Barcelona será probablemente la plaza más disputada en las elecciones municipales del 28 de mayo. Las encuestas repiten en las últimas semanas la previsión de un empate técnico entre PSC y ERC, con Ada Colau pisándoles los talones y la entrada, aparentemente fulgurante, de Xavier Trias bajo las siglas de JxCat.
Hasta siete partidos superan el 5% de los votos necesario para entrar en el consistorio, según los sondeos, pero ninguno llega al 25%. No hay favoritos, las coaliciones pos-electorales serán la clave del próximo Ayuntamiento de Barcelona. Y el PP sigue sin candidato en una batalla crucial para consolidar su recuperación en Cataluña.
En los últimos meses se ha especulado con los nombres de la portavoz en el Parlamento Europeo, Dolors Montserrat, el ex presidente del PP catalán Daniel Sirera, la actual portavoz en el Parlament, Lorena Roldán, y la ex regidora Angels Esteller. Todos esos nombres han estado sobre la mesa de Alberto Núñez Feijóo, confirman fuentes del PP catalán. Pero ninguno se ha consolidado.
Génova decide
La decisión final se tomará en Génova, y la dirección de Feijóo parece empeñada en tomarse su tiempo. El propio presidente del partido ha insistido desde que accedió al cargo en que Barcelona y Cataluña son objetivos prioritarios para el partido, habida cuenta de la crítica situación de los populares en esta comunidad.
Feijóo ha visitado Barcelona con frecuencia en los últimos meses, no siempre con visitas públicas, y ha multiplicado sus contactos con la "sociedad civil catalana". De esos encuentros podría salir el nombre del próximo candidato. Aunque en la sede catalana del PP recelan de los "experimientos" tras la crisis provocada por Bou.
Nadie niega que su candidatura fue clave para mantener la presencia del PP en el Ayuntamiento de Barcelona. Pero tras las elecciones su enfrentamiento con el partido en Cataluña partió en dos el grupo municipal y solo ha generado disfunciones con el PP catalán.
"En breve" se desvelará el misterio, aseguran desde la dirección catalana, apuntando al mes de enero como fecha límite para designar al sustituto de Josep Bou. Pero descartan la creación de una "plataforma de electores" o cualquier otra fórmula que no pase por mantener las siglas del PP en Barcelona.
Vox y Cs aclaran el panorama
Mientras, sus rivales más directos han designado ya a sus candidatos. La periodista Anna Grau será con toda probabilidad la candidata de Cs para intentar conservar su representación en Barcelona. Grau debe pasar todavía por las primarias de la agrupación local, pero nadie cuestiona su candidatura tras la retirada de Luz Guilarte.
Los naranjas aspiran a revertir con Grau el desastre en el que se ha convertido su mandato municipal. Concurrieron a las elecciones de 2019 con la lista liderada por Manuel Valls, que se rompió en el primer pleno cuando el ex primer ministro francés votó a Colau para evitar un gobierno municipal de ERC.
Valls se fue, pero su número dos, Eva Parera, creó Valents y dos de los ex regidores de Cs se sumaron a su grupo. Ahora Valents compite con Cs, PP y Vox por el espacio constitucionalista en Barcelona. Y es el único partido que lo hace con una candidata que ya está en el Ayuntamiento.
Vox ha designado esta semana a su candidato, Gonzalo de Oro, un desconocido en la política catalana que jugará la carta de la marca electoral para que los verdes entren en el consistorio. No lo tiene fácil. La recuperación del PP en Cataluña hace casi imposible repetir el sorpasso de Vox al PP en las últimas autonómicas. El reto es llegar al 5% para entrar, y no todas las encuestas sitúan a los verdes por encima de este umbral.
Trias golpea el tablero
En este contexto, la entrada de Trias en la carrera electoral barcelonesa parece haber golpeado el tablero con consecuencias para casi todos los partidos. Y paradójicamente, Ada Colau parece la única beneficiaria. El rechazo a la gestión de la alcaldesa va a ser uno de los ejes de la campaña electoral.
Un eje que Ernest Maragall, por ejemplo, se ha propuesto evitar para centrar el debate en la contraposición ERC-PSC, los dos favoritos. Pero la llegada de Trias puede restar votos a Maragall, por el flanco independentista, y al socialista Jaume Collboni. Ambos han apoyado a Colau en los últimos años y Trias se presenta como una opción más claramente anti-Colau. Esa será la carta que juege el ex alcalde.
También la de ser el único candidato de la franja alta que se declara de centro derecha, lo que podría restar votos al bloque constitucionalista. Por eso PP, Cs, Vox y Valents se esforzarán a partes iguales en atacar a Colau y recordar que Trias representa a Junts, el partido de Laura Borràs y Carles Puigdemont.
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