El Rey Felipe VI ha inaugurado este mediodía el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo en Vitoria. El centro, cuya encomienda data de 2015, se constituye como una institución cuyo objetivo es "preservar y difundir los valores democráticos y éticos que encarnan las víctimas del terrorismo". Al acto inaugural, además de los reyes, también han asistido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el lehendakari, Iñigo Urkullu.

El rey, acompañado de la reina Letizia, que vestía de riguroso negro, ha saludado a las autoridades a su llegada a Vitoria, en torno a las 12.45 horas. Junto a él, además del presidente Pedro Sánchez, han acudido el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska y la ministra de Educación, Isabel Celaá, el lehendakari Urkullu y representantes de las principales instituciones vascas y la consejera de Relaciones Institucionales del Gobierno de Navarra, Ana Ollo. Felipe VI y Sánchez han saludado a los representantes de la veintena de asociaciones de víctimas invitadas y posteriormente se les ha honrado con un aurresku de bienvenida antes de pasar al interior del centro para visitar la exposición.

A la misma hora, en la plaza de Los Fueros, próxima al Centro Memorial, la asociación 'Memoria Osoa' (Memoria completa) asociaciones un centenar de personas han respaldado una concentración de protesta contra el centro por considerar que difunde una memoria parcial. Denuncian que en ella no se han incluido todos los abusos de derechos humanos cometidos, en particular los referidos a la violencia por parte de las fuerzas policiales y que por tanto es un centro "sesgado" y que no trata "a todas las víctimas por igual".

El acto institucional ha comenzado con la visita a la exposición que se ha prolongado por algo menos de una hora. En ella se ha incluido la visita a la recreación del 'zulo' de José Antonio Ortega Lara que los Reyes han podido ver in situ. Concluida la visita, los discursos han comenzado con un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas del terrorismo.

Un ejercicio de "respeto y justicia"

En su intervención, el Rey ha subrayado el valor que este centro tiene no sólo por la justicia y reconocimiento que supone para con quienes sufrieron el azote terrorista, sino por construir la memoria que se debe legar a las futuras generaciones y las que no padecieron la violencia. "Este centro supone preservar la memoria de las víctimas y un ejercicio de respeto y justicia". Ha destacado el valor que tiene poder construir una memoria de lo ocurrido para que la sociedad sea "siempre conscientes de la gravedad de lo sucedido, del dolor que el terrorismo provoca a toda la sociedad y a sus víctimas".

Felipe VI ha apuntado que también permite afianzar la necesidad de combatir siempre el terrorismo y hacerlo "con la ley, con sus capacidades policiales, de investigación, de cooperación internacional y con la Justicia". Ha calificado de gran paso el que hoy se da con la inauguración de este centro, "es un gran paso para satisfacer la necesidad pública de memoria". Ha señalado que permitirá hacerlo "con rigor" y ponerlo a disposición de quienes "tuvieron la fortuna de no vivirlo". Felipe VI ha destacado que la memoria "es imprescindible para preservar la verdad, la dignidad y la Justicia, los pilares que deben basar el reconocimiento a las víctimas".

En su intervención ha apuntado que el gran valor de la memoria debe ser convertirse en garantía de que la sociedad "no va a olvidar nunca a los que perdieron la vida, sufrieron heridas físicas o psicológicas o vieron sacrificada su libertad como consecuencia del fanatismo terrorista".

Centro pionero

El Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo acumulaba años de retraso en su inauguración, desde que su construcción ya fuera recogido en la ley de Reconocimiento y Protección Integral de las Víctimas de 2011. El Rey ha destacado su carácter pionero en Europa por situarse en "la vanguardia" en el modo de abordar la construción de la memoria, "es un referente para visibilar a las víctimas del terrorismo, de su memoria y dignidad".

A lo largo de tres plantas, en las seis salas que a partir de mañana se abrirán al público, se abordan las "causas, desarrollo y efectos de los diferentes terrorismos" acaecidos en España entre 1960 y la actualidad. En el Centro se muestran las distintas formas de actuar de ETA, el Grapo, los GAL, el yihadismo y otras organizaciones terroristas. En total, se resume la acción violenta de grupos terroristas que provocaron en España 1.453 víctimas y 4.977 heridos.

