La ley de amnistía no es una fuente de preocupación para los socialistas gallegos. Los dirigentes del partido venían insistiendo en las últimas semanas, en los últimos meses, que en las calles los ciudadanos no les interpelan por ella, que la afectación es mínima, que Galicia no es Madrid ni la meseta. Y lo mantienen también ahora, en este arranque de la campaña de las elecciones autonómicas del 18 de febrero.

La amnistía no es un tema de debate que erosione a su candidato, al candidato del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, pero también convienen en la cúpula del partido que "cuanto menos ruido, mejor". Así que si la ley pasa en estos próximos 15 días a un segundo plano, "mejor". Por eso creen en la federación que el hecho de que la resolución del choque entre el Gobierno y Junts se lleve a la semana posterior a los comicios es positivo. El presidente, Pedro Sánchez, sus ministros, sus responsables de la ejecutiva y por supuesto también José Luis Rodríguez Zapatero estarán muy presentes en la campaña, pero sobre todo para vender la gestión del Ejecutivo en Galicia y para intentar retener a los votantes que apostaron por las siglas del partido en las últimas municipales y generales, especialmente en las zonas urbanas. Su implicación será clave, en definitiva, para animar a la participación, ya que los socialistas entienden que ha de ser superior al 60% para que la izquierda pueda arrebatar la Xunta al popular Alfonso Rueda, el delfín de Alberto Núñez Feijóo.

El ruido no ayuda a nada nunca. Ocurrió ya en la pasada legislatura. Cuando menos ruido exista, más posibilidades tenemos de mandar mensajes positivos", asegura un alto cargo de la federación gallega

Los tiempos del Congreso, y que la Cámara esté controlada por la izquierda, han ayudado a los socialistas. Porque una vez que Junts frenó el martes en el pleno la aprobación de la ley de amnistía para su remisión al Senado, se abría un periodo de 15 días (prorrogables) para que la Comisión de Justicia elabore un nuevo dictamen. Pero una de las preguntas era cuándo comenzaría ese cómputo. Y la respuesta es a partir de la reunión de la Mesa de la Cámara baja, que preside la socialista Francina Armengol. El órgano rector del Congreso se citará este próximo martes, 6 de febrero. Y será a partir del día siguiente, miércoles 7, cuando corra el tiempo. Armengol podía haber convocado antes a los miembros de la Mesa, pero ha seguido el procedimiento ordinario, la liturgia habitual: citar a sus compañeros el martes, como ocurre semana tras semana, salvo excepciones. Eso hace que el nuevo dictamen haya de aprobarse, según confirman fuentes parlamentarias, para el miércoles 21 de febrero, salvo que se apruebe una prórroga. Es decir, que la Comisión de Justicia que examinará de nuevo la ley se reunirá, con seguridad, después de las elecciones gallegas del 18-F.

La campaña ya está en marcha —empezó oficialmente esta medianoche— y en el PSdeG agradecen que el debate de la medida de gracia no regrese hasta después de que se cierren las urnas. Las negociaciones podrán seguir, pero será de manera soterrada, y además el presidente buscó desde Bruselas rebajar el tono del choque al reconocer al independentismo que en el procés no hubo terrorismo y que por tanto todos sus dirigentes podrán ser amnistiados. Un mensaje que celebró poco después el secretario general de Junts, Jordi Turull. "El ruido no ayuda a nada nunca —reflexiona un alto cargo del PSdeG—. Ocurrió ya en la pasada legislatura: el ruido ayudó poco a que se pusiera en valor muchas de las acciones del Gobierno, cuando fue además una legislatura prolífica en leyes. Y ahora hay medidas que se están adoptando, como la revalorización de las pensiones, la subida del salario mínimo o la bonificación del transporte, que quedan sepultadas u ocultas por esto de la amnistía. Cuando menos ruido exista, más posibilidades tenemos de mandar mensajes positivos. El PP también lo sabe, por eso agita toda la basura".

Yo estoy todo el día en la calle y nadie nos cuestiona por la amnistía. Que no haya ruido mejora el ambiente", señala otra responsable del PSdeG

Otros altos mandos consultados de la federación gallega coinciden plenamente con este análisis. "La amnistía en Madrid tiene repercusión, pero aquí no —apunta una dirigente del PSdeG que es también un relevante mando municipal—. Se va a votar más en clave gallega. Siempre distorsiona el debate nacional, pero no tanto como en otros lugares. Pero claro, cuanto menos ruido haya, mejor; cuando menos se hable de la amnistía, mejor. Nuestro problema, no obstante, es la movilización. Tenemos que superar el 60%, sobre todo en zonas urbanas, y ahí serán claves A Coruña y Vigo", las dos grandes gobernadas por el PSdeG, además de Lugo. "Yo estoy todo el día en la calle y nadie nos cuestiona por la amnistía —apunta otra responsable del PSdeG—. En todo caso, viene bien que nos podamos centrar en las cuestiones que afectan a Galicia. Que no haya ruido mejora el ambiente".

