Isabel Díaz Ayuso terminó la noche del 4-M subida al famoso balcón de las victorias de Génova y jaleada por decenas de simpatizantes que quisieron asistir en primera persona al triunfo sin paliativos de la candidata. La fiesta del PP, al filo del toque de queda, se celebró por todo lo alto. Y no era para menos. Ayuso firmó 65 escaños, más del doble que en 2019. Por ella apostaron más de 1,6 millones de madrileños, la marca más alta que ha logrado en Madrid un candidato popular. El éxito de la dirigente tumbó incluso el mito de que la movilización electoral favorece a las fuerzas de izquierda: aunque la participación se disparó al 76,25%, la izquierda se quedó a 20 puntos del bloque de la derecha.

Otro de los éxitos que se atribuyen a Isabel Díaz Ayuso -y que Pablo Casado quiere replicar ahora a nivel nacional- es el de haber conseguido frenar la tendencia ascendente de Vox, que en estas elecciones sólo ha ganado un escaño respecto a su anterior marca en la Asamblea y, además, no condicionará la formación de Gobierno en la Comunidad de Madrid: la presidenta sólo necesita su abstención. En estos comicios, y tomando como referencia lo que votaron los madrileños en las últimas elecciones generales, se ha registrado un importante trasvase de votos de otras fuerzas políticas a la marca del PP. Sólo el tiempo dirá si se debe única y exclusivamente por los efectos del 'ciclón Ayuso' o si Pablo Casado consigue llevarse consigo ese éxito.

De acuerdo con los datos que traslada a El Independiente el presidente de GAD3, Narciso Michavila, cuya consultora acertó de lleno en su pronóstico para las autonómicas, los populares se han nutrido en estas elecciones de Vox y de Ciudadanos prácticamente en la misma medida. El 10-N, en Madrid optaron por las siglas del PP más de 887.000 electores, y ese número no sólo se ha mantenido, sino que ha crecido hasta alcanzar el récord de más de 1,6 papeletas. Es decir, respecto a las últimas generales, el PP ha ganado en Madrid más de 700.000 votos. De ellos, y según la estimación de Michavila, 200.000 proceden en exclusiva de Ciudadanos; otros 200.000 de Vox; y casi 100.000 del PSOE. Los 200.000 votos restantes responden a otro hito de Ayuso: sacar a casi 200.000 personas de la abstención.

Vox arrastró en las generales de noviembre de 2019 más de 653.476 votos entre los electores madrileños. En las autonómicas, sin embargo, esa cifra bajó hasta los 330.660 votos, a pesar de que el de Vox es uno de los ejemplos más representativos de la similitud que arrastran los discursos y los candidatos de las distintas fuerzas entre el 10-N y el 4-M, con Santiago Abascal convertido en este caso en el jefe de campaña de Rocío Monasterio, presente en todos los actos relevantes de la formación. En suma, Vox ha perdido entre unas y otras elecciones a más de 322.000 electores madrileños, que en su inmensa mayoría han ido a parar a la bolsa del PP.

La situación de Ciudadanos es mucho más dramática. Los naranjas se precipitan al abismo después de haber perdido en pocas semanas dos de sus principales feudos políticos: Madrid y Murcia. El 4-M perdieron toda su representación -26 diputados- y respecto al 10-N se han dejado casi 200.000 votos, que también ha captado el PP en su totalidad.

Aunque el objetivo era otro, el PSOE, que se presentó al principio de la campaña como una fuerza moderada y más próxima al centro político que sus contrincantes, no ha logrado hacerse en estas elecciones con ningún ex votante de Ciudadanos. El hundimiento del proyecto liderado en Madrid por Ángel Gabilondo ha provocado una enorme crisis en el PSOE regional, con importantes implicaciones también para Moncloa.

Los socialistas sólo han logrado retener algo más de 610.000 votos de los 957.400 que obtuvieron el 10-N, cuando se convirtieron en la fuerza más votada entre los madrileños. Las fugas, además de hacia el PP, se han producido sobre todo hacia Más Madrid, que absorbe unas 250.000 papeletas de las que se ha dejado el PSOE por el camino, con las que ha construido el histórico sorpasso y ha arrebatado el liderazgo de la oposición a los socialistas.