Unidas Podemos recuperó el asunto de las viviendas turísticas a pocos días de que la nueva ley de Vivienda sea votada en el Congreso para su aprobación definitiva. La formación morada plantea que se limiten por ley y tratan de evitar que los propietarios de pisos de alquiler tradicional se vean tentados de 'saltar' al vacacional para eludir los efectos de la nueva normativa, que contempla topar el precio de los arrendamientos.

Los dueños de las viviendas turísticas muestran un profundo malestar ante el espíritu de la norma pactada por el gobierno de coalición con sus socios parlamentarios independentistas de ERC y Bildu. Y señalan que el problema del mercado del alquiler no son sus negocios, sino la falta de activos disponibles. "El factor que eleva los precios es la falta de vivienda en alquiler. ¿Por qué no hay? Porque los propietarios se sienten desprotegidos y no quieren meterse en ese berenjenal", lamenta Miguel Ángel Sotillos, presidente de la Federación Española de Viviendas Turísticas (FEVITUR), en conversación con El Independiente.

Pero cuando entre en vigor la nueva norma, creen que puede haber un efecto trasvase. "La ley de vivienda limita derechos a los propietarios y cuantos más limiten, tenderán a huir de estar auspiciados por esa ley. Si ahora se lo ponen más difícil, habrá menos propietarios que quieran poner su vivienda en alquiler tradicional. Y si hay menos oferta, tenderá a subir el precio", sentencia. El presidente de Fevitur expone además que los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan que la vivienda turística representa solo el 1,3% del parque total en España. "¿De verdad es la vivienda turística el problema?". se pregunta.

En este sentido, critica que actualmente hay entre un 10 y un 18% de vivienda cerrada sin uso sobre el total de vivienda construida. "El problema es que hay más demanda que oferta y una bolsa de viviendas sin uso que los caseros no sacan al mercado porque no se atreven. Y lo que hay que hacer es seducir a ese propietario en vez de multarlo y decir que es malo", prosigue Sotillos. "Tras comprar la vivienda, pagar todo lo que exige la Administración, después no te pueden imponer a quién alquilarla, cómo, a qué precio y decirte que si tienes algún problema, te aguantes. Para eso prefiero tenerla cerrada", concluye.

Desde la gran patronal turística Exceltur, que agrupa a grandes cadenas como Meliá, NH, Palladium, Iberostar o Riu, llevan meses presionando al Gobierno para que regule la "explosión" de las viviendas turísticas dentro de la nueva ley de Vivienda. Pero en el PSOE no están por la labor, ya que argumentan que las competencias en la materia están en manos de las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos.

Desde la federación que agrupa a los propietarios detallan que la oferta de vivienda turística está un poco por encima de lo que había antes de la pandemia, "cuando cayó casi un 35%". Según datos estimados del INE, en España hay unas 300.000 viviendas de uso turístico en España. Pero Sotillos puntualiza que la mitad de ellas son empleadas en algún momento del año por sus propietarios, por lo que no se pueden dedicar al alquiler tradicional.

Otro 25% del total, agrega, pertenecen a propietarios que las han alquilado y han sufrido problemas de ocupación. "Han tenido que desahuciar al inquilino, han tenido que esperar entre 12 y 18 meses, han tenido que gastarse en torno a 2.000 euros de abogado y, cuando han recuperado la vivienda, estaba destrozada y se han tenido que gastar 20.000 euros para ponerla en marcha de nuevo. Esos propietarios nunca van a volver a ponerla en alquiler anual", abunda.

Con estas cifras, del parque total de viviendas que se destina al alquiler vacacional, "solo el 25% sería susceptible de estar en alquiler para todo el año", destaca Sotillos. Y eso es un número mucho menor de viviendas que el número de viviendas que hay cerradas.

Sin embargo, tanto la patronal presidida por el CEO de Meliá, Gabriel Escarrer, como la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), creen que las administraciones locales y regionales no tienen elementos suficientes para hacer cumplir las respectivas normativas en materia de alquiler turístico. Y están convencidos de que la nueva ley de Vivienda favorecerá la expulsión de propietarios hacia el mercado de la vivienda turística.

Sotillos coincide en que la limitación del precio de los alquileres y las regulaciones que prevé el nuevo texto para las denominadas zonas 'tensionadas' empujarán a los propietarios fuera del mercado tradicional, que se rige por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). Pero también explica que dar el salto del alquiler tradicional al vacacional no es tan sencillo. Por un lado, hay fuerte disparidad normativa en función del territorio. Algunas ciudades como Barcelona, Palma, San Sebastián o Madrid tienen sus propias regulaciones y requisitos específicos. Pese a las moratorias que han aplicado algunos de ellos, el precio de los alquileres ha seguido subiendo.

"No es mucho más rentable"

Además, abrir una vivienda turística conlleva una serie de trámites para conseguir la licencia. "Pasarse al alquiler vacacional no es tan fácil como la gente cree. Requiere permisos municipales, autonómicos, una inscripción ante la Policía Nacional o la Guardia Civil, un seguro de responsabilidad civil, un tratamiento sanitario específico de la vivienda y alguien que atienda el apartamento y lo limpie", recuerda Sotillos, mientras que el alquiler tradicional apenas "requiere una agencia y que el inquilino pague todos los meses".

Además, rebate la idea de que el vacacional sea mucho más rentable que la fórmula tradicional. En este sentido, explica que la segunda modalidad se beneficia de ventajas fiscales de las que no disfrutan las viviendas de uso turístico. "En neto líquido, a percibir, se queda prácticamente igual o menos y encima no te desgravas. Mientras que del que te queda del alquiler fijo, entre el 50 y el 90% no computa en el IRPF", relata.

A pesar de estar en el ojo del huracán, los propietarios de pisos turísticos confían en las buenas perspectivas que hay este año para el sector. Sin embargo, piden cautela ante el efecto que la inflación y las revisiones del Euribor pueden tener sobre la renta disponible de las familias. "El volumen de reservas está muy bien y pinta muy buen año, pero todo una incógnita", reflexiona. De momento, el turista español sigue mostrando potencia y las grandes ciudades están viendo ya muchos viajeros de Estados Unidos, Latinoamérica e incluso Asia. La situación que atraviesa el mercado británico, eso sí, se deja notar en las los archipiélagos.