Un rap de campaña y toda la carne en el asador con Ada Colau en un acto municipalista. A las puertas del ecuador de la campaña la candidatura de Catalunya en Comú-Podem (CatEC-P) sigue estancada en las encuestas, en el mejor de los casos, y desaparecida de un debate mediático polarizado por el PSC y los dos grandes partidos independentistas, JxCat y ERC.

El sondeo de última hora hecho público este jueves por el CIS da un respiro a los de Ada Colau, a los que pronostica casi un 9% de los votos, un punto y medio por encima de los apoyos obtenidos en 2017. Pero el de José Félix Tezanos es el único estudio que pronostica un crecimiento de la confluencia de Podemos.

Retroceso según el CEO

Según el Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat, CatEC-P se quedará el próximo 14F con un 6,5% de los apoyos, un punto por debajo de los resultados del 21D de 2017. El sondeo publicado por el CEO hace una semana apunta a un retroceso de los morados, que se quedarían en séptimo lugar en el Parlament.

Tanto el PP como la CUP superarían a los comunes en escaños, aunque en el caso de los antisistema el sorpasso sería fruto de su mayor implantación en la Cataluña rural, en la que los escaños son "más baratos" que en Barcelona.

La fuerza de los morados se concentra en Barcelona y su entorno metropolitano, donde ostentan las alcaldías de El Prat y Sant Feliu de Llobregat, además de la capital. Hace tres años, los comunes consiguieron siete de sus ocho diputados en la demarcación de Barcelona. El octavo el Tarragona, mientras los 25.800 votos cosechados en Lleida y Girona cayeron en saco roto.

Eje del pacto tripartito

En este contexto, Jessica Albiach intenta hacerse un sitio defendiendo el papel de los comunes como fuerza esencial para un pacto de izquierdas. Pero desde Esquerra hacen oídos sordos a sus cantos de sirena, conscientes de que solo ganarán en el bloque independentista si su apuesta por la secesión parece inequívoca ante su electorado.

Eso pasa por hablar de pactos con JxCat y la CUP, no con los comunes. Cualquier acercamiento a los morados hace pensar en una reedición del tripartito que es la peor imagen para Esquerra en campaña electoral.

Los socialistas sí abogan por un acuerdo con los morados. De hecho, es el único socio del que Salvador Illa habla sin tapujos en sus intervenciones públicas. Pero en el caso de Illa esas referencias se parecen más al abrazo del oso con el que el PSC espera captar parte del voto de CatEC que no se siente cómodo con los flirteos secesionistas de voces tan autorizadas como la del portavoz en el Congreso, Jaume Asens.

Iglesias y el "exilio" de Puigdemont

En este contexto, tampoco ayudaron, en el arranque de campaña, las declaraciones de Pablo Iglesias en defensa de Carles Puigdemont, al que comparó con los republicanos exiliados tras la Guerra Civil. Unas declaraciones que tuvo que salir a corregir Ada Colau, tras el incendio provocado por Iglesias en medios de la izquierda catalana.

De hecho el papel de Iglesias en la campaña, con duros ataques a Illa -en TV3-que no se corresponden con la estrategia del partido en Cataluña, han provocado ya malestar en las filas socialistas, y también entre algunos cuadros morados. Un Iglesias que esta vez no tendrá la presencia de campañas anteriores.

El líder de Podemos entrará oficialmente en campaña este fin de semana por primera vez, y volverá el próximo viernes el acto de cierre de campaña. Una presencia mucho más discreta que las de Pedro Sánchez -cinco visitas- Pablo Casado -siete en campaña, sumadas a su presencia semanal desde hace tres meses- o Inés Arrimadas y Santiago Abascal, prácticamente volcados en Cataluña estos días.