El pacto de PP y Vox en Extremadura, que hará presidenta de la Junta a la candidata popular, María Guardiola, quien juró y perjuró que jamás metería en su Gobierno a la ultraderecha, ha servido en bandeja de plata uno de los argumentos centrales de la campaña socialista para las generales del 23-J: que Alberto Núñez Feijóo se apoyará en Santiago Abascal y lo incluirá en su Ejecutivo si hace falta. "Donde den los números, gobernarán", sentenció Pedro Sánchez desde Bruselas, al término del Consejo Europeo, donde advirtió de que esos ejecutivos de coalición suponen un "recorte obsceno de derechos a cambio de votos".

El presidente defendió, a preguntas de los periodistas en la capital comunitaria, a apenas unas horas de que España asuma la presidencia de turno de la UE, que tras las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo se está produciendo una "clarificación" del escenario político. En esos comicios, reiteró, ocurrió una "hipermovilización" de la derecha y un "retroceso lógico", tras cinco años en el poder, de la izquierda, que acusó, alegó, la caída de la participación. Recordó que el PSOE perdió 400.000 votos, pero sobre todo sufrió la enorme pérdida de poder institucional, sobre todo por el hundimiento de su izquierda, que compareció dividida.

Pero tras el 28-M, subrayó, "los españoles tienen dos informaciones nuevas". Una, que "allí donde sumen y puedan gobernar el PP con Vox, lo harán". Y dos, que donde hubo "fragmentación" de la izquierda, ahora hay un "único proyecto", el que encabeza la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, líder de Sumar. La conclusión, para el presidente, es clara: se va a unas generales del 23-J en las que hay solo dos opciones: un "Gobierno de coalición ultraderechista entre PP y Vox", o un "Gobierno de corte progresista entre el PSOE y Sumar".

Así que, según Sánchez, en Extremadura "ha ocurrido lo que todo el mundo sabía que iba a ocurrir": que "allí donde puedan gobernar, porque den los números, PP y Vox, gobernarán", y que a la vista del acuerdo firmado por las dos fuerzas en la comunidad, "allí donde haya un Gobierno de coalición ese territorio va a retroceder, desgraciadamente, y en consecuencia España va a retroceder". La enseñanza, a su juicio, es clara: "Todos debemos tomar nota de lo que está sucediendo en los distintos gobiernos y en los distintos acuerdos programáticos que están alcanzando Feijóo y Abascal". Ese es el mensaje del líder socialista y candidato a la reelección de cara a las generales: que PP y Vox acordarán y gobernarán juntos, sin género de duda, si les dan los números, por mucho que el líder de los conservadores ignore a la ultraderecha. Y también responsabilizó directamente a Feijóo de los pactos que están firmando sus barones, como el suscrito este mismo viernes por Guardiola.

"Reproche más rotundo"

Sánchez quiso también diferenciar sus propias alianzas, que tanto le reprocha la derecha, con las que está tejiendo el PP. Una cosa, dijo, es pactar con partidos "recortes" de derechos y otra pactar para "avanzar" en ellos. Así, lo que se ha visto en la Comunidad Valenciana, en Extremadura o en los ayuntamientos con cogobiernos de PP y Vox "es un recorte obsceno de los derechos a cambio de votos". El presidente insistió en que quitar una bandera LGTBI de la fachada de un consistorio, como está ocurriendo, no es simplemente descolgar una enseña, es "quitar derechos, es no reconocer unos derechos reconocidos por ley y consagrados en la Constitución". "Y eso merece el reproche más rotundo por mi parte", sostuvo.

El jefe del Ejecutivo relató que ha causado "sonrojo" y "sorpresa" en Europa lo que está ocurriendo. Señaló que ha mantenido conversaciones con distintos líderes europeos, que se han mostrado francamente sorprendidos y contrariados con la involución" que la derecha ha propiciado en España en torno a ciertos debates como los derechos LGTBI. "Donde España era un ejemplo, ahora estamos siendo un contraejemplo", lamentó.