España

Carlos Iturgaiz. Presidente del PP en el País Vasco.

"Nos estamos pegando un tiro en el pie mientras Sánchez e Iglesias se frotan las manos"

Carlos Iturgaiz ocupa desde este jueves la presidencia del PP vasco tras haberlo hecho entre 1996 y 2004. Se felicita de que su figura haya permitido "que se cerrara la hemorragia interna del partido".

El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz.

El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz.

Carlos Iturgaiz (Santurtzi, 1965) aseguró en abril del año pasado que abandonaba la política. Lo hizo decepcionado al ver que la dirección del PP lo relegaba en la lista de las elecciones europeas. No fue así. Pablo Casado lo rescató para asignarle una tarea compleja: recomponer el PP vasco. Su regreso -ya presidió la formación en Euskadi entre 1996 y 2004- se produjo tras una nueva turbulencia interna en el relevo de un presidente (se produjo con la llegada de Arantza Quiroga, de Alonso después y ahora de Iturgaiz). El pulso entre Génova y su predecesor, Alfonso Alonso, culminó con la dimisión abrupta de este último y unos malos resultados en las elecciones del 12 de julio pasado.

Desde este jueves Iturgaiz es oficialmente presidente del PP en el País Vasco. Lo es con el apoyo de Casado y con un amplio apoyo en Euskadi, el sí de 54 de los 57 miembros de la Junta Directiva que lo proclamaron. Comienza su segundo mandato apelando a la unidad, afirmando que todos son parte de un mismo equipo, "unos como titulares y otros como suplentes" pero todos deben sumar para recuperar el "terreno y hegemonía que hemos perdido". Para ello urge a regresa a la calle, "lo fundamental es que empecemos a patear las plazas, municipios y comarcas".

Subraya el mensaje que centró su campaña: la defensa de la Constitución, la unidad de España y el freno al nacionalismo "y sus políticas que nos llevan a despeñarnos por un barranco". En clave nacional, Iturgaiz tiene claro que se debe trabajar el reagrupamiento del centro derecha buscando "fórmulas" para ello: "Estamos pegándonos un tiro en el pie mientras Sánchez e Iglesias se frotan las manos".

Pregunta.- Desde el pasado jueves es presidente del PP vasco tras un periodo convulso que culminó con la dimisión de su predecesor. ¿Le ha llamado Alfonso Alonso para felicitarle? ¿Ha hablado con él?

Respuesta.- Sí, estos días he hablado con Alfonso, como con otros antecesores míos como Jaime Mayor Oreja, María San Gil y Antonio Basagoiti. Todos me han deseado suerte y me han dicho que ahora lo importante es enderezar el rumbo de la nave del PP vasco. Venimos de un momento complicado tras la dimisión de Alfonso Alonso, es cierto. Por eso ha sido importante que la Junta Directiva regional se celebrara como ha sido, con la unión del partido que demuestra que se ha cerrado una etapa anterior convulsa y comienza otra de ilusión. Me da fortaleza haber sido elegido casi por unanimidad, con 54 votos a favor y tres abstenciones.

P.- Alonso abandonó la presidencia del PP vasco dolido con la dirección. ¿Se encontró un Alfonso Alonso reconciliado con el partido?

R.- Es una persona de partido, tiene en su ADN al PP vasco. Personalmente no me tengo que reconciliar con él, somos amigos desde que éramos miembros de las juventudes del Partido Demócrata Popular, el PDP. Ahora está en otros avatares de la vida, en la empresa privada. Yo sé dónde está si necesito cualquier cosa y él me dice que le tengo para cualquier cosa que necesite. 

P.- Y la herida con la secretaria de organización y presidenta interina, Amaya Fernández, ¿también está cicatrizada?

En el PP vasco somos un equipo, unos titulares y otros en el banquillo pero todos unidos"

R.- El PP del País Vasco es un equipo, como un equipo de fútbol donde hay titulares y suplentes. Hay veces en las que los titulares están en el banquillo y otras en las que los del banquillo están de titulares y saltan al campo. Somos un equipo. Amaya Fernández hace un gran papel en la Juntas Generales de Vizcaya, es una diputada estupenda. Lo importante es que se han restañado, se han cerrado las cicatrices. No es por colocarme medallas, pero ha sido importante que mi figura haya permitido que se cerrara la hemorragia interna del partido. Hemos visto que ningún dirigente se ha marchado del PP vasco desde que fui nombrado candidato a lehendakari ni en este momento que he sido nombrado presidente. Empezamos a camina con una bagaje de fortaleza y unión.

