El presidente del Gobierno en funciones y candidato a la reelección por el PSOE, Pedro Sánchez, ha centrado el inicio de su discurso de investidura en reivindicarse como única opción útil capaz de frenar a "las derechas retrógradas". Y tras cerca de una hora abordando el "problema" que acarrean estos postulados políticos para la democracia, en una denuncia clara a Vox, ha hecho dos anuncios sociales para erigir "un muro de contención" frente al populismo.

El secretario general del PSOE ha comunicado que el nuevo Gobierno extenderá la rebaja del IVA de los alimentos hasta el próximo mes de junio, y que el transporte público será gratuito para jóvenes y desempleados a partir del próximo año también. La rebaja actual del gravamen alimenticio es del 4% al 0% en los alimentos de primera necesidad como el pan, la leche, los huevos o las frutas y verduras. Y del 10% al 5% en el caso del aceite o la pasta.

Añadido a ambos anuncios, Sánchez ha avanzado que se ampliará además el colectivo de hipotecados que podrán acogerse a medidas de alivio. Se incluyen la ampliación del plazo del crédito, al elevar el umbral para acogerse de 30.000 a 38.000 euros de renta media.

Al arranque de su discurso inaugural, para pedir el apoyo a la Cámara, el líder socialista ha hecho alusión a las manifestaciones desarrolladas a lo largo de la semana pasada. "A todos quienes han ejercido este derecho pacíficamente, tienen mi respeto. Porque han ejercido un derecho que emana de nuestra Constitución", ha expresado Sánchez. Ha añadido que en el texto "solo se contempla un ejercicio superior, el de votar".

El candidato, incidiendo en ello, ha asegurado que "hoy y mañana" el Parlamento "va a escuchar a los 25 millones de personas que votaron en unas elecciones constitucionales, al amparo de las reglas que fijan". Una defensa, por tanto, de la legitimidad de las urnas y la capacidad que ostenta al poder sumar para conformar un nuevo Ejecutivo. "Vamos a escuchar la voluntad del pueblo español acatada a través de sus representantes; mediante las reglas parlamentarias", ha afirmado, pidiendo Sánchez implícitamente que el PP reconozca la legitimidad del Gobierno. El líder popular, Alberto Núñez Feijóo, pidió en la convocatoria de protesta civil de la Puerta de Sol que Sánchez dejara libre la vía de las urnas -solo sería posible si fracasa la investidura- y sometiera su voluntad a la amnistía al criterio de los votantes.

En oposición, ha afeado la actitud impulsada por "las derechas retrógradas". A nivel europeo, también nacional. Así ha rechazado las protestas violentas frente a la sede nacional del PSOE en la madrileña calle Ferraz. Y en ese reconocimiento solicitado al PP, ha añadido la advertencia del peligro que supone 'comprar' el discurso a la ultraderecha: "parasitan las ideas de la derecha tradicional". Sánchez, ha enumerado a continuación ejemplos de ello con los casos de la derecha tradicional de Reino Unido, Estados Unidos y las corrientes del PP europeo. Ha añadido a Argentina, que se debate entre la izquierda de Sergio Massa o "el discurso de Javier Milei". "Este es el dilema al que se enfrenta el mundo: o una opción progresista o una involucionista y reaccionaria; una democracia que proporciona seguridad, o la inseguridad que acabará con la democracia".

Sánchez ha incidido en que el hecho de que hoy "esté aquí ante ustedes", es que la "mayoría social no comparte estas tesis reaccionarias", caso del cuestionamiento del feminismo, que no es más "que el cuestionamiento de los derechos humanos"; "deslegitima la ciencia como hemos visto en la pandemia, o la evidencia del cambio climático; y atacan al diferente, o al colectivo LGTBI". "Pero España es un país abierto, estoy aquí para proponer el camino del avance, desterrar el clasismo, el machismo y la xenofobia. Para que demos a España cuatro años más de inestabilidad", ha pronunciado Sánchez, arropado por el PSOE y sus socios de Sumar.

El descrédito de la derecha, en cambio, ha acarreado reiteradas protestas desde la bancada del grupo Vox, así como muecas en la del PP. El exeurodiputado Esteban González Pons, en cambio, se ha mostrado crítico desde su escaño cuando ha aludido a países como Hungría: el PP ha advertido a Bruselas de que la amnistía y la "ruptura de la división de poderes" conduce al país a regímenes parecidos al de Orbán.

Una derecha tradicional "bendecida" por el PP

El candidato ha trasladado que esa oposición a la derecha radical "bendecida por una derecha tradicional", que "hoy en Europa tiene un cuarto de los escaños nacionales", debe hacerse construyendo "un muro" de progreso y "mejorando el Estado de Bienestar". Sánchez ha añadido a sus anuncios sociales un compromiso de reforzamiento de los servicios públicos, en materia de Sanidad principalmente, con propuestas como el aumento de especialistas en salud mental.

Aludiendo por primera vez la amnistía a los involucrados en el procés a casi una hora y media en su discurso, Sánchez ha apuntado que el problema de las derechas no es la amnistía, sino que el PSOE gobierne. "No aceptan el resultado de las urnas", ha dicho el candidato, pidiendo un "mínimo sentido de Estado". "Que no siga en esa línea de actuar al dictado de un partido ultraderechista", ha continuado.

Asumiendo que "la bandera es de todos por muchos aspavientos" que hagan -en la calle-, Sánchez ha considerado que "lo que de verdad no quieren las derechas es seguir beneficiando y reforzando las condiciones laborales o el sistema de bienestar". "La última vez que el PP estaba en el poder, en España era legal pagar 700 euros al mes, que te despidieran estando enfermo", ha denunciado.