Pedro Sánchez no es un líder cuyos movimientos estratégicos puedan preverse al cien por cien. Administra sus silencios, sus jugadas y persigue el efecto sorpresa. Su círculo es tan estrecho que poco o nada trasciende cuando decreta cerrojazo informativo. Y más ahora, que siente que está a punto de culminar una pieza de orfebrería muy delicada y valiosa: la negociación de su investidura, en la que tiene que encajar un puzle frágil y controvertido, con la amnistía al procés en el centro del tablero.

Este viernes, 27 de octubre, a un mes exacto de que venza el plazo para elegir nuevo presidente del Gobierno, el secretario general del PSOE en funciones sorprendió con un golpe inesperado. Una reformulación de la consulta a la militancia pensada para blindarse frente al ruido exterior que no cesa, para dotarse de mayor legitimidad a la hora de adoptar la decisión de más altísimo riesgo de su trayectoria en la Moncloa: la amnistía. La dirección ya no preguntará solo por el acuerdo con Sumar, como estaba previsto, como obligaban los estatutos. Ahora también preguntará a la militancia si avala "los acuerdos parlamentarios con el resto de formaciones políticas" que permitan al PSOE "lograr la mayoría para la investidura", según explicó él mismo desde Bruselas, durante su comparecencia posterior al Consejo Europeo. Una cumbre, por cierto, en la que tuvo un papel de peso pues su propuesta de conferencia de paz para resolver el conflicto entre Palestina e Israel fue aprobada, y también empujó para que la UE sea más exigente con Tel Aviv y reclame la apertura de "pausas" y "corredores humanitarios", aunque él defendía, directamente, un alto el fuego.

Este sábado se conocerán los términos exactos del plebiscito interno: la pregunta, el reglamento, la logística y la fecha de celebración

Este sábado se conocerán los términos exactos del referéndum interno. La redacción de la pregunta, el reglamento, la logística y la fecha de celebración, aunque se calcula que será en los próximos días, probablemente el próximo fin de semana. Se reúne primero la ejecutiva socialista y, a partir de las 10.30 horas, el comité federal, el máximo órgano entre congresos y el que convocará formalmente la consulta.

Ferraz siempre había asegurado, cuando se le preguntaba por el tenor del plebiscito interno, que se ajustaría a lo que marcan los estatutos. Estos prescriben, en su artículo 50, que la consulta es obligatoria y vinculante "sobre los acuerdos de gobierno en los que sea parte el PSOE" (o cuando se facilite el Ejecutivo a otra fuerza política). Descartaba que se hicieran más referendos posteriores o se sometiese a criterio de las bases la futura ley de amnistía. Al final, lo que ha hecho la cúpula es jugar con el textual de la pregunta, para incluir ese aval previo a los acuerdos que se alcancen con formaciones como ERC y Junts, pero también con el PNV, Bildu, BNG o Coalición Canaria. Dicho de otro modo, la dirección va a preguntar por la amnistía sin que esta se cite ni aparezca en el redactado. No hace falta porque en el partido todos saben que el corazón de esta investidura está ahí, en el perdón total del procés.

Sánchez controla indudablemente el PSOE. Tiene en sus manos a las bases, pero también a los cuadros. Por eso se espera que el comité federal escenifique un cierre de filas completo —con la sola excepción del jefe del Ejecutivo de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, el único presidente autonómico absoluto con mayoría absoluta— y que los militantes respondan con un masivo, como ocurrió hace cuatro años, cuando fueron consultados por el acuerdo de gobierno con Unidas Podemos.

Page intervendrá

El respaldo de las bases ya se daba por descontado, pero al reformularse la pregunta, el secretario general y presidente en funciones podrá esgrimir, frente a las críticas, que tiene a todo el partido detrás de él. Que no busca solo su supervivencia, permanecer en el poder, como le ataca la derecha, sino que el PSOE le apoya en la búsqueda de ese Gobierno "de progreso y convivencia". Podrá afrontar así el tramo final de las negociaciones revestido de una legitimidad extra, argumentar que la consulta ha sido clara porque aborda el tema central de las conversaciones, la amnistía, aunque no se cite expresamente. Y podrá disponer de un valioso y reforzado cheque en blanco para atar todos los frentes con los grupos.

El presidente admite en Bruselas que "hay debate, tanto dentro como fuera de los órganos del PSOE"

No en vano, el presidente admitió, durante su rueda de prensa en la capital comunitaria, que "hay debate, tanto dentro como fuera de los órganos del PSOE". Y ya es hora de zanjarlo a las claras, vino a decir. El ruido no ha cesado en ningún momento: la campaña de la derecha se ha intensificado, pero también la vieja guardia socialista, capitaneada por Felipe González y Alfonso Guerra, no ha dejado de disparar. En el poder actual del PSOE, la única oposición visible es la de Page. Javier Lambán, expresidente de Aragón, coincide con su compañero de Castilla-La Mancha pero, más debilitado tras perder el Gobierno regional, se ha cuidado más y en el último comité regional, hace poco más de un mes, demandó "lealtad" a Ferraz y a la Moncloa, pese a que había runrún de que podría haber una resolución de cuestionamiento de la amnistía. Lambán no se desplaza a Madrid este sábado porque sigue recuperándose de una recaída de su cáncer.

