Debía ser la primera incursión de Marruecos en el territorio más noble del ámbito universitario español, pero el revuelo que provocó su presentación y los cambios que se han producido en los últimos meses en la dirección de la Universidad de Salamanca han causado su parálisis. La cátedra Marruecos apadrinada por la embajadora alauí en Madrid está oficialmente congelada.
Así lo trasladan a El Independiente fuentes de la institución salmantina. "Le confirmamos que no hay ninguna actividad vinculada o impulsada desde la cátedra mencionada, tampoco hay previsión de programar ninguna actividad", avanzan desde la universidad a pregunta de este diario.
Polémico lanzamiento
El pasado julio este diario informó de la puesta de larga de la cátedra con el beneplácito directo de la embajadora marroquí en Madrid, Karima Benyaich, y la Real Academia de Marruecos, un ente dirigido desde el Palacio real. La ausencia de libertad de cátedra en el país vecino y la persecución que han sufrido algunos de sus profesores provocaron controversia y el asunto se llegó a abordar en el último consejo de gobierno previo al parón estival. Por el aquel entonces rector Ricardo Rivero insinuó incluso que el revuelo se debía a una malinterpretración de los periodistas que habían cubierto el asunto.
Se refería así a las polémicas declaraciones vertidas a este diario por el Rachid el Hour, catedrático de la universidad salmantina y director de la recién instituida cátedra que defendió la marroquinidad del Sáhara Occidental, el último territorio de África pendiente de descolonización en el marco de la ONU. "La mayoría de la población española desconoce los logros y éxitos que ha conseguido Marruecos en sus relaciones con el África subsahariana y el mundo árabe e islámico. Es una potencia económica en África", alegó. Uno de los cometidos de la cátedra era promover una imagen positiva del régimen alauí entre la opinión pública española.
No hay ninguna actividad vinculada o impulsada desde la cátedra mencionada
Al lanzamiento del proyecto, celebrado en Madrid, acudieron el pasado verano la directora de Casa Árabe, Irene Lozano, ex diputada socialista y estrecha colaboradora de Pedro Sánchez designada por el ministerio de Asuntos Exteriores español, así como Driss Dahak, miembro de la Academia del Reino de Marruecos y Mohamed El Ferrane, director de la Biblioteca Nacional del Reino de Marruecos.
La cátedra debía arrancar durante este curso académico con una serie de actividades y un presupuesto inicial de 12.000 euros. Según el proyectó, “estaría dedicada a estudiar, analizar y debatir España y Marruecos como espacio unido por lazos de historia, cultura y civilización, no sólo por lo que representa Al Ándalus para las dos partes, como patrimonio humano común, sino también por todo lo que esto conlleva en términos históricos, sociales y culturales”.
Pero ahora, a punto de concluir el curso académico, la Universidad de Salamanca asegura que no tiene intención de impulsar el proyecto de cátedra. Su parálisis coincide con las turbulencias que ha vivido la propia institución en los últimos meses. A principios del pasado marzo Rivero presentó su renuncia alegando querer volver a la docencia y la conveniencia de que un nuevo rector liderara el proceso de elaboración de unos nuevos estatutos adaptados a la reciente Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU). La institución sigue sumida en la sorpresa. El único candidato a rector, Juan Manuel Corchado, está a punto de suceder a Rivero a pesar de las informaciones que han develado que durante años hincó su currículum.
Apuesta del Gobierno central por impulsar la cooperación
La ausencia de avances en el desarrollo de la cátedra resulta aún más llamativa en una coyuntura marcada por la nueva era de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Los ministerios que se ocupan de la educación superior a sendos lados del Estrecho han celebrado en los últimos meses reuniones de trabajo para fortalecer los intercambios. Así, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Centro Nacional de Investigación de Marruecos (CNRST) acaban de firmar un acuerdo de colaboración para lanzar convocatorias de proyectos de investigación conjuntos y reforzar la relación entre ambas instituciones en ámbitos como la inteligencia artificial, las energías renovables o el medio ambiente.
El intento del Gobierno español de impulsar la cooperación universitaria con Marruecos contrasta con la situación cada vez más precaria de la libertad académica intramuros Marruecos. “Las libertades académicas atraviesan su peor momento en Marruecos por la represión, que se ha extendido a todos los ámbitos”, confirmó hace meses Abdellatif el Hamamouchi, periodista de investigación y politólogo marroquí. “Hoy en día resulta difícil llevar a cabo investigaciones académicas en la universidad que traten cuestiones de gobernanza, distribución del poder y seguridad. Puedes ser objeto de despido si eres profesor universitario e investigas sobre estos temas, y esto es exactamente lo que le ocurrió a Maati Monjib, catedrático de Historia de la Universidad Mohamed V”, agregó.
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hace 10 meses
Totalmente de acuerdo con el comentario anterior, a eso se suma que Marruecos no es realmente un amigo de España, para nada.
hace 10 meses
Excelente noticia de una congelación que ojalá se convierta en definitiva.
No puede ser que una Universidad española se convierta en marco privilegiado para promocionar un Sáhara que no es un territorio marroquí sino un territorio no autónomo que Marruecos «ocupa ilegalmente, pero no posee.
El mero hecho de que la no nacida cátedra contara como madrina con la embajadora Karima Benyaich, de nefasto recuerdo por sus palabras durante la invasión de Ceuta, y que contara con el aval y el apoyo del Gobierno marroquí y de quienes en España defienden sus intereses expansionistas, habla muy claro de lo que se podía esperar de la susodicha cátedra.
Está muy bien que los países mantengan buenas relaciones culturales y educativas, pero España no debe hacerlo con un país que no respeta la libertad de cátedra y que convierte cada actividad en la que participa en un intento desaforado de mostrar ante el mundo que el Sáhara Occidental le pertenece, y eso es algo que va en contra del Derecho Internacional, de la propia Historia del territorio y, sobre todo, de los derechos reconocidos del noble pueblo saharaui.