Este 2024 tampoco habrá convención nacional ni congreso del Partido Popular. Génova ha decidido centrar sus esfuerzos del año en las tres consultas electorales previstas y en línea de oposición a Pedro Sánchez y olvidarse del debate ideológico, pendiente desde febrero de 2017, cuando se celebró el último cónclave ordinario popular en época de Mariano Rajoy.

Distintas fuentes consultadas coinciden en argüir que "no tendría sentido dedicarnos a debatir sobre nuestros asuntos internos con todo lo que está pasando y la necesidad de volcarnos en las gallegas, vascas y europeas, sin descartar catalanas antes de que acabe el año", apuntan en conversación con El Independiente.

La decisión de no convocar una convención que debiera ser anual viene macerándose desde hace tiempo y el escenario político "no ha hecho más que afianzar la convicción de posponer este tipo de cita", ni siquiera para usarla como plataforma electoral de lanzamiento desde la que dar el pistoletazo de salida a un 2024 de altísima intensidad tal y como quedó demostrado en la turbulenta sesión parlamentaria del pasado miércoles en el Senado.

Los estatutos populares obligan a la celebración anual de una convención nacional

Lo cierto es que los estatutos populares obligan a la celebración anual de una convención nacional aquellos años que no toca congreso ordinario del partido. Significa que ya en 2023 debiera haber tenido lugar una, al igual que este año y las normas de funcionamiento interno que se han dado los populares nada dice de su incompatibilidad con convocatorias electorales.

El artículo 42 de los estatutos populares, establece que este órgano, de naturaleza consultiva cuya convocatoria corresponde al presidente Nacional, "evaluará cada año las políticas" del partido y "debatirá resoluciones que proponga el Comité Ejecutivo o la Junta Directiva". La convención "podrá ofrecer orientaciones, sugerencias y hacer balance ", es decir, consagra su carácter anual y solo señala la salvedad respecto a que "no será necesaria la convocatoria (...) en los años en que se celebre Congreso Nacional".

Significa que la última vez que el PP debatió y aprobó distintos textos fue en febrero de 2017 en el XVIII congreso, de carácter ordinario, que renovó el liderazgo de Mariano Rajoy. Entonces se presentó una ponencia Política y de Estatutos, coordinada por Fernando Martínez-Maillo; otra Social, a cargo de Javier Maroto; una tercera, Económica y de Administración Territorial, en manos de Javier Arenas; asimismo se vio la ponencia de Educación, Innovación y Cultura, de la que se encargó Andrea Levy y, por último, la de Europa, redactada por Pablo Casado. Todos ellos eran entonces vicesecretarios del PP.

Los de 2018 y 2022 fueron congresos extraordinarios y no se debatieron ponencias

Sin embargo, tanto en 2018 como en 2022 fueron cónclaves de carácter extraordinario, destinados a la elección de nuevos equipos directivos, el primero por la inopinada salida de Rajoy del Gobierno tras la moción de censura de Pedro Sánchez y, el segundo, para cerrar la crisis abierta por Casado con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. En estos casos sí se dio cumplimiento estatutario puesto que el artículo 32 reza que en este tipo de citas congresuales "no será obligatorio el debate de ponencias".

No han sido pocas las voces que han reclamado a lo largo de este tiempo un debate ideológico en el PP con el que presentar la batalla de las ideas al socialismo. Una una de sus principales abanderadas ha sido la diputada y ahora portavoz adjunta en el Congreso Cayetana Álvarez de Toledo. De hecho, se negó a acudir a la última convención celebrada, en octubre de 2021, siendo todavía líder del partido Pablo Casado.

La que era entonces parlamentaria díscola argumentó que "no se me ha invitado a trabajar, sino a aplaudir". Tampoco consiguió abrir el debate "estratégico e ideológico" en el congreso extraordinario de abril de 2022, cuando fue elegido Alberto Núñez Feijóo sustituto de Casado, a pesar de argumentar entonces que dicho debate "reforzaría el mandato de la nueva dirección".

Reunión de la Interparlamentaria en Orense

Lo más parecido a una convención este año será la reunión de la Interparlamentaria popular los días 20 y 21 en Orense. El sitio elegido no casual. El último escaño por esta provincia esá en juego para las elecciones autonómicas gallegas del 18 de febrero y la candidatura de Democracia Ourensana, partido liderado por el alcalde de esta ciudad, Gonzalo Pérez Jácome, puede hacer pupa en el reparto de restos electorales.

Los populares creen que esta formación no tiene ninguna opción y que, dado su carácter populista, puede quitar papeletas tanto a izquierda como a derecha, pero los votos que reciba, aún no sacando representación, pueden dejarles sin uno de los 42 escaños que tienen ahora en el parlamento gallego.

Bien es cierto que Orense y Lugo son dos provincias sobrerrepresentadas en relación a su población y se han convertido en el gran caballo de batalla de la pugna electoral. Habrá que ver hasta qué punto la crisis de los pellets afecta a las opciones de los populares gallegos para repetir su actual mayoría absoluta.