El tablero ha cambiado. Lo ha hecho de modo agitado, algo precipitado y desconcertando a varios de sus protagonistas. En unos meses, aún no se sabe cuántos, Euskadi concurrirá a unas elecciones autonómicas. La última vez que el revuelo obligó a cambiar los parámetros hay que buscarla en el 1 de marzo de 2009. Tras aquellas elecciones el anterior lehendakari Juan José Ibarretxe abandonó la política, pese a ganar las elecciones, el candidato del PSE le sustituyó por un acuerdo con el PP y el PNV pasó a la oposición e inició un periodo de renovación interna profunda. Hoy, algunos elementos que dibujan la actualidad política en el País Vasco se parecen, otros están en las antípodas.

De lo que no cabe duda es que las próximas elecciones al Parlamento Vasco serán especiales. En todas ellas surgen dudas, hipótesis y especulaciones, pero en esta ocasión los últimos datos y algunos indicios han elevado las incógnitas. ¿Acertará el PNV con su candidato? ¿Recuperará la confianza perdida de parte de sus votantes? ¿Bildu acrecentará su tendencia al alza? ¿Se convertirá la izquierda abertzale en un aliado clave para la conformación de Gobierno? ¿El PSE cumplirá su rechazo a apoyarse en la formación de Otegi si se le abre la opción de alcanzar la lehendakaritza? ¿Será clave el voto del PP para decantar la balanza? ¿Serán capaces Podemos y Sumar de colaborar y convivir en armonía en Euskadi?

La semana que ahora termina ha situado ya a todos los partidos en la parrilla de salida. La precampaña se puede dar por iniciada. La penúltima de las incógnitas está desvelada, Otegi no será candidato, y la última lo será en pocos días, quién le sustituirá. La semana pasada una filtración había forzado al PNV a acelerar el paso y a confirmar que Urkullu no encaja en el ‘retrato robot’ que el partido busca para el futuro y al que sí se ajustaría un desconocido Imanol Pradales.

En el PSE el proceso ha sido más tranquilo, situando a su secretario general, Eneko Andueza, como aspirante. Los populares lo han hecho renovando su presidencia en la figura de Javier De Andrés y dando por cerrado el segundo periodo de Iturgaiz. En Elkarrekin Podemos, la candidata la tenían casi cerrada en la figura de Miren Gorrotxategi, pero el horizonte se les acaba de alterar con la reciente inscripción de Sumar en Euskadi y con la que aspiran a entenderse de cara a las autonómicas. Veremos.

Relevo generacional y trasvase de voto

El relevo generacional y, de algún modo ideológico, es la seña que marcará estas elecciones. A ello se suma un evidente trasvase de electorados, una actualización de discursos y un ‘daño colateral’ procedente de Madrid que perjudica a algunos ‘aliados sanchistas’ y que actúan como rivales en Euskadi.

El último Sociómetro del Gobierno vasco augura un movimiento de voto importante. Los datos muestran que la tendencia creciente de EH Bildu no se detiene, el desgaste del PNV tampoco y el hundimiento de Elkarrekin Podemos se acentúa. Populares y socialistas mantendrían su tendencia de mejora. Pese a que según esta encuesta la mayoría absoluta PNV-PSE podría reeditarse con comodidad, los números también permitirían una mayoría de izquierda alternativa. La radiografía de intención de voto se hizo antes de que se conociera que el PNV no revalidaría a Urkullu y que Otegi no sería candidato.

Así, al partido de Ortuzar el Sociómetro le otorga 29 asientos, dos menos que hace cuatro años. A EH Bildu le augura una mejora importante, con cuatro parlamentarios más, para pasar de los 21 actuales a 25. Son los que en gran medida absorbe de la caída de Elkarrekin Podemos, que bajaría de seis a tres. El PSE de Andueza mejoraría de 10 a 11 representantes y el PP de De Andrés se estrenaría en unas autonómicas pasando de seis a siete parlamentarios. Vox quedaría fuera de la Cámara vasca al perder su escaño.

Un tablero prelectoral que continuará teniendo como su gran asignatura pendiente la casi nula ausencia de candidaturas femeninas a lehendakari. Ni el PNV, ni el PSE ni el PP han optado por una mujer. Todo apunta a que sí lo hagan EH Bildu y Podemos/Sumar.

