Los altos cargos argelinos encajaron sin escenificación pública el golpe propinado por España el 18 de marzo. En su mayoría, callaron. El Gobierno español vendió el mutismo como el gesto de quien otorga y estaba al tanto del movimiento. Desde entonces el veterano establishment que gobierna Argel ha ido barruntando la respuesta, sin prisas y con la paciencia de quien opta por cobrarse la venganza en bandeja de plata. Hasta esta semana. La vendetta diseñada desde el país árabe hiere a la economía española en una coyuntura adversa marcada por la invasión rusa de Ucrania.

“Este Gobierno español ha sobrepasado los límites que Argelia podía aceptar”, explica a El Independiente Yahia Zoubir, un analista de raíces argelinas bien conectado con el poder político y militar que gobierna en Argel. “Su incumplimiento del tratado de buena vecindad, amistad y cooperación es evidente desde el punto de vista jurídico argelino. Francamente, la forma en la que el Gobierno español pretende justificar su decisión es ridícula”, opina.

El Ejecutivo español se apresuró ayer a deslizar a través de sus medios afines que llevará las últimas medidas argelinas ante la Unión Europea por considerarlas una vulneración de los acuerdos con Bruselas. En Argel, sin embargo, alegan con determinación que quien violó el tratado fue el Ejecutivo de Pedro Sánchez y que ellos se sienten libres de desvincularse. Al apoyar las tesis marroquíes de autonomía para la ex colonia española al margen de la ONU, quebró la legalidad internacional recogida en el tratado suscrito allá por 2002.

"El PSOE no calculó el movimiento"

En los despachos argelinos, donde la lealtad es un valor preciado, se ha extendido la sensación de que Madrid ninguneó al país al negociar con la Casa Real marroquí el cambio de posición en el Sáhara Occidental, un “dossier” que Argelia considera un asunto de Estado y en el que no está dispuesto a renunciar ni un ápice. “La sensación es que los socialistas españoles no calcularon con cuidado las consecuencias de su decisión”, reseña Zoubir. La principal duda ahora es si estuvo causado por un grave desconocimiento de Argelia y sus dinámicas o fue fruto de las presiones ejercidas por Marruecos, en forma de un chantaje sobre La Moncloa que Argel sí sospecha que se ha producido.

La presidencia argelina ha llegado a la conclusión de que Madrid ha sellado una alianza con Rabat que une la suerte del Gobierno español a la de la monarquía alauí, con la que mantiene una enemistad histórica. Esa hostilidad parece hoy trasvasarse hacia Madrid, alimentada por los nuevos reproches de una relación rota. “Argel observa que se ha creado una alianza entre Marruecos y España en contra de Argelia”, desliza el analista. Es la percepción que reina en los círculos de poder de un país desconfiado por naturaleza, que se halla en transformación tras la muerte de Abdelaziz Buteflika.

Madrid ha sellado una alianza con Rabat que une la suerte del Gobierno español a la de la monarquía alauí, según Argel

“Lo que más le duele a los argelinos es que, una vez que el Gobierno español obtuvo las garantías sobre el gas, le dio la espalda y se fue a negociar sobre el Sáhara con Marruecos. Ahí es donde está la verdadera traición”, arguye Zoubir.

La respuesta pergeñada lentamente y anunciada finalmente este miércoles, con el trasfondo de la comparecencia de Sánchez en el Congreso de los Diputados, ataca en el plano económico. Es, reconocen los expertos consultados por este diario, una apuesta que implica pérdidas y daños también para el lado argelino. Pero Argel, en un haraquiri guiado por el orgullo herido, está decidido a pagar el precio mientras privilegia la relación con Italia, convertido en su nuevo socio energético europeo.

Llamadas al boicot de productos españoles

España es el tercer cliente de Argelia -tras Italia y Francia- y su quinto proveedor, superado por China, Francia, Italia y Alemania. “La suspensión del tratado de amistad supone que la cooperación en la mayoría de las áreas podría reducirse al nivel más bajo posible”, indica a este diario el economista argelino Ishak Kherchi. “Es un asunto ya de incompatibilidad política”, agrega. El experto advierte de que no se ceñirá solo a la transacciones bancarias de productos y servicios, como estableció la circular de la asociación bancaria argelina, sino también a otras acciones más informales e indiscriminadas. “Probablemente todo lo 'hecho en España' será boicoteado”, esboza. “Hemos empezado a escuchar rumores de importadores que tienen problemas para obtener la licencia con el objetivo de importar desde España”.

Probablemente todo lo 'hecho en España' será boicoteado

La congelación del comercio exterior, que entró en vigor ayer jueves, “impactará en las pequeñas y medianas empresas en ambos lados”. Ayer una de las primeras empresas afectadas fue la cántabra Vitrinor, una cooperativa de 400 trabajadores dedicada a la fabricación de menaje de cocina, que reconoció haber sufrido la cancelación por su distribuidora argelina de pedidos por valor de 200.000 euros. “Imagina la gravedad del asunto que el Gobierno argelino ha puesto los temas de la seguridad nacional por encima del comercio”, recalca Zoubir.

La orden no afecta, sin embargo, a las transacciones del gas. “En el tema del gas natural, Argelia es un socio fiable que respeta los acuerdos aunque podrían surgir algunos problemas si España vulnera las obligaciones del contrato, exportando a un tercer país”, comenta Kherchi. “Para el gas natural licuado, todas las posibilidades están abiertas, porque no existen restricciones u obligaciones entre el vendedor y el comprador”.

El presidente argelino Abdelmadjid Tebboune recibe este jueves a su homólogo venezolano Nicolás Maduro. EP

"No es una nube otoñal"

El Ejecutivo de Sánchez se enfrenta ahora a la furia argelina en una crisis que los analistas comparan con la que abrió la invasión marroquí del Sáhara Occidental en 1975, cuando en las postrimerías de la dictadura de Franco el entonces rey marroquí Hasan II aprovechó para anexionarse ilegalmente el territorio. “O incluso peor”, alertan. Desde marzo, La Moncloa ha tratado de minimizar el alcance del enfado de Argel. Una estrategia comunicativa que solo ha servido para incrementar la indignación del país vecino, que tiene otras armas a su alcance como el control del flujo migratorio. “Se han traicionado décadas de amistad y cooperación. Este Gobierno español ha destruido eso y el equilibrio territorial. Hoy España es percibido como un país hostil a Argelia, al mismo nivel de Marruecos”, declara Zoubir.

Desde marzo han sido contados los funcionarios argelinos que se han expresado abiertamente sobre el rifirrafe que ha dinamitado una apuesta argelina de largo aliento: mientras Francia apoyaba abiertamente a Marruecos en detrimento de su otra ex colonia, Argelia forjó una entente con España.

Los argelinos que han roto el silencio general, no obstante, han pronosticado que no será sencillo arreglar el entuerto. “Lo que está sucediendo entre Argel y Madrid no es sólo una nube otoñal que se disipará con rapidez. Los que hablan de un enfado temporal de Argelia, no viven en el mundo real", ha precisado Amar Belani, enviado especial argelino para el Sáhara Occidental y los países del Magreb.

Varios ministros del Gobierno de coalición exhibieron ayer su deseo de que los lazos se reconduzcan “a la mayor brevedad posible”. Un escenario descartado por completo al otro lado del mediterráneo. “Deberíamos hacernos a la idea de que las tensiones durarán durante mucho tiempo y el precio del gas terminará subiendo”, detalla el analista. La apuesta argelina va en serio. “Uno de los escenarios es que quieran derriba el actual Gobierno”, concluye Zoubir.