Antes de presentar los presupuestos generales del estado (PGE) el Gobierno debe aprobar los objetivos de estabilidad del próximo año. Los PGE no llegarán hasta después del verano, tal como publicó este periódico. En cuanto a los objetivos de estabilidad, llegarán cuando haya una decisión en Bruselas sobre los fondos para la reconstrucción.

Fuentes del Ministerio de Hacienda explican que “hay que ver cómo evoluciona la negociación en la Unión Europea para adaptar los objetivos de estabilidad a la nueva realidad de la pandemia”. Es decir, que el Ejecutivo esperará a saber con qué ayuda europea cuenta antes de presentarlos ante el parlamento. Es el paso previo a los PGE y el Gobierno deberá contar con el apoyo suficiente en el Congreso y también en el Senado. Además, junto a los objetivos de estabilidad, se presentará el techo de gasto, aunque este no sea votado en las cámaras.

El Consejo europeo volverá a reunirse en julio, aunque todavía no hay una fecha definitiva. A diferencia de la reunión de hace unos días, la del próximo mes será presencial y el acuerdo sobre los fondos europeos se cree más probable. La Comisión Europea ha puesto sobre la mesa una propuesta de un fondo de 750.000 millones de euros compuesto principalmente por transferencias directas.

El tamaño final del fondo, su duración, la proporción entre transferencias y créditos, así como el reparto de las ayudas deberán decidirse en el próximo cónclave. A partir del cual, España podrá empezar a dibujar su plan presupuestario. Cabe recordar que debido a la pandemia, Europa ha suspendido los objetivos de déficit de los estados miembros, pero ha insistido en que los países deberán justificar que las desviaciones son por gastos extraordinarios derivados del coronavirus.

Hoja de ruta

Los presupuestos que presente el Ministerio de Hacienda serán los primeros fruto del Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos. En ellos, el Ejecutivo deberá incluir la partida del Ingreso Mínimo Vital y también los cambios impositivos que ya anunció en el anterior proyecto presupuestario. Entre ellos, la subida del IRPF para rentas altas, la tasa para las transacciones financieras o la de servicios tecnológicos.

Con todo, el Gobierno deberá tener presente las recomendaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que ha insistido en varias ocasiones en que es necesario un plan de reequilibrio fiscal para reorientar el déficit. En su última comparecencia, Cristina Herrero, presidenta de la institución, insistió en que la “incertidumbre” no podía ser una “excusa” para no tener una hoja de ruta a medio plazo. Herrero también hizo hincapié en que era necesaria una mayor coordinación entre las administraciones para lograr un mayor equilibrio en las cuentas públicas.

Apoyo parlamentario

Por otra parte, además de cuadrar las cuentas, el Gobierno deberá buscar apoyos en el Congreso. A mediados de mayo, la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, aseguró que unos presupuestos de “emergencia” eran posibles de la mano de Ciudadanos. Sin embargo, la formación naranja niega que haya habido conversaciones en esta línea, tal como publicó El Independiente.

Además, Sánchez deberá sentarse también con catalanes y vascos, así como con el resto de formaciones del arco parlamentario y ver si quienes apoyaron su investidura votan sacar adelante primero, los objetivos de estabilidad, y a continuación, los presupuestos, aunque sea con la abstención.