El cuerpo de Helena Jubany fue hallado el 2 de diciembre de 2001 en un patio interior de Sabadell, desnuda, drogada y con quemaduras en el cuerpo. Tenía 27 años. La investigación concluyó que se trataba de un homicidio, pero el caso se archivó en 2005 ante la falta de pruebas.

El próximo 23 de abril, el Juzgado ha citado a declarar a X. J.M. Declarará ante el Juzgado de primera instancia 2 de Sabadell como imputado en el caso, reabierto hace casi un año, apenas unos días del archivo definitivo de la causa por prescripción. La Policía ha concluido que él era el autor, al menos, de uno de los anónimos recibido por la víctima poco antes de morir.

Entre ambas fechas, el empeño de la familia Jubany y de los Careta, cuya hija y hermana, Montserrat, se suicidó en la prisión de Wad-Ras, junto a la atención de los medios, han conseguido reabrir la causa entre dudas sobre el trabajo policial y la instrucción del primer magistrado que vio el caso.

Dos acusadas por el juez, dos sospechosos para la familia

Durante la primera investigación del caso, la Policía y el primer instructor, el magistrado Manuel Horacio, centraron sus pesquisas en dos amigas de la víctima: A. E. y Montserrat Careta. Ambas fueron procesadas y detenidas en prisión preventiva, pero nunca hubo indicios suficientes para procesarlas.

Careta, que siempre defendió su inocencia, se suicidó en la prisión. En una de las notas que dejó en la prisión afirma. "soy inocente porque no he causado la muerte de Helena y para ser homicida hay que ser el ejecutor de una muerte. Me voy con la conciencia tranquila".

La familia, sin embargo, sospecha de dos hombres. El compañero sentimental de Montse, S.L. y X.M.J al que ahora se ha identificado como autor de los anónimos. Todos ellos eran miembros de la Unión Excursionista de Sabadell (UES), junto a dos testigos en los que la familia confía para que desvelen, ahora sí, la verdad de la muerte de Helena. "Llevamos 20 años esperando esta declaración" apuntaba el hermano de la víctima, Joan Jubany, en declaraciones a Ràdio Estel.

Test previos para drogar a la víctima

La autopsia reveló cantidades muy elevadas de benzodiacepina y quemaduras por todo el cuerpo. Según los forenses, Helena fue drogada mucho antes de perder la vida y, de acuerdo con las diligencias practicadas, alguien pudo subirla hasta la azotea del edificio donde hallaron su cuerpo. Aunque antes de llegar al suelo se encontraba en estado comatoso, aún seguía con vida cuando fue arrojada al vacío.

Meses antes, la víctima recibió dos notas anónimas con bebidas con la misma droga hallada en la autopsia. La primera, el 17 de septiembre, junto a una botella de horchata. Una bebida que el encantaba, aunque pocos los sabían en Sabadell, ciudad en la que llevaba residiendo apenas unos meses. "Pasábamos por aquí y hemos dicho ‘a ver Helena, ¿qué se cuenta?’ ¿Quiénes somos? Te llamaremos. A comérselo todo".

El 9 de octubre, recibió una segunda nota, esta vez con un zumo de melocotón. "Se lo tomó en el trabajo y quedó atontada, dormida, sin poder coger el coche", relató después su hermano. A la mañana siguiente, se despertó y no recordaba prácticamente nada, por lo que llevó a analizar el zumo: tenía somníferos. En la segunda nota se hacía referencia a un próximo encuentro en el Unión de Excursionistas de Sabadell.

Los investigadores concluyeron que se trataba de "pruebas" para calcular la dosis de droga que necesitaban para dejar inconsciente a Jubany. Durante algún tiempo se especuló con la posibilidad de "un juego de rol que se les fue de las manos". Otras fuentes apuntan a un crimen machista, porque Jubany había rechazado a uno de los sospechosos. El por qué del asesinato siempre ha sido el aspecto más oscuro del caso.

Investigación defectuosa

Durante años, la familia de la víctima ha denunciado la defectuosa investigación policial y peor instrucción del caso. La policía no buscó restos de ADN ni huellas. Ni en el piso de Careta y S.L. ni en el piso y el coche de Jubany. Trabajaron desde el principio con la hipótesis de que Helena fue por su cuenta al piso en el que supuestamente fue asesinada, que la retuvieron allí durante dos días y después la lanzaron desde la azotea al patio de luces. Pero no podían asegurarlo porque no buscaron restos de ADN ni huellas en ninguno de estos escenarios.

Tampoco siguieron la pista de los anónimos en el ordenador de la víctima. La policía solo lo encendió para ver a qué hora se conectó la víctima por última vez, nunca revisó el disco duro. El juez no requirió ninguna de estas pruebas, y se negó a hacer periciales para comparar la caligrafía de los anónimos con los dos hombres del grupo excursionista.

Los medios reabren el caso

Años después, dos estudiantes de periodismo empiezan a investigar el caso. El hermano de Jubany les autoriza a hacer una copia del disco duro del ordenador de la víctima, y ahí descubren más anónimos. El caso salta a la prensa y TV3 le dedica varios capítulos de la serie Crims. Otras cadenas empiezan a seguir el caso, y con ese eco y las nuevas averiguaciones la familia acude de nuevo a la justicia.

En julio de 2020 a pocos días del archivo definitivo de la causa por prescripción, el Juzgado de instrucción 2 de Sabadell aceptó reabrir el caso para investigar los anónimos que Jubany recibió semanas antes de morir acompañado con comida y bebida. Un año después se acredita que el autor de los anónimos online es X.J.M. Esto hace que el juez encause a Xavi y pida la prueba caligráfica que demuestra que también fue el autor de los anónimos.

El titular del Juzgado de instrucción número 2 de Sabadell ordenó el vencimiento de las responsabilidades penales para los posibles implicados que no hayan tenido nunca la condición de investigados. Pero también ordenó en agosto de 2020 reabrir las actuaciones para indagar en la coartada de uno de los principales sospechosos, S.L., pareja de Careta.

Además, un informe caligráfico de la Policía entregado en el juzgado concluye que la letra de estos anónimos coincide con la del investigado X.J.M. y por eso lo cita a declarar la semana próxima.

Investigación abierta

En otras palabras, a partir de ahora, el proceso judicial solo puede seguir sobre S.L., X. J. y A.E., los tres miembros investigados de la Sección Naturaleza de la Unión Excursionista de Sabadell (UES) investigados en algún momento de la causa.

La acusación particular cree que aún hay margen para realizar una investigación policial y atribuir responsabilidades penales. Hasta 2025 en el caso de S. L., y 2041 por lo que respecta a X.J.M. La familia de la víctima confía, además, que una vez prescrito el caso para los no investigados -prescrito por tanto el delito de encubrimiento- otros miembros del grupo excursionista explique lo que saben.