"Autocrítica". Esa es la palabra a la que se aferran en Moncloa a la hora de evaluar el contenido del artículo en el que el líder de ERC, Oriol Junqueras, admite que los indultos servirán para "aliviar el conflicto y el sufrimiento de Cataluña" y cómo la respuesta del independentismo "tampoco fue entendida como plenamente legítima por una parte de la sociedad, también de la catalana".

Es uno de los gestos que el Ejecutivo esperaba para poder justificar la concesión de la medida de gracia a los doce condenados por el procés, aunque para la oposición no es condición suficiente. Incluso internamente en el PSOE hay quien considera que, siendo "muy positivo" el gesto de Junqueras, cuestiona que haga falta "que salten todas la alarmas, internas y encuestas, para programar este tipo de declaraciones de los interesados".

Es evidente que a Moncloa no le ha pillado por sorpresa la carta abierta del líder de ERC publicada en catalán en el diario Ara y en castellano por La Sexta, justo coincidiendo con un acto en Barcelona que ha reunido por vez primera desde las elecciones catalanas a un investido presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, con Pedro Sánchez. Una calculada escenificación que ha permitido a los dos apelar al diálogo.

La carta le permite a Moncloa pisar el acelerador para solventar los indultos en breve

Una maniobra que le permite a Moncloa pisar el acelerador para solventar esta cuestión en breve, por supuesto, antes del verano y, muy probablemente, este mismo mes en cuanto pasen las primarias andaluzas y la manifestación del domingo, precisamente contra los indultos. La idea del Gobierno es resucitar la "foto de Colón" para desacreditar al PP volviéndolo a vincular con Vox, algo que preocupa a los populares en plena escalada electoral. Además, los socialistas creen que el gesto de Junqueras quita fuerza a la manifestación, aunque se prevé que sea multitudinaria. En todo caso, se prepara para el relato post-manifestación.

A ello ayuda, por ejemplo, que el presidente de la Junta de Extremadura, Guillerno Fernández Vara, haya valorado también la iniciativa de Junqueras. Pasó de cuestionar la más que segura concesión de los indultos a calificar de "muy necesario" el gesto, sin dejar de advertir, en todo caso, que toda vía de encuentro debe ser "dentro de la Constitución".

El valenciano Ximo Puig, que era uno de los barones territoriales socialistas alineado a Sánchez en este tema, lo calificó de "un paso positivo" en la dirección "correcta" de "buscar puntos de encuentro". "No hay opción alternativa al diálogo ni a la política que no lleve a mayor enfrentamiento, confrontación y esterilidad", dijo.

No se espera más gestos de ningún otro condenado

Lo de Junqueras es para Moncloa un paso de gigante después de decir aquello de que el Ejecutivo central se podía meter los indultos "donde les quepa". No es esperable una declaración en el mismo sentido de otro condenado por el proceso independentista, pero los socialistas no lo necesitan. Ponen en valor la trascendencia e importancia de la figura del líder de ERC como representativo de los cabecillas de aquella declaración unilateral de independencia de 2019.

Junqueras da el visto bueno a los indultos, pero no sólo, porque también defiende la mesa de diálogo, que será el siguiente paso, a celebrar ya muy probablemente tras las vacaciones de verano. Es un mensaje cara al exterior, pero también en clave interna, ante las resistencias de sus socios de gobierno y parlamento, esto es, Junts y la CUP, partidarios de ir al choque con el Estado.

Tras dejar claro que "nunca renunciaremos al diálogo ni a la negociación", advierte el líder de ERC que sería ingenuo, "creer que el diálogo político con el Estado dará frutos tangibles de forma inmediata, pero creer que podemos prescindir de él sería una irresponsabilidad carísima. Por mucho que se critique y se ridiculice, la mesa de diálogo y negociación entre gobiernos es un éxito en sí misma porque abre un espacio para la potencial resolución del conflicto". Y uno de los principales escollos lo han encontrado en Junts, que no hizo más que boicotear esta mesa el año pasado.

Tercera semana sin reunión en Ferraz

La carta de Junqueras facilita, además, los planes del Gobierno de proceder a los indultos de forma inmediata y no seguir alargando esta polémica, según han tratado internamente esta cuestión en Moncloa.

Ferraz sigue, por su parte, sin abordarla. Es el tercer lunes sin reunión de la permanente socialista. Pero la declaración de Junqueras está sirviendo de argamasa interna. Las dudas, aseguran los medios consultados, se están difuminando. Los críticos internos, que no eran pocos ni poco importantes, suavizan su posición y ponen en valor las palabras por escrito del preso de LLedoners (Barcelona), un frente que también le interesaba a Pedro Sánchez cerrar.