P.- Usted fue presidente del PP en Euskadi entre 1996 y 2004. ¿En qué diría que ha cambiado el partido que ahora se ha encontrado con el que lideró hace 16 años?

R.- En aquellos años estábamos en la cima de la ola electoral, éramos el segundo partido en el País Vasco con una gran representación en muchos ayuntamientos, en el Parlamento, etc. Hemos perdido mucha hegemonía y terreno, es evidente. Uno de mis grandes objetivos será ganar ese terreno perdido y volver a tener implantación en lugares donde hemos descendido nuestra presencia. El PP del País Vasco debe seguir siendo el baluarte del constitucionalismo y la alternativa al nacionalismo. Ahora lo fundamental es que empecemos a patear las plazas, municipios y comarcas del País Vasco para estar más presentes de cara a configurar las listas electorales municipales y forales, que son las próximas.

Carlos Iturgaiz durante el junta directiva en la que fue elegido presidente del PP vasco.

P.- Si hay que volver a ‘patear la calle’, ¿es porque el PP vasco se había convertido en un partido de despacho y escaño y con poco contacto con la ciudadanía?

R.-  Lo que ha sucedido es que muchos se han ido a la abstención, hay una división del centro derecha que ha hecho que más del 90% de los votos de Vox procedan del PP. Además, mucha gente del PP se ha refugiado en el PNV, que ha apostado por el voto del miedo y muchos le votan como alternativa para que no gane Bildu.

Hemos perdido hegemonía y terreno, es evidente. Toca patear las plazas y municipios"

P.- Pero cuando un votante se va a la abstención, a Vox o al PNV, como usted dice, quizá es porque no le satisface el discurso y proyecto del PP. ¿Qué habría que recuperar para atraer de nuevo a ese votante?

R.- Lo primero es que exista una cohesión interna. Los votantes siempre castigan cuando hay una división interna, lío interno. En el PP vasco han pasado varios presidentes en un espacio de tiempo corto, con dimisiones por problemas internos del partido. Hay que normalizar la vida del partido, es lo que yo quiero hacer. Tenemos que dar la sensación de que somos una partido cohesionado, estable, organizado. Eso rehace al partido y será uno de los grandes objetivos.

P.- Volver al escenario de 329.000 votos y 19 escaños que lograron en las autonómicas de 2001, ¿Es una utopía? Hoy tienen 60.000 votos y 6 escaños…

R.- Si diez años antes de que hubiésemos llegado a esa cifra se lo hubiesen preguntado a los que estaban en el centro derecha se hubiesen echado las manos a la cabeza. Si lo logramos entonces, ¿por qué no lo vamos a lograr ahora? Nosotros lo que necesitamos es implantación, que la gente vea que somos útiles. La gente se va a dar cuenta de que la política del nacionalismo es de crispación, división, de radicalidad. El PNV prepara ya un estatus para romper con España y su pareja de baile es Bildu, los proetarras. Tienen los mismos objetivos, destruir España y avanzar hacia la independencia. Hay mucha gente que es nacionalista moderada y que no quiere que pase aquí lo que sucede en Cataluña, donde esas políticas les están ahogando.

P.- ¿Se puede recuperar al votante que no dudó en irse al PNV presentándose como un ‘dique de contención al nacionalismo’?

R.- Nosotros somos la alternativa al nacionalismo. Somos un partido solidario, vasco y español, enraizado aquí. Somos profundamente europeos, en una Europa en la que no entran las rupturas de naciones. Cuando digo que somos ‘dique de contención’ me refiero a sus políticas rupturistas que nos llevan a despeñarnos por un barranco. Ese nuevo estatus nos despeña a la sociedad vasca y me niego a que ocurra. Yo he tendido la mano al lehendakari para salvar vidas, la economía, crear empleo. PP+Cs somos una oposición constructiva. En cambio ellos han apostado por el rodillo, por la soberbia, ni nos han llamado.

P.- ¿El PSE ha dejado de ser un partido constitucionalista?

