Silencios, cautela y algo más de información. Es lo que ha ofrecido Macarena Olona, la exdiputada y ariete judicial de Vox, en una entrevista para La Sexta sobre su salida en julio del partido que lidera Santiago Abascal. Ello, tras no cumplirse las expectativas electorales en Andalucía, que apuntaban a poder condicionar la gobernabilidad del Partido Popular como ocurrió el año pasado en Castilla y León. A ello, Olona ha añadido otros elementos relevantes del ámbito interno y externo que rodea a Vox, como puede ser la financiación, las facciones que confluyen dentro de la organización, la influencia externa o los valores que defienden sus integrantes.

Olona ha protagonizado una conversación extensa con el periodista Jordi Évole, en la que ha mostrado su 'cara A' y 'cara B'. Un juego de palabras por las dos partes que han compuesto el diálogo de dos horas y por las "contradicciones" del relato ofrecido por la alicantina, algo que el mismo presentador ha destacado. Al margen de las sospechas sobre la financiación irregular de Disenso, apropiación indebida de fondos de los grupos parlamentarios y de la vinculación de dirigentes con la ideología nazi, estos son los principales dardos a la formación de Abascal pronunciados por Olona:

Cerramiento interno

Olona ha trasladado a Évole que en esta entrevista, la primera que concede en televisión en lo que va de año, se siente "libre" para hablar. "No vengo con miedo, la verdad es como un león porque se defiende sola, hay que soltarla", ha mencionado. La exdiputada ha hecho referencia al cerramiento comunicativo de Vox, que le impedía protagonizar este tipo de conversaciones. "Estaba sometida a una disciplina que determinaba mis actos de comunicación y debía de pasar por los responsables" de prensa, ha apuntado. Sobre el señalamiento a medios de comunicación y periodistas, Olona, que ha participado en ello durante su etapa en el partido, lo ha justificado mencionando que "Vox sufre una manipulación mediática; yo la he sufrido en mis carnes". Pero sí cree desproporcionadas algunas valoraciones hacia entidades como La Sexta: "he hablado con [Antonio García] Ferreras, fue un exceso".

Desde el Congreso "hay que utilizar palabras contundentes para que el mensaje cale, pero he salido de una trinchera", algo que compara con el Parlamento andaluz, donde "el ambiente es más distendido". La cámara baja "no te permite respirar por la crispación", añadió.

Durante toda la entrevista, la exparlamentaria no ha dejado de tocarse el lóbulo izquierdo de la oreja, una muestra de incomodidad y deseo de no escuchar y de no querer oír más preguntas.

La salida de Vox y su relación actual

Junto a sus problemas de salud, como reitera y esgrimió en ese momento, su salida de Vox y de la política el 31 de julio de 2022 se debió a que "sabía que me iban a apagar la voz". "Me convertí en un obstáculo", ha asegurado, destacando que su influencia e identidad ha sido clave entre "las cuatro o cinco personas" que han puesto su "impronta personal" para levantar la marca. La sensación de desconfianza, que pese a todo no ha querido atribuir a dirigentes como los vicepresidentes Jorge Buxadé y Javier Ortega Smith, hicieron que se marchara. Ninguno de ellos, ni Abascal, ha dejado entrever entre líneas, la contactaron posteriormente para interesarse por su situación. De esa desestimación, ha destacado dos acusaciones: que parte de la cúpula veía una amenaza su popularidad desde el Congreso, el principal escenario político de Vox, con Buxadé, Ortega Smith, Abascal y su asesor Ángel López a la cabeza; y que el fracaso en Andalucía fue por su culpa. Algo que Olona niega por no haber integrado el equipo de campaña

Desde que está fuera, Olona es víctima de una "campaña de ataque feroz". Algo que, no obstante, entiende. "Lo hacen por miedo a lo que yo pueda representar. Soy de esas personas que cree que la partidocracia es causa de la corrupción y de que el sistema haya abandonado el pueblo". De esa campaña, se ha referido a "bulos" o la difusión de un audio falso de corte sexual a los que ha vinculado a el actual secretario general Ignacio Garriga o el diputado por Toledo y vicesecretario de Comunicación Manuel Mariscal.