Partido Nacionalista Vasco (PNV). En estas elecciones ninguno de los principales partidos concurrirá con el mismo candidato o candidata de hace cuatro años. El último caso, el del PNV, es el más llamativo, más por el procedimiento que por la decisión. Urkullu tiene 62 años y quien ha sido propuesto por el PNV, Imanol Pradales, 48. Él fue profesor de Pradales en la ikastola y cuando ya presidía el PNV el ahora candidato empezaba a dar sus primeros pasos en política. Ortuzar aseguró esta semana que es “una sucesión” y que no se ha “prescindido” de quien ha sido lehendakari desde 2012. El argumento es que los retos de futuro requieren un candidato para la próxima década, que debe ser plurilingüe, con experiencia contrastada y que sepa moverse en el ámbito internacional, y ahí, Urkullu no cumplía todos los requisitos. “El futuro de nuestra generación lo vamos a vivir más como pensionistas”, ha reconocido el presidente del PNV, dispuesto también a “abrir la puerta” para su relevo al frente del EBB tras el proceso de renovación interna que se abrirá en el PNV después de las autonómicas en el PNV.  

Imanol Pradales Gil, candidato propuesto por el PNV.
  • NOMBRE Imanol Pradales Gil
  • EDAD: 48 años. Santurtzi, 1975
  • PERFIL: Sociólogo, profesor universitario y doctor en Ciencias Políticas.
  • TRAYECTORIA: Se inició en política en 2007 en la diputación foral de Bizkaia. Asumió la cartera de Promoción Económica. Actualmente es el titular de Infraestructuras y Desarrollo Territorial.

EH Bildu. El relevo generacional no es tal en la izquierda abertzale. Otegi no fue candidato ni en 2016 ni en 2020 –por condenas de inhabilitación por el ‘caso Bateragune’- y tampoco lo será en 2024. Su caso se ajusta más al paso del momento histórico que hubiera justificado un aspirante como él. Hoy, en el nuevo contexto en el que vive el País Vasco, incluso el electorado cada vez más transversal de la izquierda abertzale, un perfil como el de Otegi como candidato a lehendakari podría tener más desgaste que ventajas. Es el mayor del ‘tablero político’ vasco, 65 años, y el que acarrea una mochila de pasado pesado y oscuro. Cuestión que Otegi asegura que “ya está superada” y que considera que sólo se alude a ella para movilizar “a públicos que ya no existen”. Las parlamentarias Nerea Kortajarena o Oihana Etxebarrieta suenan como opción para mantener la carrera ascendente de la izquierda abertzale.

Nerea Kortajarena, portavoz de EH Bildu en el Parlamento Vasco.
  • NOMBRE: Nerea Kortajarena
  • EDAD: 49 años. San Sebastián, 1974
  • PERFIL: Por ahora sólo es el nombre que con más fuerza suena para ser la candidata a lehendakari del PNV en 2024. En junio pasado fue designada portavoz de la coalición en el Parlamento Vasco. Es la voz más institucional de la nueva generación que Otegi quiere impulsar.

Partido Socialista de Euskadi (PSE). Eneko Andueza sabe que el PSE será determinante en estas elecciones. Su figura aún está en fase de consolidación tras asumir la secretaria general del PSE hace dos años, en octubre de 2021. Andueza tiene 44 años, catorce menos que su antecesora y anterior candidata a lehendakari, Idoia Mendia. Su reto pasa por hacer valer la gestión del Gobierno de coalición con el PNV, diferenciarlo del desgaste que arrastra y consolidar la tendencia favorable y de recuperación que arrastra la formación en Euskadi.

El candidato del PSE, Eneko Andueza.
  • NOMBRE: Eneko Andueza
  • EDAD: 44 años. Eibar, 1979
  • PERFIL: En octubre de 2021 asumió la secretaría general del PSE en Euskadi. Sustituyó a Idoia Mendia, a quien también relevará como candidato a lehendakari. Andueza se ha mostrado partidario de mantener la sintonía con el PNV pero se ha abierto a explorar otras alianzas.

Partido Popular. La renovación es completa entre los populares. Su hoy presidente, Javier De Andrés, ha tomado el mando del partido en el País Vasco de la mano de Carlos Iturgaiz hace apenas un mes. También será el candidato a lehendakari. Iturgaiz regresó a Euskadi como un inesperado candidato tras la salida abrupta y la crisis interna provocada en tiempos de Casado y Alfonso Alonso. Una vez recosido el partido, De Andrés, con experiencia de gestión institucional, se ha propuesto abarcar el espacio de voto decepcionado del PNV.

El presidente del PP y candidato, Javier De Andrés.
  • NOMBRE: Javier De Andrés.
  • EDAD: 56 años. Vitoria, 1967.
  • PERFIL: El pasado 4 de noviembre asumió la presidencia del PP vasco. Tras cinco años fuera de la política, De Andrés regresó logrando el escaño por Álava en las generales. Fue Diputado general de Álava y delegado del Gobierno en Euskadi. Ahora será candidato a lehendakari.

