En la primera negociación de investidura tras las elecciones generales de abril de 2019, solo al final el PSOE estuvo dispuesto a ceder el Ministerio de Igualdad que en ese momento estaba en manos de la vicepresidenta única, Carmen Calvo. Ese gesto no fue suficiente para vencer la resistencia de Podemos. Las conversaciones se rompieron y España fue a unos segundos comicios, también porque Pedro Sánchez estaba convencido de que mejoraría su resultado. No fue así. Las urnas de noviembre menguaron la representación de ambos y acordaron una coalición en 48 horas. E Igualdad pasó a Podemos. Ese cambio de color de las políticas feministas, siempre mimadas por el PSOE porque están en el corazón de su agenda, fue traumático desde los primeros pasos del bipartito. Ya estalló una crisis entre los socios en su primer 8-M por la ley del solo sí es sí —y a las puertas de la declaración del estado de alarma, por cierto—, como ahora, la misma norma y su segura reforma, ha provocado el mayor cisma entre ellos de toda la legislatura. El Gobierno alcanza otra vez la orilla del 8-M dividido, más que nunca, y sin posibilidad de arreglo en la modificación de la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual.

Los decibelios han subido en las últimas horas, del mismo modo que se consolidan las trincheras. Este martes, 7 de marzo, víspera del Día de la Mujer, el Congreso vota la toma en consideración de la proposición de ley de reforma del sí es sí, y PSOE y Podemos votarán justo lo contrario. Los socialistas respaldarán obviamente su iniciativa, y los morados se opondrán. Es la primera vez, en estos más de tres años de convivencia, que los dos socios votan lo opuesto en una norma que procede originalmente del Gobierno, una grieta más profunda aún puesto que se trata de un texto icónico para el Ejecutivo y especialmente para su impulsora, Irene Montero. La fisura también se traslada a los aliados de investidura: unos (ERC y probablemente Bildu) con Igualdad, los otros (al menos, PNV y PDeCAT) con Ferraz. El paso parlamentario quedará salvado por la derecha, por el seguro apoyo del PP, además de Ciudadanos.

Podemos sigue subiendo el tono: acusa a los socialistas de "traición" al movimiento feminista, habla de la "foto de la vergüenza" con PP y Vox

Salvo acercamiento in extremis, que en modo ninguna de las partes prevé, Podemos rechazará la toma en consideración de la proposición socialista. Y, según estiman en Ferraz, no habrá cambios en la formación que dirige Ione Belarra a lo largo de su tramitación parlamentaria. Es decir, dan "por perdidos" a Podemos, entienden que seguirán encastillados en el no, que han llegado muy lejos y que no recularán. Su actual convicción manifiesta el error de cálculo de su previsión de hace semanas, cuando creían que Montero transigiría para no verse desautorizada por el presidente.

Podemos, desde luego, insiste en que no se apeará de su posición, y sus declaraciones públicas están de nuevo siendo durísimas contra sus compañeros en el Gobierno. Este lunes, Alejandra Jacinto, coportavoz estatal del partido, acusó a los socialistas de "traición" al movimiento feminista, habló de la "foto de la vergüenza" junto al PP y Vox —partidos "antifeministas", los definió— en la toma en consideración de la reforma. Pilar Alegría, portavoz del PSOE y del comité electoral, pidió a los morados ser "respetuosos y prudentes" en el fragor de los debates, y evitó la colisión directa con ellos. Sí mantuvo que ante los "problemas" —las al menos 721 reducciones de penas a delincuentes sexuales y las 74 excarcelaciones—, hay solo dos caminos posibles: o "no hacer nada" (así acorraló a los de Belarra) o "arreglarlos". "Y el PSOE está por arreglarlos", remató.

