Desde principio de año existe un tono positivo en el discurso generalizado de los profesionales de la inversión. Y lo cierto es que no nos faltan motivos;  las economías tienen pinta de acelerarse, hay muchas expectativas puestas en el plan de estímulos anunciado por el nuevo presidente de EEUU, volvemos a ver crecimiento en las estimaciones de beneficios empresariales, la recuperación del sector financiero, etc.

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