Las políticas rupturistas del nacionalismo nos llevan a despeñarnos por un barranco"

R.- Ha dejado de tener los planteamientos constitucionalistas fuertes como los tiene el PP. Este PSE no tiene nada que ver con el constitucionalismo que defendían Nicolás Redondo Terreros o Fernando Buesa. Cuando el PSE brinda con Otegi, habla de hitos en sus apoyos con Bildu, colegea con los proetarras, eso está fuera de los planteamientos constitucionales. Bildu sigue siendo el brazo político de ETA, tiene a tres etarras condenados en el Parlamento Vasco y aplaude la apología de los ‘ongi etorri’.

P.- ¿La fractura de la derecha es irreconducible? ¿Reencontrarse con lo que representa hoy Vox es posible?

R.- En algunos lugares hemos sabido reencontrarnos con Ciudadanos, como en Navarra. En Andalucía, Castilla y León, Murcia y Madrid estamos gobernando con el apoyo exterior de Vox. Eso es una realidad. Habrá que buscar fórmulas para concurrir unidos. Tengo claro que la división del centro derecha sólo beneficia al frente de izquierdas de Sánchez, que lo ha puesto en marcha para volar los puentes del Estado de Derecho, destruir la Constitución, la Monarquía, los estamentos de poder judicial, etc. Es eso lo que pretende el binomio Sánchez-Iglesias. Mientras el centro derecha esté dividido, Sánchez seguirá avanzando, dando pasos, en la voladura del Estado de Derecho.

P.- ¿Qué diferencia al PP de Vox? Una formación por cierto liderada por un excompañero suyo en el PP vasco.

R.- Lo estamos viendo, aspectos como su concepto autonómico o de la Unión Europea. El extremismo en muchas de las decisiones de Vox llevaría a la ruptura, por ejemplo, de la Unión Europea, de donde hemos tenido ese colchón económico. Sin Europa nuestra situación sería aún más dramática.

P.- ¿Le molesta cuando le intentan vincular con el mismo discurso de Vox, con la derecha más extrema?

R.- No, para nada, sé que lo hacen los rivales políticos que tienen que utilizar la difamación para atacar. Yo siempre me dirijo a los votantes de Vox, no al partido. Les digo que pueden estar tranquilos con Carlos Iturgaiz y el PP vasco. Nosotros defendemos lo que quieren los votantes de Vox, que es la Constitución, la unidad de España, la Monarquía y las libertades.

Defendemos lo que quieren los votantes de Vox: Constitución, unidad de España, Monarquía y libertades"

P.- ¿Hay alguna cualidad de la formación de Abascal que le gustaría trasladar al PP vasco?

R.- Al revés, creo que son ellos los tienen que mirar al espejo del PP vasco. El PP es la casa común del centro derecha y cuanto más fuerte sea más opciones habrá de echar a Sánchez e Iglesias de la Moncloa. Desperdigar el voto, dividirlo, sólo beneficia a Sánchez e Iglesias, al secesionismo catalán y a Otegi.

P.- ¿Cuál ha sido la mayor aportación de Pablo Casado y cuál sigue siendo su asignatura pendiente? 

R.- Su aportación diría que ha sido haber vuelto a unir el PP tras unas primarias convulsas. Casado es un hombre de Estado que tiene un concepto muy claro de lo que debe ser España. Tiene un proyecto para fortalecerla. En cuanto a la asignatura pendiente, creo que es recomponer el centro derecha para que no exista esa división. Es algo que debemos afrontarlo todos, no es un problema de Casado sino de todos los partidos del centro derecha. La división nos penaliza a todos y beneficia a Sánchez. Estamos pegándonos un tiro al pie y Sánchez e Iglesias frontándose las manos.

P.- La de vueltas que da la vida… en abril del año pasado usted aseguraba que abandonaba la política, molesto tras colocarle la dirección de Casado en el puesto 17 de la lista a las europeas. Hoy preside el PP vasco de nuevo.

R.- La lista europea era complicada, había mucha gente. Di un paso atrás cuando vi que no se contaba conmigo. Le dije entonces a Casado que siempre estaría a su disposición y que me llamase si me necesitaba y así ha sido. Siempre estaré a las órdenes del presidente, el ADN de Carlos Iturgaiz es el PP vasco y el PP de España.

P.- Qué pronóstico se atrevería a hacer del peso que tendrá el PP vasco dentro de cuatro años, cuando debe finalizar su mandato.

R.- Me lo fía largo. Todo dependerá del trabajo que hagamos. Será intenso, vamos a patear pueblos, municipios y comarcas para intentar que el resultado sea mejor y que la tendencia descendiente se empiece a remontar. Quiero que empiece a remontar el vuelo el PP.

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