El PP ha unido su destino a la ultraderecha de Vox. Y Alberto Núñez Feijóo, el que le ha abierto la puerta de par en par. "[Manuel] Fraga se distanció del franquismo y se incorporó a la democracia. Usted se está alejando del debate democrático y desfila con los franquistas de Vox. Fraga estuvo más perspicaz. Fue más útil a la democracia. Hágaselo ver".

Era el corazón de la réplica del presidente en funciones, Pedro Sánchez, a un durísimo Feijóo, que durante más de 40 minutos le golpeó casi única y exclusivamente por la amnistía, por el Gobierno "imposible" y por hasta el "pacto encapuchado" con Bildu.

Ni la inmensa mayoría de sus votantes ni usted mismo se creen lo que ha venido a decir. No se rompe España, ni la Constitución se quiebra", alega el presidente

El duelo de Sánchez y Feijóo colonizó la sesión de tarde de la primera jornada de investidura del presidente en funciones. En su respuesta, el candidato fue contundente en el tono pero evitó el tono más agresivo del jefe del PP. Prefirió tirar de ironía, de socarronería. Hasta en ocasiones se carcajeó de él. Eso sí, percutió una y otra vez al líder del PP por sus pactos con Vox, que le dejan "solo", sin más apoyo que el de UPN. Y ha sido él quien, a su juicio, más ha hecho por acercarse al jefe de la ultraderecha. Se retrotrajo a las mociones de censura que le presentó Vox en 2020 —con Pablo Casado al frente de Génova— y en 2023. En ambas, todos los grupos votaron "lo mismo": no. "Solo un grupo cambió su voto, y fue el PP. Ahí no había amnistía ni tu tía. Escogió ese camino". Él no esconde que se lleve bien con Yolanda Díaz —"Yolanda", sin el apellido, para acentuar su cercanía con la vicepresidenta segunda—, y le aconsejó que haga "lo propio" con Santiago Abascal, con el que tuvo un "auténtico flechazo" tras las elecciones del 28 de mayo, cuando ambas formaciones cerraron gobiernos en comunidades autonómicas, diputaciones y 135 ayuntamientos.

Sánchez desplegó la estrategia que había seguido en sus lances Feijóo en el Senado en la pasada legislatura: retratar a su rival, desvestirle. Así, dijo de él que es un "falso moderado abrazado a la ultraderecha", un "falso experto que gestiona pésimamente", un "falso transparente que oculta etapas enteras de su pasado" —por su relación con el narcotraficante Marcial Dorado—, "un falso ganador [de las elecciones] y un real perdedor".

El otro eje de la réplica del presidente fue la defensa de la legitimidad del Gobierno que emanará a partir de su investidura, mañana jueves. "Desde hace 30 años, el PP no reconoce la legitimidad de ningún Gobierno, salvo del PP. El PP solo acepta las elecciones y la Constitución cuando el PP gobierna", denunció. Repasó que también los populares cuestionaron la legitimidad del Ejecutivo de Felipe González en 1993 y el de José Luis Rodríguez Zapatero en 2004, cuando contaban con ganar en las urnas, cuestionaron también la moción de censura que él ganó a Mariano Rajoy en 2018.

"Acabarán perdiendo en 2027"

Lo que le ocurre a Feijóo, a juicio del líder socialista, es que no acepta el funcionamiento de la democracia parlamentaria. Por mucho que los populares vayan a manifestarse con la ultraderecha ante la sede socialista de Ferraz y en los alrededores del Congreso, "le seguirán faltando los apoyos necesarios para ser presidente". Ahí aprovechó Sánchez para exigirle una "condena firme y rotunda al asedio a las sedes del PSOE". "Como no rectifiquen", le lanzó, "acabarán perdiendo en 2027".

Por mucho que el PP se manifieste con Vox, le espeta, "le seguirán faltando los apoyos necesarios para ser presidente"

El presidente presumió de que él sí ha logrado amarrar los apoyos parlamentarios suficientes tras muchas "horas de diálogo, negociación y acuerdo", y que sus pactos son públicos y se conocen. "Pero, ¿quién del PP se vio con quién de Junts, dónde y cuándo y con quién trataron?", le espetó, afeándole su cortejo a los posconvergentes y al propio Carles Puigdemont, al que él mismo le dedicó "alguna lisonja" (aseguró que tiene "respeto" al expresident, que "no mintió" y que eso "es un valor").

El jefe del PP llegó a decir en su investidura, en septiembre, que no era presidente porque no quería, porque no cedió ante las exigencias de los nacionalistas. "Esta es la mejor, esta es muy buena", se burló, sin esconder sus risas ("risas siniestras", las definió después un aún más duro Santiago Abascal). "Si suma a Junts tiene que restar los 33 votos de Vox, y si suma al PNV, tiene que restar los 33 de Vox. Sume lo que sume, tiene que restar a Vox, porque todos los grupos son incompatibles con Vox, todos menos el PP, que se ha abrazado a la ultraderecha". También ironizó el líder socialista con el tremendismo de la bancada conservadora: "He escuchado cosas terribles, delirio ha venido a decir. Ni la inmensa mayoría de sus votantes ni usted mismo se creen lo que ha venido a decir. No se rompe España, ni la Constitución se quiebra".

Tanto en la réplica como en la contrarréplica, Sánchez también insistió en que "lo grave es la ausencia de propuestas en positivo" de Feijóo, y especialmente su clamorosa falta de propuestas para Cataluña, aparte del respeto a la ley. El presidente llevó a la tribuna los bandazos dialécticos del líder popular y de su equipo. Pero luego le lanzó la pregunta de si desharía los indultos y, cuando se apruebe, la amnistía. "Un poco de respeto y patriotismo para proteger la convivencia en Cataluña y en España", zanjó.