La reforma de la ley del sí es sí no solo está evidenciando las tensiones entre el PSOE y Podemos, no solo está agravando la crisis entre los socios día a día. También está agrietando el espacio confederal de Unidas Podemos, que teóricamente lidera la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Ella intenta ejercer una suerte de mediación entre las dos partes, llama insistentemente a "cuidar la coalición", pero hasta ahora no ha compartido la argumentación de Irene Montero. Pero este martes quedó también claro que no secunda los modos, el combate a campo abierto que plantea la formación morada, que en los últimos días ha tachado al PSOE de "fuerza conservadora" y ha acusado a Pedro Sánchez de acercarse más a Alberto Núñez Feijóo que a la ministra de Igualdad. "Las formas en política son claves", "sin ruido se trabaja muchísimo mejor", sostuvo Díaz en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Otra comparecencia, por lo demás, que se vio eclipsada por un asunto, la modificación de la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, que está devorando a la coalición. Porque ya el Gobierno apenas puede escapar a su propia batalla interna para calzar mensajes sobre su gestión. Todo lo centra el sí es sí. Y más en otro día de choque, en el que los morados primero se abstuvieron en la Mesa de Congreso ante la solicitud del PSOE de que se tramite con urgencia la proposición de reforma de la ley, y después rechazaron en la Junta de Portavoces, con ERC y Bildu, que el debate de toma en consideración de esta iniciativa se adelante al próximo 21 de febrero. La agonía se alarga, por tanto, ya que el primer paso de la tramitación solo se dará el 7 de marzo, víspera del Día de la Mujer.

Sigo pidiendo discreción, porque sé muy bien que cuando se quiere llegar a un acuerdo conviene tener discreción, calma y seguridad"

yolanda díaz, vicepresidenta segunda del gobierno y ministra de trabajo

Lo sucedido por la mañana en el Congreso llegó hasta la Moncloa. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, rehusó hacer más valoraciones con el argumento de que la discusión ahora está en manos de los grupos. Pero Díaz, que compareció en la rueda de prensa para explicar la subida del salario mínimo a 1.080 euros, fue preguntada por su posición política. La suya. "Mi posición, que es la del espacio al que represento, es clara. Primero, alcancemos un acuerdo, me van a encontrar siempre ahí. Sé que sin ruido se trabaja muchísimo mejor. Lo dice una ministra que ha tenido en sus manos 14 acuerdos complejísimos [...]. Sigo pidiendo discreción, porque sé muy bien que cuando se quiere llegar a un acuerdo conviene tener discreción, calma y seguridad".

La vicepresidenta instó a "dejar trabajar a los grupos parlamentarios, que tienen oficio y experiencia". No era una afirmación pasajera, porque precisamente lo que reprocha Podemos al PSOE es que no se reúna con Igualdad para alcanzar un acuerdo, y los socialistas se niegan porque consideran que ese espacio de negociación ya estaba agotado, que el debate en el que estaban ya Justicia e Igualdad era "circular" porque las propuestas de Montero no abordaban el punto clave para la Moncloa y Ferraz: endurecer las penas de los agresores sexuales. El PSOE quiere llevar, pues, las conversaciones al ámbito parlamentario. "Acuerdo, acuerdo, acuerdo, y discreción, discreción, discreción. Ahí me van a encontrar siempre. Pediría cierta serenidad, estamos en un momento de cierta sensibilidad en nuestro país y, como siempre digo, nos esperan cuidando la coalición", remachó. "Cuidar la coalición" es lo que también pidió a los morados el lunes la vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

No hay solo "camisetas"

Los periodistas preguntaron entonces a Díaz si cuidaban de la coalición las palabras de este fin de semana de la líder de Podemos y titular de Derechos Sociales, Ione Belarra —ella fue la que dijo que el PSOE es una "fuerza conservadora" a la que "siempre le entra miedo"—, y de la número dos de Igualdad, Ángela Rodríguez Pamacusó a Sánchez de estar más próximo a Feijóo que a Irene Montero—. La vicepresidenta recordó que ella ha misma, como miembro del área económica del Gobierno, ha librado debates "intensos" y "nadie se ha enterado" de ellos. "Las formas en política, igual que en el Derecho, son claves y, a veces, son más importantes que el fondo". El recado al núcleo duro de Podemos era obvio. Fuentes de su entorno explicaron posteriormente, sin embargo, que su mensaje se dirigía a las dos partes del Gobierno y no exclusivamente a Podemos. Pero su respuesta fue inequívoca, sobre todo porque se le había preguntado expresamente por las palabras del fin de semana de Belarra y Pam.

En el entorno de Díaz señalan que ella se dirigía a las dos partes, pero en la rueda de prensa fue preguntada por las críticas de Podemos al PSOE

La titular de Trabajo sostuvo durante la comparecencia que obviamente hay posiciones políticas diferentes dentro del Gobierno, pero a ella la encontrarán siempre "con estas formas" —es decir, sin beligerancia o acritud— "y siempre cuidando la coalición". Y añadió que ella conoce bien a Feijóo, como gallega que es y porque le hizo oposición en el Parlamento autonómico, y sabe bien que su "carácter moderado queda bastante lejos de la realidad". "Me van a encontrar siempre caminando en defensa del progreso de mi país, ensanchando derechos para los trabajadores y para las empresas y por supuesto ensanchando derechos para las mujeres, el colectivo LGTBI y trans y mejorando la vida de la gente". Díaz también agregó que los debates en el Gobierno no siempre son "por camisetas", es decir, no siempre se opone la postura del PSOE a la de UP: a veces hay "mixtura". Se podía interpretar que esa "mixtura", esa posición a medio camino, es la suya propia.

Rodríguez, por su parte, se remitió a la tramitación parlamentaria, que los grupos que "promovieron la ley y aquellos que la apoyaron" aborden juntos esta cuestión para "dar solución a un problema". La portavoz insistió, como ha venido haciendo su partido, que el Ejecutivo no rechazará "ningún voto"tampoco los del PP, por tanto—, pero sí pidió "encender las alarmas rojas" porque la reforma del sí es sí se debate "al tiempo que se ve cómo 13 años después de que se aprobase la ley del aborto el PP está aún preguntándose si es un derecho o no".

"Eso es una amenaza que está ahí: que una fuerza política tan importante como el PP, que yo creo que en esta cuestión no está ni representando el sentir de sus votantes, se esté cuestionando a día de hoy si es un derecho o no", avisó. Rodríguez censuró que "ni siquiera la resolución del Tribunal Constitucional", validando la ley de 2010, haga concluir a los populares que "efectivamente es un derecho". Era un intento lógico de escapar del sí es sí. Pero el Gobierno es consciente de que el boquete es ya demasiado grande como para intentar disimularlo.