La directriz de Sánchez, indican fuentes de Ferraz, era clara: "Ser claros pero no forzar la máquina, no entrar en la dialéctica de Podemos". El presidente, durante la reunión con su ejecutiva, trasladó que su partido está "haciendo lo correcto: corregir lo indeseado de una buena ley", y que la propuesta del PSOE "es la que es", aunque hay contactos con los socios de investidura para intentar acercar posturas, según ratificaron distintos asistentes a este diario. Ferraz defiende que los ciudadanos aplaudirán que la reforma se acometa y que lo apuntan unas encuestas que indican el descontento de una mayoría social con la norma, incluidos votantes de Sánchez.

"Marcar distancias"

En la cúpula federal interpretan que la "sobreactuación" de la formación de Belarra obedece a una razón "puramente electoral": "Quieren buscar un perfil diferencial. Su opción para remontar en las encuestas es marcar distancias con nosotros".

No obstante, también el ala socialista dispara. Este lunes, Margarita Robles, ministra de Defensa, volvió a cargar contra los morados: "La señora Belarra, y cualquier persona, debería ser más humilde al reconocer los méritos de los demás. Ahora va a parecer que hasta que no han llegado algunas personas, el feminismo no ha existido. Pues no, hay muchas mujeres muy comprometidas en España, desde hace muchísimos años. Mi caso, por ejemplo, cuando a lo mejor ni la señora Belarra ni algunas otras habían nacido".

ERC votará 'no', con Podemos. Bildu ejerce una labor de puente y no confirma su posición. Más País y Compromís tampoco han anunciado su voto. PNV y PDeCAT están en el 'sí'

La expectación en la votación de este martes no se sitúa tanto en la postura de PSOE y Podemos, sino en los partidos que habitualmente apoyan al Ejecutivo. El PNV y PDeCAT hace semanas que adelantaron su apoyo a la iniciativa socialista, mientras que ERC confirmaba este lunes su no. Bildu suele moverse en la órbita de los independentistas catalanes y ambos han defendido la necesidad de encontrar una salida que no deje a Montero fuera. Pero la izquierda abertzale prefirió resguardarse unas horas y no anunciar su voto todavía. "La ley del sí es sí ha tenido algunos efectos indeseados —reconoció el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi—, y lo lógico es pensar que hace falta corregirlos. Lo que estamos tratando de hacer, con discreción, con responsabilidad, es que exista un acuerdo que permita a los socios del Gobierno y al bloque de investidura reformar lo que haya que reformar. Hay que recuperar sensatez, responsabilidad y sentido común".

Más País y Compromís tampoco han adelantado qué harán en el pleno y, como Bildu, lo confirmarán este martes. Numéricamente, la votación está salvada, pero el pleno se ha convertido también en un duelo entre los socios del Ejecutivo. Los socialistas subrayan que para remar a favor de los derechos de las mujeres y protegerlas, valen cada uno de los 350 escaños del Congreso —la expresión es de Calvo, hoy presidenta de la Comisión de Igualdad de la Cámara—, que lo importante es que la reforma salga adelante, "y no tanto con quién", como dejaron claro en Ferraz Alegría y la secretaria de Igualdad, Andrea Fernández. Pero añaden que no se quedarán solos con el PP y Cs —Vox no ha desvelado si respaldará el texto o se abstendrá—, sino que les acompañará algunos de los aliados habituales. PNV y PDeCAT... ¿y alguno más?

Se está "negociando ya"

"No damos a los socios por perdidos, al contrario de lo que pensamos sobre Podemos —señalan en la dirección de Sánchez—. Estamos hablando con nuestros aliados de investidura. El resto de grupos tienen que jugar su baza y no tienen por qué enseñar el banderín por anticipado". Es decir, que dado que el trámite de este martes "está ganado", y no quieren posicionarse de antemano con Podemos o con el PSOE, "se está negociando ya" sobre la pantalla siguiente, dado que a continuación arrancará el plazo para presentar enmiendas y el paso por ponencia, comisión y pleno, para luego seguir su curso en el Senado.

