Ha sobrevivido para contar su lucha personal contra el coronavirus y la batalla que libramos entre todos contra la pandemia. El jurista Antonio Garrigues Walker (Madrid, 1934) ha superado el Covid-19 y ahora está inmunizado. La experiencia le ha llevado a reflexionar sobre las lecciones que deberíamos aprender sobre esta inesperada pandemia y las plasma en Sobrevivir para contarla. Una mirada personal a la pandemia y al mundo que nos deja (Deusto), un ensayo escrito en colaboración con Antonio García Maldonado.

"Me alegro de haberla tenido para no volver a tenerla. Me da tranquilidad. Lamento mucho que haya tanta gente a la que le ha afectado tanto este maldito virus", señala Antonio Garrigues Walker, que nos recibe en la sede del despacho de abogados que fundaron su padre, Antonio Garrigues Díaz-Cañabate y su tío Joaquín. Confiesa que no tuvo miedo, pero que respeta profundamente a quienes tienen miedo de esta enfermedad que nos ha trastocado tanto.

Garrigues Walker fue presidente ejecutivo de la firma de abogados desde 1961 hasta octubre de 2014. Ahora es presidente de honor y está a cargo de la Fundación Garrigues y de la Cátedra Garrigues de Derecho Global en la Universidad de Navarra. "No creo que haya que jubilarse. Lo mejor es cambiar de actividad", afirma a una prudente distancia por las precauciones necesarias en pandemia.

Le sorprende todavía que haya quienes todavía, a pesar de los trágicos balances diarios, no actúan con responsabilidad y lamenta que los líderes europeos, salvo Angela Merkel, hayan carecido de liderazgo a la hora de afrontar esta crisis. En el caso español además hay que sumar una falta de voluntad de entendimiento.

En su ensayo trata de explicar cómo la pandemia ha reflejado cómo es nuestro mundo, ha acelerado tendencias ya existentes y nos ha dado una lección de humildad a los seres humanos que habíamos olvidado que somos "seres biológicos", un hecho que "tiene su belleza, aunque tenga sus riesgos".

Lección de humildad y de superación

"En la vida hay riesgos. Llevábamos una larga época sin pandemias y de repente nos hemos dado cuenta de que las pandemias existen. Eso lleva consigo una lección de humildad para la ciudadanía y otra de superación. Lo que hemos de hacer es afrontarla. Nadie duda de que la venceremos. No sé cuándo porque el virus es poco conocido y, al parecer, poco controlable", explica mientras toma un café descafeinado.

Nadie duda de que venceremos al coronavirus. No sé cuándo, pero lo haremos... Soy positivo por obligación moral"

Las vacunas son la gran esperanza. Si ofrecen la solución que necesitamos, augura que se producirá una gran euforia que puede llevar a un crecimiento económico y una mejora social. Antonio Garrigues Walker se declara positivo por obligación moral.

"Ser pesimista es demasiado fácil. No se puede estar anunciando catástrofes continuamente... Casi es mejor que nos haya sorprendido, no podíamos estar dos años anunciando que esto iba a suceder", afirma con un tono pausado, propio de alguien para quien la reflexión es un hábito.

Democracias y autocracias en pandemia

En su ensayo, Garrigues Walker plantea una de la cuestiones más recurrentes desde que estalló la crisis originada por la propagación del nuevo coronavirus o Covid-19. ¿Son más competentes las democracias liberales a la hora de acometer un desafío así o las autocracias como es el caso de China? Precisamente fue en un mercado de Wuhan, una localidad de la provincia china de Hubei, donde comenzaron los primeros focos.

El trasfondo es la bipolarización del mundo de mañana, donde libran una nueva versión de guerra fría entre Estados Unidos, una democracia liberal, renacida ahora como tal con Joe Biden al mando, frente a China, una autocracia nacionalista. La batalla se libra en el campo de la tecnología.

Los regímenes democráticos son más capaces de afrontar estas crisis porque hay más avances culturales y científicos"

¿Quién lo ha hecho mejor con la pandemia? A juicio de Garrigues Walker, "lo importante es la libertad y la democracia, y las democracias siempre son más eficaces. Los regímenes democráticos son más capaces de afrontar estos temas, porque hay más avances culturales y científicos. El ejemplo chino hay que interpretarlo bien y hay que tener cuidado de que no se convierta en ejemplo". Al contrario, Garrigues Walker confía en que "a medida que los avances científicos y tecnológicos se generalicen en un país como China mayor será la demanda de libertad".

Políticos cortoplacistas

Aún así, los gobiernos democráticos occidentales han cometido fallos en la gestión de la pandemia, debido fundamentalmente a la falta de liderazgo, según el jurista. "Los dirigentes europeos no han ejercido el liderazgo que reclaman cuestiones así. No podemos pedir a los políticos que tengan solución para todo, pero la ciudadanía europea habría agradecido que en sus países hubiera aparecido un líder que reconociera el problema y su esfuerzo por buscar soluciones, y demandara responsabilidad. Eso no lo he visto. Ha llegado el momento de que los líderes políticos se pongan al frente de la manifestación, pero tienen miedo de que este tema los dañe políticamente y por eso andan con ambigüedades poco recomendables", afirma el jurista, quien solo salvaría a la canciller alemana, Angela Merkel.

