumplen 1.300 días de aislamiento. Y, con las nuevas cuentas de Fomento, los granadinos acumularían 1.520 días sin ver aparecer un solo tren en su tierra.

Pese a que con el repentino comienzo de la legislatura de Pedro Sánchez el pasado mes de junio Fomento se encontró las obras terminadas, un problema de seguridad llevó a poner el contador de nuevo a cero y sumar otros nueve meses de esfuerzos. Asimismo, el esperado estreno para la fecha acordada, "si las pruebas salen bien", supondrá comenzar una segunda fase de obras, según el cronograma del ministro.

La parte positiva es que, al menos en la teoría, en Granada no tendrá que esperar a que se inaugure la Alta Velocidad para volver a pisar un tren. Durante la misma reunión, José Luis Ábalos avanzó que actualizará un trazado sin utilizar, concretamente la vía de Moreda, para poder instalar un Talgo que una Granada y Madrid pasando por Linares. Si se cumple, los viajeros dirán adiós a tener que recurrir a autobuses directos o bien a un autocar hasta Antequera, donde hacían trasbordo para coger el AVE Málaga-Madrid.

Sea como fuere, los compromisos comienzan a acumularse en el despacho del ministerio de Fomento, y, de momento, la mayoría continúan estando sobre papel. Entre ellas, continúan en pie de guerra las reivindicaciones por las obras de soterramiento en Murcia; los continuos retrasos en las fechas para la inauguración del AVE en Burgos, Galicia y Extremadura; y, en general, las incesantes demandas para la remodelación e inversión en la mejora de vías y maquinaria en ciertas latitudes españolas que se han quedado atrasadas en materia ferroviaria respecto al resto del país.

 

 

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