La reducción del IVA en la factura de la luz ha sido el tema estrella en la política española en la última semana. Algo que, por supuesto, podría hacerse. Y que, según las fuentes consultadas, sería la única vía para que los españoles no paguen más en casos excepcionales como los que estamos viviendo, sin que sufran las empresas.

Eso sí, el Gobierno tendría que hacer frente a un recorte de ingresos y a una reprimenda por parte de Bruselas. Aunque es cierto que "la Comisión Europea no especifica cuál debería ser el IVA", Jorge Morales de Labra, ingeniero industrial y experto en el sector energético, indica a El Independiente que reducir el tipo impositivo “desestabilizaría el plan presupuestario y habría que recaudar por otro lado”.

Con todo, Podemos mantiene por activa y por pasiva que se podría abaratar el precio de la luz en España. En este sentido, la única vía que existe, de acuerdo con las fuentes consultadas, sería regular el precio a una banda de fluctuación, tal y como sucede con las renovables. Dicha responsabilidad recaería en el Gobierno y debería aprobarse por mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. 

Morales de Labra recalca que el precio de las renovables tiene un tope (que, para este año 2021, ha quedado fijada entre los 45,9 y los 58,4 €/MWh), una vez realizada una subasta. En la actualidad, el mercado mayorista

¿Cómo se fija el precio de la luz?

funciona con un sistema de subastas de la demanda prevista de energía. Este sistema del mercado mayorista funciona de forma marginalista, es decir, las tecnologías entran por orden de coste y la última de ellas en participar marca el precio para el conjunto, es decir, la más cara. Es ahí donde surge el debate.

El precio de la luz depende de varios componentes, pero tiene también una serie de gastos asociados que se fijan por parte del Gobierno y de la CNMC, como es el caso de los peajes o del coste derivado por la transmisión de la electricidad. 

Además, el actual Ejecutivo decidió eliminar de la factura eléctrica los costes de la retribución de las energías renovables, cogeneración y residuos, que ronda los 7.000 millones de euros anuales, con lo que el Gobierno pretende rebajar un 13% la factura de la luz y, que estos costes los asuman las compañías.

Fuentes del sector señalan que este dinero hasta ahora lo pagaban los consumidores, y arguyen que aunque “estos peajes pueden ser revisados a la baja”, generarían “grandes inconvenientes”.

¿Podría intervenir en el precio la CNMC? La respuesta es no. Tal y como subrayan desde el regulador, la institución no interviene en el precio del mercado mayorista y solo establece un ajuste por desviaciones en el precio del mercado a efectos de la revisión de la retribución específica de las instalaciones renovables.

Cuando el precio medio anual del mercado diario e intradiario se encuentra fuera de dichos límites (en las renovables), se genera, en cómputo anual, un saldo positivo o negativo, que se denomina "valor de ajuste por desviaciones en el precio del mercado" y que se tiene en cuenta en el cálculo de la retribución del siguiente semiperiodo.

En definitiva, en función de si al final del semiperiodo las renovables han obtenido más ingresos o menos que los previstos (como ocurrió durante el confinamiento), se les ajustará en un sentido o en otro su retribución (teniendo además en cuenta otros parámetros que se revisan). 

Fuga de inversores

Dichas voces recalcan que con la regulación en los precios, sumados a los costes que pagarán las eléctricas, “se producirían una serie de sobrecostes” y que, indudablemente “alguien deberá pagarlos”. 

Así, las compañías aparecen como las principales damnificadas porque serían ellas las que “asumirían los costes extra por la regulación del precio en la electricidad”.

El asumir nuevos costes conllevaría a una “fuga de inversores en las grandes cotizadas españolas” ya que las compañías abonarían de su bolsillo las inversiones en renovables. En este apartado cabe recordar que en la actualidad, el sector eléctrico es el que más peso tiene en el Ibex 35, desbancando a la banca como motor del selectivo español.

Las voces consultadas aseguran que un mercado intervenido por el Estado, tal y como pretende Unidas Podemos, provocaría que los grandes inversores del mercado europeo y americano se “piensen en apostar por las compañías eléctricas”. 

Además, España podría enfrentarse, en un hipotético cambio de regulación en el mercado eléctrico, a que los agentes del sector eléctrico lleven a la Justicia estas modificaciones. “No se pueden cambiar las condiciones una vez que han entrado agentes con unas reglas del juego y pretender cambiarlas”, puntualizan las mismas fuentes.

Las renovables, insuficientes

Por tanto, el futuro del precio de la luz queda en manos de las renovables, que son mucho más baratas. Pero, como subrayan fuentes del sector, España no está preparada aún para asumir el peso mayoritario del sol o del viento en la generación de la electricidad.

A pesar de que, según datos de Red Eléctrica Española, las tecnologías renovables generaron en diciembre un total de 10.042 GWh, lo que supone más de la mitad del mix de generación (51%), la falta de almacenamiento es el principal problema.

Así, una vez que se suceden episodios extraordinarios como el de la borrasca Filomena, España tiene que acudir a otras tecnologías como el gas, el carbón o seguir dependiendo de la nuclear. De acuerdo con la información ofrecida por el Foro de la Industria Nuclear, la energía nuclear y la energía eólica aportaron al sistema eléctrico casi el 45 por ciento (44,27%) del total de la electricidad entre el 5 y el 12 de enero, desde que llegó la borrasca y la posterior ola de frío.