"El sanchismo sí o no movilizaría a la izquierda"

"El ruido siempre es mejor sacarlo", indica otro cuadro más de la dirección gallega, "pero, de verdad, a mí aquí solo me hablan de la amnistía los votantes del PP. En la izquierda puede haber gente que lo vea mejor o peor, pero no será un asunto decisivo a la hora de decidir el voto o desmovilizar. Se ve, salvo en lo círculos muy urbanos de la derecha, como un asunto lejano, de guerra política madrileña. Es más, yo creo que en esta ocasión el debate sobre el sanchismo sí o no, que es lo que está detrás del debate de la amnistía, lo que haría es movilizar a la izquierda frente a la derecha rancia española. Cuanto más se vea la verdad, que Rueda es una marioneta en manos de Feijóo e Isabel Díaz Ayuso y que es el PP de España el que manda aquí, no el PP de Galicia, más posibilidades de que la izquierda salga a votar".

En Ferraz dicen no temen que los dos temas estén presentes, porque no hay inquietud ciudadana por la amnistía

En Ferraz, mientras, dicen no tener miedo a que la amnistía esté presente en la campaña, porque los ciudadanos no están preocupados por ella —la citó el 2,3% de los encuestados en el último barómetro del CIS, recuerdan—. "Si el PP estuviera tan seguro de que esto nos debilita en Galicia no habría aprobado el complemento de 218 euros a las pensiones no contributivas el día que comienza la campaña. Creemos que la amnistía es algo que no va a pesar en el voto en Galicia. Es probable que el PP quiera llevar ese debate para tapar sus muchas carencias de gestión allí, pero la clave gallega va a primar sobre otras".

El PSdeG sí quiere nacionalizar la campaña. Pero no como busca el PP, sino exhibiendo músculo por la gestión del Gobierno y su impacto en la comunidad. Ya ocurrió en la convención política de hace dos semanas en A Coruña, en la que todo el PSOE arropó al cabeza de cartel a la Xunta. Este jueves, en el acto de arranque de la campaña en Lugo, la tierra natal de Besteiro, la vicepresidenta primera del Gobierno y número dos del PSOE, María Jesús Montero, respondió a Rueda que sus motivos para la queja no son ciertos porque desde que Sánchez llegó a la Moncloa "en Galicia se han invertido 42.000 millones". La también ministra de Hacienda recalcó el compromiso del partido y del Gobierno con estas elecciones del 18-F porque "España se la juega con Galicia" y "sobran los motivos para que la gente se mueva", "para que acudamos a votar".

Esa implicación de Ferraz y del Ejecutivo en la campaña será muy visible en estos 15 días. Sánchez recorrerá las cuatro provincias: ya estuvo en Lugo el pasado sábado, 27 de enero, y el próximo, 3 de febrero, viajará hasta Ourense. El sábado 10, en el acto central, el del ecuador, pisará Vigo y el jueves 15 mitineará en A Coruña. Esa es, al menos, la previsión inicial.

La necesidad de una participación alta

El presidente compartirá los actos centrales con Besteiro. También lo hará Zapatero, que estará, en principio, cuatro días de campaña: dos días en la primera semana y otros dos la segunda, incluido el cierre en Santiago. También mitineará con el candidato el primer secretario del PSC, Salvador Illa, en el segundo tramo de la campaña. Los ministros y dirigentes, mientras, "reforzarán las candidaturas provinciales en actos sectoriales y mítines", según precisan desde la cúpula del PSdeG. También tendrán protagonismo los alcaldes. En Vigo, Abel Caballero, que cosechó en mayo una nueva amplísima mayoría absoluta, aparecerá en los carteles junto al candidato, para ligar el voto municipal al autonómico.

Zapatero estará en principio cuatro días de campaña, incluido el cierre en Santiago. También acompañará a Besteiro el líder del PSC, Salvador Illa

Para los socialistas, es capital que se active el voto que sí acude a las urnas en municipales y generales. La diferencia es muy visible: en las gallegas de julio de 2020, en plena pandemia del covid, la participación fue del 48,97% —53,63% en las autonómicas de 2016—, con apenas 253.750 sufragios, mientras que ascendió al 65,60% en las locales del 28 de mayo (420.300 votos) y se quedó en el 61,41% en las generales del 23-J (486.832 papeletas).

"Necesitamos mucha participación, especialmente en las grandes ciudades y en el resto de zonas urbanas, que no se movilizan porque la Xunta gobierna de espaldas a ella", señalan desde el PSdeG. La estrategia para despertar a los votantes abstencionistas es el "desembarco de pesos pesados" del Gobierno y de Ferraz.

