Cataluña, Baleares y Murcia triplican el abandono escolar de Euskadi y Navarra

Es probablemente el combustible social, personal y económico más valioso. La educación determina, en gran medida, el desarrollo de un país, de una región y de un individuo. Se trata de una competencia que en nuestro país está transferida a las comunidades autónomas y cuyo análisis revela resultados muy dispares entre unas y otras. El último avance de las variables educativas correspondiente al año pasado publicado por el Ministerio de Educación muestra cómo el abandono escolar es el triple en comunidades como Cataluña, Baleares o Murcia de lo que es en comunidades como Euskadi o Navarra.

La horquilla que dibuja este indicador revela una realidad escolar muy dispar entre comunidades autónomas. Si la media en España el año pasado fue de una tasa de abandono de las aulas –antes de concluir la enseñanza obligatoria- del 13,9% del alumnado, comunidades como Murcia disparan ese porcentaje hasta el 18,7%. Tras ella aparece la fotografía escolar de las Islas Baleares, con una tasa de abandono del 18,2% de los escolares antes de terminar sus estudios obligatorios. En una situación similar figura Cataluña, con una tasa del 16,9%. Por encima de la media también aparecen otras comunidades autónomas, como la Comunidad Valenciana (15,7%), Ceuta (15,6%), Andalucía (15,3%) y Castilla La Mancha (15,1%).

En el otro lado de la balanza se ubican la mayor parte de los sistemas educativos españoles. De las 19 comunidades y ciudades autónomas, una docena de ellas registran tasas por debajo de la media nacional. En ese bloque el País Vasco es el que logra la tasa más baja. En el sistema escolar vasco sólo 5,6% de los escolares abandona los estudios antes de terminar la educación obligatoria y en la vecina Navarra lo hace el 5,7%.

A cierta distancia aparecen Cantabria, Galicia, Castilla y León y Extremadura, donde casi uno de cada diez alumnos no llega a completar los estudios. Por encima del 11% de abandono escolar aparecen La Rioja, Aragón, Asturias y Canarias. El tercer bloque por debajo de la media nacional lo conforman Melilla (12,7%) y Madrid, con un 13,2% de abandono.

Más abandono en los chicos

En esas tasas de fracaso escolar los chicos tienen más presencia que las chicas. Entre los varones, el porcentaje de los que no logran terminar sus estudios es del 16,5% frente al 11,2% de las mujeres.

En España este problema sigue estando significativamente por encima de lo que refleja la media de la Unión Europea, donde el abandono alcanza al 9,7% del alumnado, frente al casi 14% de nuestro país. Los indicadores permiten, sin embargo, tener una visión optimista respecto a la evolución de la educación. En la última década la mejora ha sido importante al prácticamente haber reducido a la mitad este indicador. En 2012 España registraba una tasa de abandono del 24,7% (28,9% entre los chicos y 20,5% entre las chicas), prácticamente el doble respecto al final de 2022.

Otro indicador que también ha mejorado de manera importante es el referido al porcentaje de alumnos que logra terminar en los últimos años no sólo la enseñanza básica sino también el bachillerato, la segunda fase de la educación secundaria. En 2012 entre la población de 20 a 24 años el porcentaje de jóvenes que habría logrado cursar el bachillerato apenas era de seis de cada diez. Hoy ese porcentaje se ha incrementado al 78,7%, es decir prácticamente ocho de cada diez.

Educación Superior, por encima de la UE

En lo que a educación superior se refiere, el mapa educativo español es notablemente mejor que el de la media en Europa. En España la mitad de la población entre los 25 y 35 años contaba al final del año pasado con una titulación superior. Ese 50,5%, que viene creciendo de modo constante desde 2016, representa además casi diez puntos más que el porcentaje medio de los 27 países de la UE, que se sitúa en el 41,2%.

De nuevo las mujeres son las que demuestran una mayor dedicación y constancia en la formación. En el caso de la educación superior el 57% de las jóvenes en esas franjas de edad tenía algún título universitario frente al 44% de los hombres. Una brecha entre géneros de casi trece puntos que además se viene incrementando de año en año.