"La investidura está cada vez más cerca", proclamó este miércoles el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, desde Bruselas. Aún así, no hay fecha marcada en el calendario más de tres semanas después de haber recibido Pedro Sánchez el encargo del Rey para intentar conseguir el plácet del Congreso de los Diputados. Se especula con la semana del 6 de noviembre y con la del 13, siempre con la mente puesta en el lunes 27, momento en el que, de no haber resultado investido ningún candidato, quedarán disueltas las cámaras y habrá una convocatoria automática de elecciones a celebrar el 14 de enero.

Los populares distan mucho de manejar información respecto de las intenciones de Sánchez, más allá de exigir por activa y por pasiva que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, ponga ya fecha al debate de investidura, pero desde el principio han manejado la idea de que el inquilino de la Moncloa "apurará" los pazos "para ir al final del todo", con el objetivo de impedir "una tercera posibilidad", dicen fuentes parlamentarias del PP.

Y esa "tercera posibilidad" de la que hablan también en Génova, no es otra que una nueva intentona de Alberto Núñez Feijóo para ser investido presidente del Gobierno. "Imaginemos que Sánchez, finalmente, no lo consiga porque le falla algún grupo. Se podría dar el caso de que hubiese una tentativa nueva del PP". Admiten, en todo caso, que se trata de una opción muy remota, "pero el enfoque jurídico es posible y tiene que contemplarse. ¿Por qué tienen que agotar el plazo?", se pregunta.

Un problema para el jefe del Estado

Lo cierto es que si la investidura de Sánchez fallase y aún hubiera plazo para convocar una nueva ronda de consultas y una tercera sesión parlamentaria, el Rey tendría que tomar una decisión no menor, esto es, a quién encargar la investidura habida cuenta de que los dos candidatos con más posibilidades no lo han conseguido.

Sólo si alguno de los dos pudiera acreditar nuevos apoyos parlamentarios recibiría el encargo y eso en el caso de los populares es harto improbable, por mucho que Génova no cierre la puerta a la remota posibilidad de que el PNV se replanteara su negativa a apoyar a Núñez Feijóo "si no prospera la investidura de Sánchez por la negativa de Junts".

De todas las posibilidades, esta es, sin duda, la más remota. En la dirección nacional del PP no hay unidad de criterio respecto a si Sánchez tiene la investidura asegurada o el país se va a ver abocado a unas nuevas elecciones. Y no porque crean que el líder del PSOE no está dispuesto a aceptar todas las condiciones impuestas por el prófugo de la justicia Carles Puigdemont, sino porque finalmente éste decida retirar su apoyo tras las resistencias de organizaciones nacidas en torno a su persona, como es el caso del Consell de la República, contrarias a facilitar la investidura de Sánchez.

Los populares llevan semanas alentando una repetición electoral

Desde la fracasada investidura de Feijóo, los populares llevan semanas alentando una repetición electoral con las cartas boca arriba, esto es, que la amnistía se someta a consideración de los diputados después de negarla los socialistas por activa y por pasiva entres del 23-J.

"Sánchez debe dejar de esconderse y decir la verdad a los españoles sobre sus planes y acuerdos. Si estuviesen seguros de que lo que hacen es lo correcto y cuenta con el apoyo de los españoles tendríamos elecciones el próximo 14 de enero", escribían este miércoles en un argumentario interno. "Votemos lo que no pudimos votar el 23 de julio: Amnistía, sí o no; referéndum, sí o no; financiación ideológica, sí o no, y desigualdad o igualdad", proseguía el texto.

Los de Sumar no parecen partidarios, en cambio, de agotar los plazos para la investidura. Así lo manifestó este miércoles el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, en declaraciones a Catalunya Radio. Cree que "el diálogo con las fuerzas políticas que deben dar apoyo avanza. Son conocidos los términos en los que estamos hablando, particularmente con Junts y ERC" y eso hace innecesario esperar mucho para convocar la sesión parlamentaria que permita superar la situación de impasse en que está la política española desde el 23-J .