Desde el inicio de la pandemia, las entidades financieras han puesto en marcha diferentes medidas para echar un cable a sus clientes más afectados por la crisis, como pagar las prestaciones de la Seguridad Social (el paro o la correspondiente a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) y las pensiones unos días antes de la fecha que tiene como norma hacer el ingreso la Administración, que siempre es a mes vencido.

Algunos bancos van a hacer lo propio con el Ingreso Mínimo Vital, la prestación aprobada por el Gobierno el pasado mes de mayo que tiene el objetivo de garantizar una renta mínima para los hogares más vulnerables y que este mes de agosto va a llegar al menos a unos 80.000 beneficiarios.

Por el momento, Bankia, BBVA y CaixaBank están adelantado el pago de esta prestación al día 25 de cada mes, al igual que hacen con el paro o con los ERTE, mientras que Santander lo hace al día 24. Caja de Ingenieros, por su parte, también adelanta unos días el abono del Ingreso Mínimo Vital.

Estos adelantos permiten a los clientes obtener liquidez antes de que comience el mes para poder hacer frente a las facturas que llegan antes del día 1 o el pago del alquiler, dado que estas prestaciones se abonan a mes vencido. En el caso del Ingreso Mínimo Vital se paga el día 1 o el primero hábil del mes, mientras que el paro se cobra entre los días 10 y 15.

Así, el próximo martes los clientes de estas entidades que sean beneficiarios de esta prestación la recibirán en su cuenta, antes de que comience el mes de septiembre.

Atasco en la Administración

Por el momento, se va a abonar el Ingreso Mínimo Vital a un mínimo de 80.000 beneficiarios, que a día de hoy son los que tienen reconocida la prestación por parte de la Seguridad Social. La tramitación va lenta, pues a 75.000 de ese total de beneficiarios se les reconoció de oficio en el momento en el que se creó la prestación, por lo que la Seguridad Social tan solo ha reconocido a unos 5.000 desde que se aprobó la medida, el pasado mes de mayo.

Y eso que el número de solicitudes es considerablemente alto. La Administración ha recibido unas 750.000, de las que solamente ha analizado 143.000, un atasco que el ministro José Luis Escrivá ha prometido resolver "lo antes posible".

Estos problemas de tramitación recuerdan al los de los ERTE, que terminaron causando algún que otro problema a los bancos. El alto volumen de solicitudes que llegó a manos del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) durante los peores meses de la pandemia dio lugar a errores en la tramitación, que provocaron que algunos beneficiarios cobraran de más o de menos y que otros, aún a día de hoy, no hayan recibido su prestación.

Estos errores han levantado muchas ampollas durante los últimos meses, hasta el punto de que ERC ha reclamado al Gobierno que sea la Generalitat la que tramite estas prestaciones en Cataluña ante la que considera una "gestión deficiente" del SEPE.

Estos errores llevaron a los bancos que se comprometieron a abonar este pago unos días antes que la Administración a tener que reclamar a sus clientes las cantidades adelantadas de más. Esta situación produjo malestar entre algunos bancos, pero la tensión se zanjó con el agradecimiento de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a la banca por su colaboración durante la pandemia.

«Ni estamos preocupados por el volumen de las incidencias ni nos sorprende, ni estamos pensando en salir de este programa de adelanto de ERTE por incidencias que son normales y menores, apuntó, por su parte, el presidente de la Asociación Española de Banca, José María Roldán, queriendo quitar hierro al asunto.