Además de exhibir algunas de sus armas, de sus modos de coacción, seguimiento y señalamiento, también se incluyen decenas de paneles audiovisuales, así como audios en los que se pueden escuchar conversaciones o llamadas realizadas por miembros de ETA para comunicar la colocación de un explosivo o reivindicar un atentado.

El 'zulo' de Ortega Lara

En otra de las salas se hace un desarrollo cronológico del terrorismo en España desde finales del Franquismo hasta la actualidad. A lo largo del recorrido se aborda la evolución no sólo en el modo de actuar de las organizaciones violentas sino también los cambios en el abordaje de la violencia por parte de la sociedad española y las instituciones.

El elemento que mayor interés ha suscitado es la reproducción del 'zulo' en el que permaneció secuestrado 532 días el funcionario de prisiones, José Antonio Ortega Lara. Situado en la planta baja del Centro Memorial, recrear al detalle los 3 metros de largo, 2,5 metros de ancho y 1,8 metros de alto que tenía el habitáculo, en el que también permaneció secuestrado el empresario Julio Iglesias Zamora.

Las víctimas son el centro de toda la muestra. Testimonios de muchas de ellas aparecen a lo largo del recorrido, así como imágenes y recuerdos familiares, cartas remitidas a sus seres queridos por secuestrados o el rastro de dolor padecido tras un atentado.

El Rey Felipe VI es presidente honorífico del Centro Memorial, impulsado por el ministerio del Interior y de cuyo patronato también forma parte el Gobierno vasco. Al acto de inauguración celebrado hoy también han asistido una veintena de asociaciones de víctimas. El presidente del Centro Memorial, Florencio Domínguez, ha asegurado que desde hoy, el edificio que históricamente fue el Banco de España es hoy "el banco de la memoria".

Ha afirmado que ETA ocupa un espacio mayoritario en la exposicion permanente por el impacto y dimensión de su acción violenta "pero el Memorial no olvida ninguno de los terrorismos que hemos padecido, empezando por el de carácter yihadista que tanto dolor ha provocado en nuestro país y que constituye la principal amenaza del presente".

Verdugos implacables, víctimas inocentes

Domínguez ha señalado que el objetivo principal es transmitir a la sociedad "un conocimiento real de la historia de la violencia con pretensiones políticas y de las víctimas que provoca": "Queremos que los más jóvenes sepan lo que implica la violencia, sean conscientes de a dónde conducen los discursos del odio y entiendan que nada disculpa la vulneración de los derechos humanos más básicos". Ha apelado a trabajar por una memoria que no sea "neutral ni equidistante frente a la violencia" sino que prive al terrorismo "de cualquier justificación o reconocimiento".

En el acto también ha intervenido en nombre de las víctimas Tomás Caballero, presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo. Ha recordado que "el dolor y sufrimiento adecido por la sociedad española fue el tributo que tuvimos que pagar para defender el Estado de Derechos". Ha subrayado que en la actualidad "continuamos sometidos a la amenaza de nuevas formas de terrorismo, con alcance internacional". Ha recordado el caso de los asesinatos de los periodistas españoles, David Beriain y Roberto Fraile.

Caballero ha urgido a recordar que es la realidad de "verdugos implacables y víctimas inocentes la que no debemos permitir que se desdibuje": "Por eso este Centro Memorial podrá preservar la memoria y salvaguardar la veracidad del relato, es esencial". Para Caballero la labor documental que ya ha realizado el Centro Memorial y que continuará llevando a cabo, así como de divulgación "son un testimonio imprescindible": "El respeto que debemos a la dignidad de cada víctima, la obligacion moral que tenemos con cada uno de los que ha dado su vida por nuestra democracia, exige que no escatimemos esfuerzos para garantizar que el Estado, que supo resistir a la fuerza de las armas, no sucumba ante ninguna otra forma de coacción, ya sea dialéctica o política".