Mientras que el PSOE se resiste a detallar si hay negociaciones abiertas con otros grupos para una hipotética investidura de Pedro Sánchez, argumentándose de manera generalizada que "es turno de Feijóo" y que ya habrá tiempo de abrir esa senda públicamente, Sumar reconoce avances con los socialistas en el Congreso de los Diputados. Un trámite para el que necesitaría el PSOE, no obstante y en última instancia, a Junts per Catalunya. Ello en plena oleada de oposición pública y política, a la que se ha añadido la convocatoria de un acto del PP en contra de una posible amnistía pactada con el partido de Carles Puigdemont y avalada por grupos como ERC. La movilización popular se complementa con otra llamada de Sociedad Civil Catalana (SCC) para principios de octubre a la que ya han comprometido su presencia dirigentes de Vox y del PP.

Pese a todo, fuentes de Sumar avalan que las conversaciones están siendo, por el momento, laxas. Precisamente por ese margen que aún resta a los populares para evitar que la investidura de Alberto Núñez Feijóo no fracase por cuatro votos como se prevé. Incluso en Génova y en Bambú, la sede nacional de Vox. A partir de ahí, se procederá a pisar el acelerador. "La negociaciones van bien, pero no hay ni fechas ni prisa realmente", destacan las mismas fuentes magentas, que instan a entrar en octubre para trasladar avances más amplios. Desde Podemos se detalla, en cambio, que el PSOE ha pedido antes de profundizar, que se cierre "un acuerdo con los socios de investidura" como ERC o EH Bildu.

En cualquier caso, desde Sumar hay resistencia a trasladar el contenido del diálogo, aunque afirman haber dejado suficientemente claras cuáles son las "prioridades" de la formación plural: avances sociales, especialmente. Aunque también sobre el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) o la gestión de RTVE. Todas las propuestas trasladadas al PSOE, eso sí, han sido pactadas previamente con todos los integrantes de la plataforma de Yolanda Díaz, desde la Chunta y el MÈS, a Más País-Más Madrid, Compromís o los comunes. Se desconoce si también con Podemos. En ningún caso se está hablando de reparto de ministerios ni de nombres propuestos para los mismos. Eso, trasladan, se empezará abordar si llega el momento de la investidura y, especialmente, si fructifica.

Un detalle que destacan en Sumar es que perciben que el PSOE prefiere ser más contenido en determinadas materias y que incluso prefiere que haya poca legislación en una legislatura que se avista, pese a todo, corta. Y eso para los de Díaz no es aceptable. Aunque hay bastante sorpresa por el "paso" positivo que han hecho los socialistas, dicen, abriéndose a dialogar sobre una ley de amnistía cuando hasta hace poco más de dos meses se negaban. Todo pese a que ahora se está apostando por la "mesura" de nuevo.

Podemos condiciona sus cinco diputados de cara a una investidura de izquierdas a que se les atribuya "ministerios" de libre elección"

A esas negociaciones, fuentes del grupo plurinacional indican que llegan unidos, y aunque cada región apunta a querer marcar el rumbo territorial, caso de Compromís en la Comunidad Valenciana o los comunes en Cataluña, "eso no significa" que los representantes puramente designados por Sumar no vayan a decir nada. Con Podemos las dudas quedan abiertas pese a todo, dadas sus exigencias de visibilidad por su perfil estatal y al ser la segunda formación del grupo con más representación pese a su pérdida de peso junto a IU y comunes, con cinco parlamentarios cada uno.

En las filas de Sumar emplazan, no obstante, a esperar a que se profundice en "un buen reglamento" y al aprendizaje diario de todos. De cara a la actividad parlamentaria hay diez días para hacer un cúmulo de propuestas y cerca de un mes, dicen, para cubrir el cupo de cara a la Junta de Portavoces.

Podemos quiere marcar los tiempos

El contrapunto a la serenidad de esas negociaciones las está marcando Podemos con Sumar. Públicamente, el diputado de Podemos Javier Sánchez Serna, que comparecía en la sala de prensa de las Cortes, hacía dos reclamaciones directamente a Díaz. La primera es que Irene Montero repita como ministra de Igualdad, pese a la reticencia de los socios y a que el PSOE aspira a recuperar esas competencias tras conflictos como la ley del sí es sí con los morados. Y que eso se complemente con otros "ministerios", en plural. Y la segunda exigencia es que los cinco diputados guiados por Ione Belarra tengan libertad de voto en cada pleno, según las preferencias.

Haber quedado fuera del reparto de portavocías adjuntas y contar con un solo voto -como el resto de fuerzas- salvo los de Díaz, con tres, tras constituirse la dirección del grupo, ha marcado la actitud de Podemos, que avista un arrinconamiento progresivo dentro que pueda derivar en una dilución. Y es que aunque se cree en un equilibrio fluido dentro de las siglas de Sumar, no conciben que Podemos pueda quedar al margen de un nuevo gobierno.

Sumar rechazó una propuesta de Podemos previa a la de IU para instaurar portavoces adjuntos rotativos dentro del grupo"

Frente a la petición de Sumar de aplazar la valoración de perfiles aptos para los ministerios que puedan ocupar en un hipotético gobierno, Podemos pide abordar ya el asunto. "Lo estamos diciendo en las reuniones. Nos han dicho que todavía no es el momento, pero pensamos que sí", aseguran fuentes moradas. Éstas demandan que no se cierre en falso ese asunto como se ha hecho con las portavocías adjuntas, que han recaído en Aina Vidal (Comunes), Águeda Micó (Compromís) y Jorge Pueyo (CHA). Esta última se turnará con Vicenç Vidal, de Mès per Mallorca (MÈS). Son los grupos con menos peso de representación.

Podemos, que propuso sin éxito y antes que IU, que las portavocías fuesen rotativas tanto a nivel parlamentario como territorial, cree que Díaz no puede tomar estas decisiones en exclusividad, brindando competencias a sus más afines. Y se reitera un mantra que ha sido repetido a lo largo de esta semana: los cinco votos de Podemos no deben darse como asegurados. Mientras que Sumar aborda en conjunto las negociaciones con el PSOE, Podemos quiere hacerlo de forma autónoma. Estas demandas serán trasladadas a los socialistas igualmente.

También se recalca la necesidad de tener libres competencias de designar al perfil que crean más idóneo para un ministerio. Y ese es el principal punto de confrontación con Sumar, dado que, de permitirse, sería una forma de que se volviera a dar entrada a Montero, que quedó desplazada de las listas electorales para las generales por los vetos globales del resto de socios.

En el aire queda el número de ministerios a los que, de darse el caso, podría aspirar la coalición. La previsión que hay sobre la mesa es que se reduzca los miembros de un nuevo equipo de Gobierno, por lo que se contemplarían hasta cuatro nombramientos y una vicepresidencia. Díaz ocuparía de nuevo ese cometido más Trabajo y ampliando competencias. La voluntad de Sumar puede ir orientada a beneficiar con cargos parlamentarios a los partidos minoritarios dejando al resto las opciones para algún ministerio. Pero eso limitaría a uno solo el margen de Podemos, con otros dos de IU y de Más País-Más Madrid.