Elkarrekin Podemos /Sumar. Por último, Elkarrekin Podemos y la recién registrada marca de Sumar en Euskadi, tendrán que buscar un acuerdo para optar de manera conjunta a las urnas, esa es al menos la pretensión. A ello se sumará las llamadas a explorar opciones para conformar mayorías progresistas que faciliten un cambio en el Gobierno de Euskadi.   

La portavoz de Elkarrekin Podemos, Miren Gorrotxategi.
  • NOMBRE: Miren Gorrotxategi.
  • EDAD: 56 años. Abadiño, Bizkaia, 1967.
  • PERFIL: Desde 2020 es portavoz del grupo Elkarrekin Podemos del Parlamento Vasco. En 2016 fue senadora y en 2019 diputada en el Congreso. Ahora se ha postulado para ser de nuevo la candidata de la formación.

Nuevos discursos

En el actual contexto prelectoral también las posiciones y mensajes de los partidos empiezan a moverse. En el PNV se ha abierto un proceso para reequilibrar su discurso, castigado por muchos de sus votantes. En EH Bildu se combinará el perfil social reforzado con el que ha blanqueado su imagen con una recuperación ‘amable’ de su batalla más territorial e identitaria. El PSE quiere presentarse como la única opción social y progresista alejada de aventuras soberanistas y el PP como el único discurso ‘vasquista’ de centro derecha capaz de defender la identidad vasca dentro de la pertenencia a España. En Podemos-Sumar, la apuesta pasa por enarbolar la bandera del verdadero discurso progresista centrado en las personas más que en las patrias.

En el PNV, además de una renovación generacional, se busca detectar bien la razón que está detrás de ese castigo de su electorado aplicado en las municipales y forales y las generales. En un primer momento la formación situó el revés en el desgaste de gestión interna y las movilizaciones contra el Gobierno vasco que se venían sucediendo. El miércoles Ortuzar aseguraba que la pérdida de 100.000 votos nada tenía que ver con eso y que era momento de “dar respuestas” al mensaje enviado por los votantes decepcionados. No detalló el sentido de la respuesta ni el contenido del mensaje que entiende el partido que se le ha trasladado.  Durante el acto con motivo del 120 aniversario de la muerte de Sabino Arana aseguró que se había puesto “demasiado el foco” en Madrid y que era hora de retornarlo a Euskadi.

En el PP también han iniciado el nuevo tiempo virando su rumbo. Ahora el discurso popular está puesto en el voto de centro-derecha nacionalista que ha abandonado el barco del PNV. El nuevo presidente y candidato popular cree que retornar a la centralidad perdida del PNV es “una oportunidad” para el PP. El perfil más moderado de De Andrés respecto al de Iturgaiz puede favorecer ese objetivo. En las últimas elecciones los populares no sólo recuperaron voto, sino que ganaron influencia en la política vasca, siendo determinantes en la Diputación de Gipuzkoa y en algunos ayuntamientos.

En Bildu, al igual que en el PNV, el mensaje en clave territorial ha resurgido. Adormecida en los últimos años, la izquierda abertzale ya ha advertido que será determinante y que ha llegado el momento de dar pasos hacia “el reconocimiento nacional de Euskal Herria”. Una apuesta que Otegi ya ha adelantado que será amable, reflexiva, sin prisas y dando una oportunidad al debate normalizado. Será una cuestión que volverá a tener peso importante en las autonómicas de 2024. El PNV acordó con el Gobierno la aprobación de un nuevo estatus, que primero tendrá que ser pactado y aprobado en la Cámara Vasca que salga de las urnas. Ahora la izquierda abertzale no recurre a los órdagos sino a la paciencia y a los pasos medidos, incluso territorialmente, cada uno a su ritmo, en Euskadi, en Navarra y en el País vasco francés.

Es ahí donde chocará con la izquierda constitucionalistas que representa el PSE. Andueza ya ha asegurado que no compartirá ninguna propuesta en clave independentista, que esa será una línea roja para entenderse con EH Bildu. El PSE ha comenzado a cambiar su discurso. Ahora su socio de Gobierno en la última década, el PNV, es una formación “agotada”, según Andueza. Sin embargo, todo apunta a que socialistas y jeltzales revalidarán su sintonía tras las elecciones en busca de una mayoría que les permita seguir gobernando. La clave estará esta vez si será suficiente para lograr los 38 asientos que requiere la mayoría absoluta que hoy si ostentan o requerirán apoyarse en formaciones como el PP, como han tenido que hacer en instituciones como la diputación de Gipuzkoa o el Ayuntamiento de Vitoria para evitar el gobierno de Bildu.