Tras dos años de negociaciones, 77 reuniones y prácticamente ningún acuerdo, Endesa y los sindicatos se abren a que un mediador trate de acercar posturas para conseguir un nuevo convenio colectivo.

El elegido es Manuel Pimentel, ex ministro de Trabajo en el primer Gobierno de Aznar entre 1999 y 2000 y experto en estas lides de la mediación laboral (lo fue en conflictos sonados como los de Iberia y sus sindicatos, Aena y los controladores, y ya lo fue con Endesa y sus sindicatos para el anterior convenio), según confirman fuentes sindicales a El Independiente.

Pimentel será el encargado de poner en marcha un proceso de mediación previa que apoyan Endesa y los tres sindicatos con representación en la eléctrica (UGT, CCOO y SIE). Pero si no hay acuerdo, entonces el ex ministro abrirá un proceso de arbitraje externo para dictar él mismo un laudo de obligado cumplimiento para ambas partes. Pero este arbitraje sólo lo respaldan la dirección de Endesa y UGT –el sindicato mayoritario y con potestad para encarar el proceso en solitario-, pero no CCOO y SIE.

El ex ministro deberá emitir un laudo arbitral antes del 24 de enero de 2020

En caso de que se acabe llegando al arbitraje, Pimentel deberá emitir un laudo con los puntos fundamentales para el nuevo convenio colectivo de la eléctrica antes del 24 de enero de 2020. Endesa ha puesto como condición previa para el arbitraje que los sindicatos retiren los recursos ante el Tribunal Supremo por su decisión de retirar el descuento en el recibo de luz a 26.000 ex empleados jubilados y el cese de las movilizaciones. Endesa, por su parte, reclama que la eléctrica recupere los descuentos para los jubilados hasta la emisión del laudo.

Hasta ahora, Endesa exigía paz social a los sindicatos para aceptar una mediación y/o un proceso arbitral para desencallar la situación de bloqueo y conseguir un nuevo convenio, tras dos años de negociaciones y con un convenio expirado desde diciembre de 2017. Y exigía una paz social aceptada por todos los sindicatos, en un momento en que la unidad de acción entre los representantes de la plantilla se ha roto. La eléctrica finalmente ha dado el visto bueno a la mediación previa y también al arbitraje aún no existiendo consenso sindical.

UGT, CCOO y SIE habían convocado cinco días de huelga general en noviembre y llevaban semanas en que los tres sindicatos habían mantenido encierros indefinidos en sedes de la compañía por toda España para presionar a la eléctrica para desencallar la negociación del nuevo convenio colectivo. Pero hace un mes se produjo una fractura.

UGT, el sindicato mayoritario en la compañía, alcanzó en solitario un principio de acuerdo con la dirección de Endesa para acudir a un arbitraje externo y conseguir un nuevo convenio mediante un laudo. Según la versión que se traslada desde UGT y también desde la propia compañía, los tres sindicatos llevaban meses reclamando la solución del arbitraje, pero CCOO y SIE acabaron bajándose por sorpresa de ese acuerdo.

UGT, con una mayoría del 56% de la representación sindical, subraya que tiene potestad legal para acudir a un arbitraje con la eléctrica incluso sin el respaldo de las otras fuerzas sindicales. Pero subraya que acepta que haya una fase previa de mediación, aun no siendo obligatoria legalmente, para intentar sumar a los otros sindicatos.

Hasta el choque entre las secciones, los tres sindicatos habían diseñado una oferta conjunta a la compañía que, entre otros aspectos, proponía una subida salarial del 3% retroactiva para 2018 y para cada uno del resto de años del convenio, hasta 2023, un incremento de las tablas salariales del 1,5%, una paga extra lineal para toda la plantilla del 1,3% de la masa salarial, un pago adicional y una paga de eficiencia en función de la rentabilidad de la compañía y una cláusula de revisión de los salarios si la inflación supera el 2% algún año. Endesa sólo ofrecía una subida del 1% anual.

El descuento de luz de jubilados

La negociación del convenio colectivo se ha encontrado con un escollo crucial que ha acabado por frenar cualquier avance. La compañía ejecutó el pasado 1 de octubre su decisión de suspender el descuento en el recibo de luz del que se benefician 26.000 ex trabajadores del grupo ya jubilados. Según la compañía, sin convenio vigente no tiene por qué seguir reconociendo ese salario en especie.

Hasta entonces, tanto los trabajadores como los ex empleados sólo se hacían cargo en su recibo de luz de los peajes regulados de la factura y de los impuestos, mientras que la parte del consumo eléctrico (entre un 35 y un 40% del recibo final) es gratuita. Para todos los jubilados ese enorme descuento –considerado como un pago en especie y por el que pagan también impuestos en su declaración de la renta- se ha acabado.

Endesa ha venido proponiendo a los sindicatos para alcanzar un acuerdo y cerrar el conflicto la posibilidad de rebajar el  máximo de consumo eléctrico gratis del que se beneficia la plantilla y los jubilados, pasando y dejarlo en un máximo de 3.500 kilovatios hora (kWh) al año para todos. Actualmente algunos disfrutan de consumo gratuito ilimitado, otros de 30.000 kWh, otros de 20.000 kWh y otros de 15.000 kWh.

Los sindicatos UGT, CCOO y SIE presentaron hace unas semanas una propuesta común en la que se reclamaba que la plantilla actual y los jubilados mantuvieran un consumo gratuito de 15.000 kWh al año, así como una compensación para los empleados y ex empleados que tienen límites de consumo superiores a esa cota. Esto es, los sindicatos reclamaban cuatro veces más consumo eléctrico gratuito que el que hasta ahora ofrece la compañía.

Pugna entre Endesa y su auditor

La Audiencia Nacional avaló la decisión de Endesa de retirar la gratuidad de la factura eléctrica a los ex empleados retirados. La sentencia ha sido recurrida ante el Tribunal Supremo,  pero la dirección de la compañía no oculta su total convencimiento de que el caso está ganado y que el Alto Tribunal volverá a darle la razón.

Endesa recoge en sus cuentas unas provisiones de 760 millones de euros para hacer frente a los pagos futuros de los recibos de luz gratuitos de los 26.000 jubilados. Son casi 50 millones más que hace un año por ajustes del precio de la electricidad y del número de beneficiarios, según fuentes financieras. Sin un nuevo convenio colectivo que incluya una solución al pago de la electricidad de los ex empleados, la eléctrica puede revertir esas provisiones millonarias y disparar su beneficio.

Si la eléctrica retira esas provisiones conseguirá una inyección en sus cuentas de esos 760 millones que irán a parar directamente a su resultado bruto de explotación (ebitda). Suspendido ya el descuento de la luz de los jubilados y con el aval de la Audiencia Nacional bajo el brazo, el auditor de Endesa reclama que recupere ya las provisiones.

EY -el auditor de la compañía hasta final de año, cuando le sustituirá KPMG- ha solicitado a la eléctrica que revierta las provisiones antes del próximo 31 de diciembre y que incluya esa inyección extra millonaria en sus cuentas anuales de 2019, según confirman a El Independiente fuentes conocedoras de la postura de la auditora.

Endesa trata de aplazar unos meses el movimiento y maniobra para convencer a EY de que le permita postergar la reversión de las provisiones al menos hasta el próximo marzo, cuando se cierre formalmente las cuentas anuales de 2019. La dirección de la eléctrica confía en que, con un proceso de arbitraje en marcha, el auditor acceda a avalar el retraso.