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), arropa al candidato del PSdeG a la Presidencia de la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro (c), en un acto de precampaña en Lugo, el pasado 27 de enero de 2024. EFE / ELISEO TRIGO

Los socialistas sienten que han de "echar el resto" porque estas son las elecciones más competidas en los últimos 15 años, ya que, según algunas encuestas, peligraría la mayoría absoluta del PP. El CIS atribuyó al PP entre 36 y 38 escaños —la mayoría del Parlamento se sitúa en los 38 diputados—, una bajada respecto a sus 42 actuales, los que consiguió Feijóo en 2020. Por detrás, el BNG de Ana Pontón, con 20-23 asientos (tiene 19 ahora), y el PSdeG, con Besteiro de candidato, con 15-17 parlamentarios (hace cuatro años consiguió 14). El instituto público dejó en el aire la representación de Sumar (0-2) y de Democracia Ourensana (0-1).

Entrar o no en el Gobierno, la decisión posterior si la izquierda suma

En el PSdeG son conscientes de que es "muy difícil" alcanzar a un BNG que se ha consolidado y ha crecido, pero tienen claro que si la izquierda suma, darán sus votos para que Pontón sea presidenta. "Y ya se decidiría si entramos o no en el Gobierno y si debe hacerlo el propio Besteiro", añade un cargo relevante de la federación.

Los socialistas subrayan que la pelea está más reñida que nunca y que decidirá la Xunta el último escaño de cada provincia. "Feijóo se juega el ser o no ser en estas elecciones", avisan en el cuartel general

El 18-F puede ser la "estocada definitiva para Feijóo" si perdiera la mayoría absoluta, según conciben los socialistas. Calculan que si Rueda pierde la Xunta —bien porque cede la absoluta o porque no suma con Democracia Ourensana, si es que entra en el Parlamento—, el jefe del PP quedaría desautorizado y difícilmente podría sostenerse en el liderazgo del partido. Galicia es el feudo conservador por excelencia. "La media de las encuestas dice que la mayoría absoluta del PP pende de dos escaños —analizan desde Ferraz—. Cuatro provincias donde la batalla por el último escaño decidirá si hay cambio en Galicia. Feijóo se juega el ser o no ser en estas elecciones. Puede ser el protagonista de la peor operación política que se recuerda en décadas. Dejar la Xunta para ser presidente del Gobierno de España, no lograr la presidencia y acto seguido perder la Xunta. Jaque mate". El PSOE, continúan en el equipo de Sánchez, "sale a aglutinar el voto de la pulsión de cambio que hay en la comunidad. Tenemos que movilizar mucho de nuestro electorado que no vota en las autonómicas". "Esta es la campaña que va a cambiar el futuro de Galicia, la que nos va a permitir transformar la vida de la gente", clamaba Montero desde Lugo.

Preocupa en el PSdeG también la división entre Sumar y Podemos, porque probablemente los dos queden fuera del Parlamento y sin embargo "sus votos irán a la papelera", de ahí que los socialistas busquen concentrar el voto de la izquierda. Se presentarán en esta campaña como "la política útil", presumiendo de la acción del Gobierno, para contrarrestar el mensaje de "o Rueda o el caos" que presumen que explotará el presidente de la Xunta para orillar a Vox —no consiguió ningún diputado en 2020— y combatir a la izquierda.

Preocupa la división entre Sumar y Podemos, porque los dos puede que queden fuera del Parlamento y sus votos "irán a la basura". El PSdeG se presentará como la "política útil"

En el PSdeG esperan hacer "una gran campaña", aunque saben que no será fácil, por la fortaleza del PP y el crecimiento del BNG. Están convencidos de que tienen un buen candidato, Besteiro, pero al que "le ha faltado tiempo" para darse a conocer y asentarse. Las bases, señala una alcaldesa, están animadas, "esperanzadas", porque en el peor de los casos el partido mantendría su representación y su tercer puesto, y en el mejor escenario, lograría subir en escaños, muy probablemente sin alcanzar al BNG.

Así que, de cara a los siguientes 15 días, "mejor sin ruido". Y la amnistía, aunque en el partido se ha digerido como un "sapo" que había que tragarse, empieza a pesar, a "desgastar". "Que no nos pidan ir a la guerra santa por ella, eso sí", ruega un mando del PSdeG. El cansancio con la ley explica, también, que se celebre en el partido que Sánchez pusiera pie en pared y no cediera más ante Junts. Y su plante puede remar a favor de Besteiro el 18-F, siquiera para desbaratar el mensaje de la derecha de que gobierna subordinado a la voluntad de Carles Puigdemont.