Como estipula el estatuto de autonomía de Extremadura, y tras firmar la convocatoria el presidente en funciones Guillermo Fernández Vara, la Asamblea constituye este martes su XII legislatura y elige a los cargos que conformarán la nueva Mesa de la cámara para los próximos cuatro años. En ese órgano rector, y a diferencia de lo que ocurrió la semana pasada en Murcia por el pacto entre PP y PSOE, espera estar Vox en base a su representación política en la cámara. Los de Ángel Pelayo, que han rechazado este lunes un acuerdo de investidura de quince puntos [ver aquí íntegramente] y el puesto de la Presidencia de las Cortes, esperan que su rechazo a esa primera propuesta de la candidata a presidencia María Guardiola no frustre cualquier cesión pertinente para integrar ese u otros puestos en la Mesa. En ello insisten fuentes nacionales de Vox.

Y es que esto serviría para "sentar las bases para continuar negociando después" y no repetir "el error" murciano, entienden en Bambú, que tensaría futuras conversaciones. Aunque, en definitiva, la exigencia de Vox es la misma en los dos territorios independientemente de la coyuntura: codirigir gobiernos. Cabe la posibilidad, insisten los ultraconservadores, de que el PP pueda ceder la presidencia de la Mesa como han estado dispuestos a hacer y, a partir de ahí, "continuar negociando". "Por nosotros no será", recalcan para demostrar su disposición a un entendimiento. Por que hay "dos escenarios" posibles, y de momento los populares están en el de "os damos esto y ya no se negocia nada" para los próximos años.

Para Vox, que la línea roja del PP sea la entrada en ejecutivos de coalición, "hace evidente la indiferencia del PP a regalar la Asamblea al PSOE", quien ganó los pasados comicios con empate de escaños con el PP. Permitir que el PSOE dirigiera la Mesa no llegando a un acuerdo con Vox, sería entendido como un importante gesto de inmovilismo del PP hacia la ruptura y la repetición electoral. En total hay seis puestos a repartir: la presidencia, dos vicepresidencias primera y segunda; y tres secretarías. De haber disponibilidad del PP, lo lógico es que, al obtener mayoría conjunta, Vox ejerza la presidencia y en todo caso la secretaría tercera. PSOE y PP las vicepresidencias y otras dos secretarías. Aunque desde la fuerza verde huyen de atribuciones que pasan por un acuerdo con el PP.

En estas semanas previas y posteriores a la celebración de elecciones municipales y autonómicas, Vox ha consolidado un nuevo discurso. Se ha pasado de asegurar que pedirían "lo justo" en las negociaciones con el PP y de estar en disposición de adecuarse a la realidad política, a pedir lo mismo en enclaves como la Comunidad Valenciana o Murcia. De hecho, fuentes nacionales recalcan que "los murcianos tienen los mismos derechos" que los ciudadanos valencianos, y se merecen tener la misma representación. Todo, pese a que a diferencia de Carlos Mazón, López Miras está a dos escaños de los 23 que dan la mayoría absoluta con un 42,84% de voto.

Vox quiere tener gente dentro de los gobiernos que vigile el cumplimiento de los pactos tras malas experiencias en Andalucía y Madrid"

Este lunes, Vox ha marcado desde la sede nacional la nueva ruta. Lo ha hecho en palabras de su vicepresidente de Acción Política Jorge Buxadé: "Queremos garantizar que el cambio de políticas se desarrolle. Si lo que se nos plantea es un mero pacto de investidura, sabemos por experiencia que no se cumple [dijo señalando al acuerdo para el primer gobierno andaluz del PP, o al segundo de la Comunidad de Madrid]. No podemos renunciar a que Vox tenga miembros en los gobiernos que cumplan los acuerdos; que aquellas políticas consensuadas puedan tener un seguimiento". Esas palabras de Buxadé se ratifican en privado desde el partido: "Hace falta tener gente vigilando, nuestra experiencia es la que es, la de acuerdos de investidura que no se han cumplido" y te dejan sin capacidad de remediarlo.

Y es que para Vox, quedar fuera del núcleo de decisiones puede acarrear el riego de que el PP "no cumpla" lo acordado y "te deje" como única opción de control una moción de censura. Algo que consideran imposible en lugares como Extremadura porque tendría que ir de la mano del PSOE, y eso serviría de combustible para atacar a Vox, explican fuentes de la formación. Éstas esperan superar el bache de la representatividad interna y que no se añadan otros como el de la violencia "intrafamiliar y doméstica". Algo que, en base a los quince puntos de acuerdo propuestos por Guardiola por ahora para una investidura con apoyo externo, no ha sucedido. El PP ha comprado las referencias del pacto en Valencia en este ámbito a Bambú y elude en la propuesta atribuir a esa violencia el término "género" mientras se establece el compromiso de combatir la violencia a "mujeres, niños o ancianos". La propuesta también se alinea con doce puntos propuestos por Abascal ayer para tejer un compromiso común con los populares.

Primera cesión de Vox: renuncia a una vicepresidencia

Tras la oferta de Guardiola, basada en la presidencia de las Cortes y propuestas como la bajada "drástica" de impuestos, garantizar la eficiencia del dinero público, la derogación de la ley de Memoria Histórica, la protección del mundo rural, o la lucha contra la okupación; Vox ha movido ficha. A través de un comunicado enviado a primera hora de la tarde, los de Abascal en Extremadura admiten compartir las líneas aportadas por Guardiola, pero insisten en que su rechazo a la entrada de Vox en el equipo de Gobierno veta cualquier posibilidad de pacto. Ahora bien, de levantarse ese impedimento, el partido renuncia públicamente "a ocupar una vicepresidencia" futura. Lo que limita sus exigencias solo a carteras, entre las que Agricultura sería básica.

Baleares, la otra cara de la moneda

A diferencia de Extremadura, en Baleares el PP y Vox parecen haber dejado encarriladas las negociaciones para la investidura de Marga Prohens. Así lo ha definido el propio candidato de Vox a la presidencia Jorge Campos, hablando de conversaciones "encauzadas" al confirmarse su salida hacia el Congreso de los Diputados como 'uno' en las listas. Algo que solo podría ocurrir si Abascal no tuviera dudas de que todo está atado; un acuerdo que aparentemente [y sin dejar los de Abascal de presionar] será la excepción a esa línea que Vox parece rehuir, desde fuera del Consell.

Uno de los principales choques entre formaciones ha sido la libre elección de la lengua. El PP aboga por limitarlo en las primeras fases educativas, pero Vox quiere extenderlo al cómputo de etapas. Este martes, al igual que Extremadura, las islas abren la nueva cámara a petición de Prohens de adelantar los plazos para meter presión a Vox. El partido ultraconservador ya ha pactado hacerse con la presidencia de la Mesa.