Que Macarena Olona será la candidata de Vox en Andalucía es un secreto a voces que nadie en la formación se atreve a desmentir. La dirección del partido no oficializará una candidatura hasta el momento en que haya unas elecciones en marcha, pero en Vox fían a la alicantina un resultado "espectacular" en la región donde el PP aspiraba a rozar la mayoría absoluta. La secretaria general de Vox en el Congreso no ha dejado de hacer guiños a esa eventual candidatura, desde continuas visitas a diferentes provincias andaluzas hasta el reconocimiento público de que "si está de la mano de Dios" marchará a Andalucía a "asumir otras responsabilidades", como deslizó ella misma en un desayuno informativo la pasada semana.

Al PP no le pillaría por sorpresa esa candidatura, lo que no quiere decir que no inquiete o que incluso preocupe a algunos cuadros del partido. Algunos dirigentes populares señalan que la batalla con Vox no estará en Castilla y León, donde Alfonso Fernández Mañueco aspira a una "mayoría suficiente" para evitar tener que ofrecer consejerías a los de Santiago Abascal a cambio de su apoyo. La clave, insisten, está en Andalucía. "En Castilla y León podemos esquivar a Vox. A ellos tampoco les interesa entrar en un Gobierno tan pronto", señala un alto cargo de Génova.

En la sede nacional de los populares creen que la inexperiencia política y la falta de cargos de Vox con experiencia en gestión apaciguará el aparente órdago de la formación, desde la que aseguran que si la aritmética es suficiente pedirán a Alfonso Fernández Mañueco su correspondiente cuota de poder.

Las fuentes consultadas manifiestan además que, incluso en el peor de los escenarios, lo máximo que pueden necesitar de Vox son siete u ocho abstenciones, por lo que confían que su capacidad de influencia se limite a exigencias programáticas, mucho más fáciles de capear para un Pablo Casado que pretende esquivar a Santiago Abascal al menos hasta que sea el turno de las generales.

Pero en Andalucía el planteamiento es muy diferente. Tal y como adelantó El Independiente, y aunque Juanma Moreno apuntó en un principio que las elecciones se celebrarían como pronto en el mes de junio, el presidente andaluz no descartaba hace unas semanas disolver las Cortes incluso el propio mes de febrero para subirse a la ola de un aparente éxito en Castilla y León que, a la luz de las últimas encuestas, podría quedarse corto. El motivo esgrimido es la "pinza" de PSOE y Vox contra la agenda legislativa de Juanma Moreno y Juan Marín, pero en el fondo juegan otros factores, como el freno a la tendencia de crecimiento que venía experimentando el PP andaluz en los meses anteriores.

Fuentes regionales del partido creen que el 'efecto Olona' podría hacer que Vox superase su marca actual de 12 diputados en el Parlamento andaluz y rozase la veintena de escaños en las próximas autonómicas. "Si Vox supera los 20 diputados, va a ser muy complicado frenarles", suscriben en la dirección nacional. Con esta previsión, insisten, "Juanma se quedaría en el entorno de 40 escaños", por lo que las cesiones al partido de Santiago Abascal serían "importantes" siempre y cuando se cumpliesen estos pronósticos.

El escenario óptimo para Juanma Moreno sería rozar los 50 escaños -la mayoría absoluta está en 55-, gobernar en solitario y apoyarse en Ciudadanos, que según los últimos sondeos podría esquivar la desaparición y sumar un máximo de cinco diputados. Sin embargo, hace semanas que los populares vienen percibiendo un cierto freno en los sondeos en paralelo a la fortaleza que parece adquirir el partido situado a su derecha, y que podría multiplicarse en el momento en que la mediática Macarena Olona confirme su candidatura.