"Ha sido uno de los líderes políticos más importantes que ha tenido el mundo en las últimas décadas. Lo ha hecho bien. Ha salido tantas veces como ha sido necesario. No ha habido liderazgo político valiente, solo han buscado cómo evitar que les afecte políticamente. Lo digo por toda Europa", añade, a la par que comenta cómo las mujeres ejercen el poder de otra manera, con voluntad de resolver problemas, no por el mero ejercicio del poder. Uno de los aspectos más positivos del mundo de hoy, a su entender, es precisamente la gran presencia de las mujeres en la política, la economía, la sociedad, la cultura...

Los políticos han de darse cuenta de que la ciudadanía no quiere que haya una utilización maniquea de la pandemia. Quiere unidad y no sectarismos"

En el caso español, lo más grave es la falta de consenso. "En este tipo de temas los políticos han de darse cuenta de que la ciudadanía lo que quiere es que no haya utilización de maniquea de la pandemia. La ciudadanía no agradece estas actuaciones. Agradeceríamos la unidad de todos los partidos políticos y que no haya sectarismos".

En una cuestión como esta pandemia, la polarización desconcierta a la ciudadanía. La división crea más incertidumbre. "No sé cómo no lo entienden los políticos. La democracia consiste en convivir en desacuerdo. Unidad es lo que pedimos a los partidos políticos cuando hay vidas en juego", dice el autor de Sobrevivir para contarla.

La relevancia de la relación atlántica

Confía plenamente en que el fondo de recuperación, que es totalmente necesario, se ponga en marcha. Cree que es una noticia buenísima. "El problema de Europa es que no genera una voz única, pero que en este tema haya una voz única es estupendo", dice Garrigues Walker, quien subraya cómo no se puede ceder ante Hungría y Polonia, los dos países menos democráticos de la Unión Europea. Sugiere que en un tema como este habría que eliminar el derecho de veto.

Si funciona bien la relación atlántica, funciona bien todo. Será clave también para combatir la pandemia"

Mitad estadounidense por parte de madre, hijo de embajador en Washington, Garrigues Walker ha estado muy pendiente de las recientes elecciones en Estados Unidos y se felicita de que Donald Trump no vaya a seguir en la Casa Blanca a partir del 20 de enero de 2021. "Una reelección de Trump habría sido muy malo para el mundo. Le traía sin cuidado la relación atlántica. Ahora Biden quiere que EEUU tenga un liderazgo en el mundo, y cree en la relación atlántica, que es en mi opinión la más importante que hay en el mundo. Si eso funciona, funciona bien todo. Y será clave también para combatir la pandemia. Es una relación que beneficia a los dos lados".

Garrigues Walker es un liberal por antonomasia. Intentó, junto a su hermano Joaquín, fundar un partido liberal en España, pero no tuvo éxito. En realidad, nos recuerda cómo los partidos liberales, salvo en Alemania en la época de Hans-Dietrich Genscher, tienen poco recorrido. ¿Por qué? Porque uno no puede ser un poco liberal, hay que serlo del todo.

El liberal no tiene soluciones para siempre. La dificultad es que uno ha de ser liberal en todo: no basta con creer en la libertad de mercado"

"El liberalismo siempre ha sido la ideología más progresista. Pero se insiste en la responsabilidad individual y se exige una capacidad crítica fuerte. Otras ideologías te dicen lo que hay que pensar. El liberal no tiene soluciones para siempre. La dificultad es que uno ha de ser liberal en todo: no basta con creer en la libertad de mercado, también en la libertad cultural, libertad de expresión... supone un gran esfuerzo mental", afirma el jurista, quien también está muy preocupado por el cambio climático.

Para Garrigues Walker, "es fundamental atender a los más vulnerables o se va a generar un fenómeno de involución social. Es una lección que no aprendemos del todo. De lo que se trata es de llegar a una mayor igualdad, pero en España, en muchos países europeos, y sobre todo en EEUU, hay una gran desigualdad. Los mejores ejemplos son los países nórdicos, donde la desigualdad es menor".

Vamos hacia un mundo en el que la economía será digital y estará regido por la tensión entre China y Estados Unidos, un mundo en el que habrá cada vez menos certezas, como nos ha demostrado este convulso 2020.

"Esta pandemia nos obliga a reaccionar y a repensar nuestros valores. Como siempre pasa desgraciadamente, las pandemias afectan más a los más vulnerables, a quienes tienen menos capacidad de protegerse. Debería servir para demostrarnos como sociedad que podemos ayudarnos unos a otros. Si te proteges tú, proteges a los demás. Y si los demás se protegen, te protegen a ti. Esa solidaridad recíproca está llena de grandeza y nos tendría que motivar a todos". Son muchas las lecciones que nos ha dado Antonio Garrigues Walker.