La sesión de control al Gobierno en el Congreso era el termómetro perfecto para medir si se ha inaugurado un nuevo clima de relaciones entre el Ejecutivo y el primer partido de la oposición. Tras el cambio de formas del "cara a cara" en el Senado entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, lo que no estuvo exento de discrepancias, Sánchez y la portavoz popular, Cuca Gamarra, han repetido el mismo tono de sus habituales enfrentamientos.

Lo cierto es que la sesión de control venía precedida de un larguísimo debate sobre el cambio de posición de España respecto al Sáhara y la última cumbre europea. Ya con signos de agotamiento de los diputados, la portavoz popular, Cuca Gamarra, se ha interesado por las divisiones dentro del Gobierno, a lo que el presidente le ha replicado que "unidos o no, depende de con quién nos comparemos" y ha recordado a continuación las coaliciones entre el PP y Ciudadanos que han ido cayendo por el camino como los gobiernos de Madrid, Murcia, Castilla y León y, finalmente Andalucía, con una convocatoria adelantada, en unos meses, de elecciones.

Compara la estabilidad de su coalición con las rupturas de los gobiernos PP-Ciudadanos

"¿Cuál es el problema? El problema es que han cambiado da aliados, los señores de arriba por los de abajo -ha dicho Sánchez en alusión al emplazamiento de los grupos parlamentarios de Ciudadanos y de Vox en el Hemiciclo- Abren las puertas a gobiernos de coalición con la ultraderecha". Y ha agregado que su Gobierno "está unido en lo fundamental, en proteger a las familias, a las empresas y dar una respuesta justa a la crisis".

Gamarra ha insistido en el que es el nuevo mantra del PP. La diferencia "es entre gobernar y resistir", ha dicho parafraseando a Alberto Núñez Feijóo en el Senado y defendido que, a diferencia de Sánchez "nosotros ponemos las urnas y a usted le da absolutamente todo igual. Solo se ponen de acuerdo en lo que sirve para seguir en el Gobierno, en sus 22 ministerios y cientos de asesores que son el cemento de su alianza, también en subir los impuestos porque les va la vida ello y en proponer cuestiones ideológicas y no dar soluciones. También en colonizar la Fiscalía, el CIS o Correos. Ya no gobierna, solo resiste. Nunca un gobierno costó tanto a millones de españoles", ha sentenciado.

Sánchez ha apelado a las 144 iniciativas legislativas y dos Presupuestos Generales que el Gobierno de coalición ha sacado adelante en este tiempo y, en cuanto a la colonización de las instituciones, ha echado mano del "caso Kitchen", esto es, de utilización de medios del estado, para entre otras cuestiones "2 perseguir adversarios políticos". En todo caso, y a diferencia de hace dos semanas, no ha insistido más sobre los casos de corrupción del primer partido de la oposición.

"Desacato institucional" de la Generalitat

Santiago Abascal le ha preguntado por el "desacato institucional de la Generalitat" para incumplir la sentencia del 25 por ciento de la educación en catalán. Con su habitual tono ha acusado al presidente del Gobierno de "ser un peón y dejado secuestrar pro el separatismo".

Sánchez ha descargado en el TSJ la decisión de estudiar si se da o no cumplimiento a sus sentencias y acusado al líder de Vox de tener dificultades "para entender cómo funciona esto de una democracia".

"A usted le importa muy poco el cumplimiento de la sentencia. Tiene un problema con la Constitución y su título VIII. Trae esta pregunta porque están de campaña, para exacerbar los ánimos. Usted aspira a otros gobiernos anteriores a la Constitución. No creen en la democracia ni en el sistema de valores de la UE. No vamos a usar las lenguas como elemento de confrontación política", ha manifestado el jefe del Ejecutivo.