Es una soldadura a vida o muerte. El desde ayer nuevo presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, ha tenido que unir los fragmentos en los que el partido se había roto en los últimos meses. La nueva dirección que ayer presentó y que recibió el aval de 54 de los 57 miembros que participaron en la Junta Directiva demuestra que por el momento la unión entre las distintas sensibilidades del PP del País Vasco tendrá una oportunidad para la reconciliación. A ella debían haber asistido trece miembros más que se ausentaron.

Desde que en febrero la olla a presión en la que se había convertido el partido estalló con la dimisión de Alfonso Alonso, con apelaciones a la necesidad de reconocer la “mayoría de edad” del PP vasco para tomar sus decisiones sin tutelas de Génova, las aguas revueltas se habían logrado ir encauzando. Lo hicieron bien por oportunidad electoral, bien por necesidad vital. El sector ‘Alonsista’, crítico con la imposición de Génova, tanto en las listas de las pasadas elecciones del 12 de julio –como en los comicios generales-, ha evitado tras las elecciones hacer ruido y plantar cara al nuevo líder.

La hasta ayer presidenta interina del PP vasco, Amaya Fernández, no ocultó su incomodidad con la nueva situación. Ni siquiera su convencimiento de que Alonso hubiera obtenido mejores resultados el de 12-J que los seis escaños y 60.000 votos logrados por la coalición PP+Cs. Sin embargo, finalmente Fernández ha dado un paso atrás y ha evitado confrontar con Iturgaiz un modelo de PP para el futuro. El nuevo presidente no cuenta con ella para los cargos relevantes de la dirección.

Unir el centro derecha vasco

La consigna con la que Iturgaiz (Santurtzi, 1965) regresa a la dirección del PP vasco es unir al centro derecha constitucionalista vasco y al propio Partido Popular. Pese a que ni Vox ni Ciudadanos han logrado implantación significativa en Euskadi, la debilidad del PP, agudizada desde hace años elección tras elección, obliga a recuperar el apoyo que en otro tiempo llegó a situar al PP como segunda formación. Ocurrió en 2001 con Iturgaiz como presidente y Jaime Mayor Oreja como candidato a lehendakari: 326.000 votos y 19 escaños. Eran otros tiempos y otra Euskadi. El PP intentaba hacer política bajo la amenaza terrorista y el clima y espectro ideológico no se parecía al que hoy refleja la Cámara vasca.

Por ello saber actualizarse y resituarse en la Euskadi actual se antoja como el gran reto del PP de Iturgaiz. En esta segunda etapa en la presidencia de los populares vascos, la anterior se prolongó entre 1996 y 2004, Iturgaiz ha logrado rodearse de un equipo que combina personas de confianza del periodo de Alonso con cargos afines a él y con apuestas renovadas que miran al futuro. Lo hace además procurando un necesario equilibrio territorial entre Vizcaya, Guipúzcoa y Álava.

El nuevo presidente popular ha situado a la parlamentaria alavesa Laura Garrido, una de las voces más experimentadas en el Parlamento vasco y que formó parte del círculo de confianza de Alonso, como su número dos. Garrido, euskaldun como Iturgaiz, ejercerá como Secretaria General del PP vasco. Como número tres en el equipo que ayer eligió por mayoría absoluta la Junta Directiva figura Miguel Lezama , concejal de San Sebastián al que impulsó el ex presidente del PP en Guipúzcoa, Borja Sémper. Lezama, de 27 años, ejercerá labores de coordinador general y portavoz.

Durante su discurso tras la elección, Iturgaiz llamó a “enderezar la proa de esta nave”. No ocultó que han existido problemas en el PP vasco en los últimos meses, “claro que los hemos tenido” pero que estos deben quedar atrás para construir una apuesta de futuro: “Debemos afrontarlo con unidad, ilusión, nuevas ideas y mucho trabajo”.  Considera que la prioridad pasa por recuperar apoyos “ensanchando el espacio constitucionalista” en el que ya no ubica al PSE tras su acercamiento a la izquierda abertzale. Otro de los ejes en los que fijó la labor del nuevo PP será ejercer “de dique de contención” al nacionalismo vasco, idea repetida contantemente desde que reapareció en la política vasca.

Vasco y español "sin complejos"

Defiende poder proclamar “sin complejos” que son un partido vasco “y español” que está “pegado a nuestras raíces, que amamos el euskera sin complejos ni imposiciones”. Es este precisamente uno de los rasgos nuevos de la dirección del PP de Iturgaiz. Tanto él como Garrido y Lezama hablan euskera con fluidez.

Con la llegada de Iturgaiz, el candidato a lehendakari y hoy presidente del PP reforzó mensajes hasta entonces rebajados durante el mandato de Alonso en favor de un nuevo tiempo. Así, reforzó los discursos en contra del nacionalismo, recuperó el protagonismo del reproche contra ETA y su entorno y subrayó la defensa de España y el Constitucionalismo. Si bien estas cuestiones centrales en el mensaje del PP también estaban presentes durante el mandato de Alonso, Iturgaiz lo reavivó como ejes centrales de campaña en busca del voto de Vox y Ciudadanos.

Coser el partido y recuperar espacio no será sencillo. Además de a Ciudadanos y Vox, un buen número de los votos del PP vasco se han ido al PNV en los últimos años. Los mensajes especialmente críticos con la formación de Ortuzar han sido una constante desde la llegada de Iturgaiz. El nuevo presidente llama a trabajar una mayor implantación institucional y territorial, la gran debilidad del partido. Actualmente el PP apenas ocupa dos alcaldías en pequeños municipios alaveses y ha perdido gran parte de la representación que llegó a ostentar. A ello suma la posición debilitada en el Parlamento Vasco, donde ha perdido tres de los nueves escaños que ocupaba y que la mayoría absoluta de PNV y PSE hacen prescindibles.

Del abandono a la presidencia

Iturgaiz cuenta ahora con el apoyo absoluto de Génova, un respaldo con el que no contó para continuar en Europa. Desplazarle hasta el puesto 17 de la plancha que el PP presentó en las últimas elecciones europeas precipitó el distanciamiento de Iturgaiz con la actual dirección hasta el punto de anunciar su abandono de la política. Sin embargo, y tras forzar la salida de Alonso de la presidencia del PP vasco, Génova sorprendió con la designación de Iturgaiz para su regreso a la política popular vasca.

Ahora, el PP de Casado le ha dado libertad para conformar su equipo “sin tutelas”. La confianza del presidente en él hizo que lo definiera como la mejor “aleación” para defender el discurso del PP en Euskadi. Su trayectoria política tanto en el País Vasco como en Europa le llevó a asegurar que “Iturgaiz representa la triple aleación, Euskadi, España y Europa”.

La segunda presidencia del PP que asume Iturgaiz completa una larga trayectoria en la política que comenzó como concejal del Ayuntamiento de Bilbao. Posteriormente fue apoderado en las Juntas de Vizcaya, parlamentario en la Cámara Vasca y finalmente eurodiputado. En el seno del PP, Iturgaiz alcanzó la secretaria general del PP vasco y tres años más tarde la presidencia durante ocho años. Desde ayer, es el primer presidente del PP en Euskadi que repite en el cargo.