Las facciones dominantes de Vox

Olona ha destacado que "Santi [Abascal] es una buena persona, pero tiene limitaciones". Cuanto más arriba de la organización ha estado, "más niebla" encontraba. Dice que Abascal "no es libre en la toma de decisiones", una razón de la que desconoce el por qué. "Tengo la certeza de que no siempre toma las decisiones y que a veces se toman fuera de Vox", ha sostenido Olona. Destaca que hay dos grandes familias en Vox. La primera es una con "un posicionamiento, digamos, más conservador y un alma más intervencionista".

Y la representan los propios Ortega Smith y Buxadé. La segunda, la ejemplifican Iván Espinosa de los Monteros y Víctor González, y es más "liberal". "Iván dijo que Vox está en contra de la última subida del SMI, pero estoy segura que el ala más falangista del partido tiene otra posición", ha admitido Olona no se autodefine como una persona de "extrema derecha", pero sí ve lógico estas etiquetas al tener en cuenta los "compañeros de viaje" a nivel europeo, como puede ser la Fidesz húngara o la Reagrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia. Ahora bien, la propia Olona sí admite sentirse muy cercana de políticas como Giorgia Meloni.

Actualmente, Olona afirma sin dar detalle, que sigue manteniendo relación con gente que aún forma parte de Vox. Y les ha pedido que no rindan cuenta de ello para que "no se inmolen". Transita entre la ambigüedad de si se trata de dirigentes o capas inferiores.

Influencias externas en Vox

Ha habido dos referencias a influencias externas en el partido de Abascal. La primera en alusión a la polémica en Castilla y León por el protocolo antiaborto anunciado; con medidas como el ofrecimiento de ecografías en 4D o la posibilidad de las madres a escuchar el latido fetal. De ello, Olona ha afirmado que las medidas están "tomadas de Hungría", del gobierno de Viktor Orbán. "El problema es que Hungría tiene unas leyes y España otras. Ese es el problema de trasladarlo miméticamente sin asegurar" la adecuación judicial. Asimismo, ha hecho un apunte: "gente del equipo no quería mujeres" en Castilla y León. Y eso se refleja en la actual foto de gobierno, en la cuota de los ultras.

Preguntada por El Yunque, una secta cristiana y ultracatólica de México, que influenciaría las decisiones de Vox en el ámbito de los valores tradicionales y religiosos, Olona ha asegurado desconocer si hay gente de Vox que milita en ella para afianzar "el reinado de Cristo en la tierra y contra Satanás". De hecho, es algo que durante su etapa de diputada comentó con Espinosa de los Monteros. "Él me ha negado" que forme parte.

Controversia de valores

En su giro hacia un feminismo "igualitario", Olona ha defendido que no considera que la homosexualidad sea una enfermedad, pero sí ha sugerido que hay dirigentes que consideran que es un problema. Es más, vincula algunas críticas de "familias" de Vox a su persona por ver con buenos ojos una proposición parlamentaria de Ciudadanos durante su etapa en las Cortes que buscaba penalizar las terapias de conversión. En cambio, el Comité Ejecutivo Nacional "no dijo nada".

También ha dicho que "hay muchas personas que piensan como yo", que rechazan la "visión excluyente dominante" hacia la inmigración. Una defensa de la inmigración que, sin embargo, minutos después ha empañado atacando a la cultura islámica cuando ha salido a relucir algunos cortes de Andalucía cuestionando esos movimientos migratorios. "Hay culturas incompatibles con nuestros valores y hay que combatirlas. Pero lo que no cabe son generalizaciones. Los musulmanes no consideran que haya que colgar a un homosexual", ha dicho.

Évole ha recordado a Olona que condenó el intento de golpe institucional en Brasil, mientras que ha reiterado en definir de "ilegítimo" el actual Ejecutivo nacional. Ello, la ha incomodado. Ni si quiera ha condenado esas referencias, pero sí ha amagado indicando que "nos equivocamos en el ambiente de crispación". Respecto al franquismo y al golpe militar de 1936, Olona ha reconocido que fue un "golpe", aunque insistiendo en la lejanía de los hechos y la necesidad de atender al presente.

Tras volver a la abogacía del Estado, Olona sigue reiterando que está a disposición de los españoles. No despeja su futuro político próximo, aunque asegura que las condiciones para presentarse a los comicios generales de diciembre serán tres. El primero, dejar de lado el "sectarismo ideológico" para no olvidar a la mitad de los españoles. En segundo lugar, "si se garantiza" que con su paso "puede ocupar un espacio que garantice la gobernabilidad" de España a derecha o a izquierda. Y, por último, y más importante: "será por Granada o no será".