En el cuartel general y en los territorios imperaba este viernes el silencio, a la espera de cómo se desenvuelva este comité federal. También optaban por la prudencia en Castilla-La Mancha. Page sí asiste a la reunión en Ferraz. Él mismo lo confirmó este viernes en Toulouse (Francia), adonde viajó como presidente de la Asamblea de Regiones Europeas Vitícolas (AREV): quiere escuchar, conocer los "pormenores del acuerdo" y también dar su "opinión en relación con la situación política". Se volvió a mostrar contrario a la amnistía y cargó contra los independentistas por querer que se les "perdone" la ruptura de la legalidad, por pretender que el Estado legitime el referéndum ilegal del 1-O.

El propio Page se ve atrapado en un aprieto por la formulación de la consulta. Porque si apostara o prescribiera el no, se arriesgaría a ser contestado por una militancia que, según los cálculos de Ferraz, anhela mayoritariamente que haya Gobierno, aunque le suponga digerir el alivio penal del procés. En Castilla-La Mancha, los cinco secretarios provinciales ya firmaron el manifiesto por el que sus homólogos de toda España daban su apoyo a un Ejecutivo de "progreso y convivencia". Pero si el barón castellanomanchego se queda con el, se podría leer que indirectamente da su aval a la amnistía.

El líder fijará por primera vez su "posición sobre los aspectos que están involucrados o que afectan a la investidura". Un paso más en la explicación de la amnistía

Sánchez expresó en Bruselas su "respeto" a críticas como las de Page. Pero a renglón seguido recalcó que ha hablado con "muchísimos cuadros" dentro y fuera del Gobierno y tiene la "rotunda y absoluta confianza" de que el respaldo va a ser "muy importante". En 2019, el aval fue incontestable, del 92%.

Pero este comité federal será muy relevante por otra razón: Sánchez avanzó que fijará su "posición sobre los distintos aspectos que están involucrados o que afectan a este proceso de investidura". Es decir, que dará un paso más. Que será más explícito. Que aunque no pueda dar todos los detalles de las negociaciones —todo será explicado "con luz y taquígrafos" cuando se sellen los acuerdos, no antes—, sí abrirá más el camino. Sí se espera, pues, que eche a andar el relato de la amnistía. La expectación, pues, es máxima.

Nuevo Gobierno "pronto"

El lanzamiento de la consulta, su replanteamiento y el anuncio del presidente de que marcará posición —algo que él mismo confiaba haber podido hacer cuando recibió el encargo del Rey, y no pudo ser porque las conversaciones no estaban lo suficientemente maduras— ya da a entender que los acuerdos están muy próximos. La investidura, pues, está ya muy próxima, según los cálculos de Sánchez, aunque todavía no haya fecha.

En el equipo de Sánchez no quieren tampoco apostar por ninguna fecha: el acuerdo "es lo primero". De entrada, hay dos opciones, o la semana del 6 o la del 13 de noviembre

En su equipo prefieren por ahora no apostar por un calendario porque el acuerdo "es lo primero" y aún no se tiene, pero de entrada son dos las opciones: o la semana del 6 de noviembre, justo después de la jura de la Princesa ante las Cortes (31 de octubre) y del puente de Todos los Santos, o la del 13. El presidente se congratuló del "avance muy importante" dado esta semana gracias a la entente con Sumar y manifestó su esperanza en que se den más pasos "en los próximos días" para que España disponga de un nuevo Gobierno "pronto".

Mientras, los gestos hacia Cataluña continúan. El titular de la Presidencia en funciones, Félix Bolaños, negociador con ERC y Junts, defendió el jueves la "valentía" ante la patronal Cecot, y el viernes, en el acto de inicio de las obras del hub internacional de DHL Express en Sant Boi de Llobregat (Barcelona), aseguró que la Cataluña del futuro "ya se está dibujando" y tendrá acuerdos, prosperidad, inversiones y estabilidad. Promesas de inversiones que ERC, al mando de la Generalitat, necesita escuchar y firmar para dar su a Sánchez. Justo ahora, además, que los republicanos se quejan de que la carpeta económica está parada.

Todo hace indicar que el desenlace está a la vuelta de la esquina. Pero la prudencia obliga. Y también el temor a que cualquier tropiezo ponga toda la negociación patas arriba.