Tras la audiencia con Mohamed VI, Pedro Sánchez volvió a presumir de la gestión migratoria de Marruecos, como si la llegada masiva de migrantes a Ceuta en mayo de 2021 a modo de represalia o el sangriento salto a la valla de Melilla en junio de 2022 fueran capítulos de un pasado remoto y olvidado. Del "bien resuelto" con el que Sánchez calificó inicialmente el salto a la verja de Melilla, que se saldó con 37 muertos y 80 desaparecidos, al "extraordinariamente positiva" con el que valoró este miércoles la cooperación con Marruecos, un caprichoso gendarme de la frontera.

"El resultado de las políticas de migración entre España y Marruecos son excelentes", aseguró Sánchez. "La cooperación que tenemos con el reino de Marruecos es extraordinariamente positiva. No tenemos en absoluto ningún reproche que hacer como tampoco tenemos ningún reproche que hacer en la lucha contra el narcotráfico", agregó el presidente del Gobierno, en línea con las declaraciones que suele firmar su ministro del Interior, el cuestionado Fernando Grande-Marlaska.

Cifras récord desde enero

"Hemos establecido una cooperación que calificaría de ejemplar. Nuestros gobiernos continuarán actuando en áreas como la emigración circular", apuntó Sánchez tras subrayar el carácter "pionero" a nivel europeo de este programa. Una loa sin medias tintas ni claroscuros a la política migratoria que no casa bien con los datos y la realidad que trasladan quienes tratan a diario con el drama de miles de migrantes que arriesgan sus vidas en el mar o padecen las vejaciones constantes de las autoridades marroquíes en su tránsito hacia Europa.

Las llegadas de inmigrantes a Ceuta y Melilla por vía terrestre han aumentado un 232% en lo que va de 2024 en comparación con el mismo período de 2023, 241 personas más. Por vía marítima, en cambio, han descendido en lo que España vincula a la decisión de Marruecos de desplegar una unidad marítima permanente en la frontera norte de Beliones, desde donde se producía la entrada de una media de diez personas diarias a nado.

En el caso de la ruta canaria el incremento es del 630%, más de 10.000 personas más. Ambos datos corresponden a los proporcionados por el ministerio del Interior a fecha de 15 de febrero. Unas cifras que arrojan un abultado cómputo total: en seis semanas de 2024 han llegado a España unos 13.302 migrantes irregulares frente a los 2.538 de 2023.

"No esperamos nada bueno de Sánchez y su visita"

"De la visita de Sánchez no esperamos nada bueno para los derechos humanos porque llevamos demasiado tiempo instaladas en relaciones bilaterales basadas en el chantaje y no en la solidaridad entre los pueblos", desliza en conversación con El Independiente Helena Maleno, fundadora de Caminando Fronteras, la ONG que denunció en enero la muerte de 6.618 migrantes intentando alcanzar las costas españolas durante todo el año pasado.

"Deberían hablar de la protección del derecho a la vida en el mar, pero de esto nunca hablan. Con más de 6.000 muertes en 2023 debería ser una prioridad, y en lo que nos toca más de cerca en el cese de la colaboración en la persecución a defensoras de derechos humanos. Sigo esperando reparación por el daño que me causaron ambos estados y así están muchas otras defensoras", apunta Maleno. Las vejaciones a los migrantes por parte de las autoridades marroquíes no ha cesado, a pesar de las alabanzas de Sánchez y Marlaska.

En 2023 se denunció la llegada de migrantes con heridas de bala a Canarias, causadas por las fuerzas de seguridad marroquíes que abrieron fuego contra las embarcaciones. Las redadas violentas tampoco se han detenido al otro lado del Estrecho. "Acaba de suceder una macro redada en Casablanca donde ha habido un muerto tras incendiar todo el campamento informal. En ese campamento vivían 16 mujeres con sus hijos e hijas. Tenemos a un refugiado sudanés con la mandíbula rota cuando intentaba llegar a Ceuta con otros 16 refugiados...", relata Maleno a propósito de las tropelías de la gendarmería de la dictadura alauí. Caminando Fronteras denuncia, además, que el número de embarcaciones y migrantes desaparecidos siguen en aumento en las últimas semanas.

Las mafias marroquíes, tras el incremento en Mauritania

La agencia europea de fronteras y costas Frontex reconoce que el año pasado la ruta de África Occidental -también conocida como ruta canaria- "experimentó el mayor aumento porcentual de cruces irregulares". "En los últimos meses, los grupos delictivos dedicados al tráfico de personas en Mauritania no han tardado en aprovechar la oportunidad que les brindaba el aumento de la demanda de migrantes subsaharianos que transitaban por su país para entrar en la Unión Europea a través de las Islas Canarias. En los últimos meses, los traficantes de personas han estado hacinando a un número cada vez mayor de migrantes en pequeñas embarcaciones pesqueras de madera conocidas como cayucos , poniendo en peligro aún mayor la vida de las personas a bordo", indican desde la agencia.

Un tráfico de seres humanos que se concentra ahora en Mauritania pero que tiene una conexión con la vecina Marruecos. Fuentes en los territorios ocupados del Sáhara Occidental señalan a este diario que las mismas mafias marroquíes que operan en la costa saharaui se han trasladado a Nuadibú, la segunda ciudad de Mauritania y limítrofe con el Sáhara Occidental. En las últimas semanas los subsaharianos que esperaban su viaje desde el Sáhara han cruzado hacia Mauritania a través del paso fronterizo del Guerguerat para partir desde la costa mauritana hacia Canarias. Las mafias marroquíes son responsables, además, del contrabando de droga y tabaco.

Marruecos, al que España cedió en 2023 zonas de rescate marítimo en un movimiento que las ONG han criticado porque pone en riesgo la vida de los migrantes, asegura haber frustrado hasta el pasado noviembre la salida de 64.500 migrantes indocumentados y haber socorrido a 15.000 en el Atlántico y el Mediterráneo (frente a 70.781 intentos frustrados y 12.500 personas socorridas en el mar en 2022), la mayoría de ellos subsaharianos.