La fractura política también existe en el espacio feminista, un granero potentísimo de votos que se disputan socialistas y morados

Ferraz, por tanto, confía en atraer a más partidos ahora o en el mes largo que durará la tramitación completa de la proposición de ley —se calcula que estará aprobada a mediados de abril, a un mes del comienzo de la campaña del 28-M— para evidenciar así el aislamiento de Podemos. Pero los morados, por su parte, luchan para preservar la unidad de acción con ERC y Bildu.

El choque total entre las dos almas del Gobierno llegará a su clímax este martes hacia las ocho de la tarde, cuando el Congreso vote la toma en consideración. A escasas horas de que arranque el Día de la Mujer. La división en el Ejecutivo también se verá en las calles de la capital. Dos convocatorias marcharán por la ciudad, una de ellas, la de la Comisión 8-M, más alineada con Igualdad, y la del Movimiento Feminista de Madrid, más cercana al PSOE. La fractura política también existe en el espacio feminista, un granero potentísimo de votos que se disputan socialistas y morados.

La disputa por la hegemonía en el feminismo explica también el último paso dado por Sánchez. Este martes, el Consejo de Ministros aprueba el anteproyecto de ley de paridad obligatoria en los centros de decisión políticos y económicos. Una iniciativa de la que estaba informado Unidas Podemos y que no rechaza, pero que no concibe como una de sus "prioridades", ya que considera que más que garantizar el poder de las mujeres en el puente de mando de grandes empresas o en el Consejo de Ministros urge liberarlas de su "suelo pegajoso", de las malas condiciones de muchas. Y subrayan que esa ley no puede hacer perder de vista el retroceso que supondría cambiar el sí es sí con los votos del PP y regresar al "Código Penal de La Manada".

"Mitad del poder económico y político"

El presidente, en la clausura de la presentación de un estudio sobre la pobreza infantil en España, enfatizó la importancia de la medida, "pionera", "llamada a extender la paridad a todos los ámbitos": "Si las mujeres son la mitad de la sociedad, deben ser la mitad del poder político y del poder económico. Algunos lo verán excesivo, pero quienes creemos en el feminismo lo vemos simplemente justo". El peligro que acecha a la propuesta es la falta de tiempo, porque tendrá que pasar por los órganos consultivos para que emitan su dictamen preceptivo, aunque no vinculante, antes de volver al Consejo de Ministros para su envío a las Cortes. Y estas quedarán disueltas a mediados de octubre, como tarde. La portavoz del PSOE sostuvo que su formación hará todo lo posible para que se culmine la aprobación en esta legislatura, aunque los plazos no dependen exclusivamente del Ejecutivo.

Este martes el Consejo de Ministros aprueba el anteproyecto de ley paridad obligatoria, iniciativa puramente socialista

La tensión, máxima este 8-M, no romperá sin embargo el Gobierno, tal y como proclaman ambos socios día tras días. Vista la agenda de progreso desplegada, el camino recorrido, son "más las cosas" que unen a los dos partidos que las que les "distancian", recalcó Alegría. "Aunque habría muchas voces que se alegrarían de que el Gobierno de coalición se rompiera, se va a mantener", dijo por su parte Jacinto. El bipartito quedaría, pues, a salvo, a pesar de la desautorización evidente que sufriría Montero cuando se corone la tramitación de la reforma del sí es sí. "Cada cual sabe lo que tiene que hacer, y yo creo que he hecho lo que yo tenía que hacer", aseguró la responsable de Justicia, Pilar Llop, cuyo equipo es autor de la proposición de ley, cuando fue preguntada por qué debería hacer Montero si la iniciativa sale aprobada.

En la dirección del PSOE, insisten en que ni la titular de Igualdad ni Belarra, ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, se marcharán, porque "desaparecían, no tendrían plataforma pública, ni puestos, ni equipos". Y Sánchez también necesita lucir ante los ciudadanos la "estabilidad" de su Ejecutivo. Pese a todo el "ruido" ambiente, pese a todas las "discrepancias". La legislatura ha dado infinitos tumbos y ahora llega a otra de esas inflexiones centrales. Vital o no, se sabrá a partir de ahora.