Ganó Emmmanuel Macron. Al final, el candidato de centro se impuso a Marine Le Pen al alcanzar el 23,75% de los votos frente al 21,53% de la candidata ultranacionalista. Los representantes de dos partidos no tradicionales, el Frente Nacional y En Marcha! competirán en la segunda vuelta dentro de quince días.
Los partidos históricos, Los Republicanos y el Partido Socialista, no estarán en la votación para saber quién será el próximo presidente de la República, pero Europa respira tranquila porque Macron -un europeista convencido- ya ha recibido el apoyo de François Fillon (el gran perdedor de la jornada) y también del candidato socialista Benôit Hamon, lo que le garantiza una victoria segura frente a la candidata de la extrema derecha el próximo 7 de mayo.
Jean-Luc Mélenchon, de extrema izquierda, ha logrado un buen resultado -un 19,6%-, obteniendo el apoyo de un gran número de jóvenes, pero insuficiente para ser una alternativa de poder, de momento.
Los franceses le han dicho no a los viejos partidos, sobre todo a los socialistas (Hamon se ha quedado en un raquítico 6,35%), pero no se han echado en manos de los antisistema. Macron es incluso más pro europeo que Fillon y, de hecho, era el candidato favorito de Bruselas. Con este resultado se aleja el peligro de ruptura de Europa, cosa que hubiera sido posible si Le Pen hubiese logrado una victoria arrolladora o Mélenchon hubiera conseguido colarse en la segunda vuelta.
Se da por seguro que Macron será el próximo presidente de Francia, pero nadie sabe con seguridad qué ocurrirá en las elecciones legislativas del próximo mes de junio. El sistema a dos vueltas deja abiertas todas las posibilidades. No hay que olvidar que el Frente Nacional -con un 20% de los votos- tan sólo cuenta con dos representantes en la Asamblea.
Ha nacido una estrella: Emmanuel Macron, que, con sus políticas de centro, ha logrado derrotar a los partidos tradicionales de derecha e izquierda.
Por otro lado, la derrota de Fillon, acosado por los casos de nepotismo, abre una crisis de liderazgo en el partido heredero del gaullismo de la derecha francesa. Aunque el más dañado por lo que ha ocurrido este domingo ha sido el Partido Socialista, que ha quedado relegado al quinto puesto, muy lejos de los cuatro grupos que han logrado superar el 18% de los votos.
Ni en Holanda ni en Francia se han cumplido los augurios que apuntaban a una posible victoria del populismo euroescéptico. El proyecto europeo queda a salvo y en las elecciones del próximo otoño en Alemania todo hace pensar que Merkel puede volver a repetir su triunfo. Si el ganador fuese el socialdemócrata Martin Schulz la Unión Europea también saldría reforzada.
Seguramente, los mercados recibirán con alborozo los resultados en Francia y la mayoría de las cancillerías se felicitarán hoy por la sensatez de sus ciudadanos.
Ha nacido una estrella: Emmanuel Macron. Un político de centro, joven, con experiencia de gobierno, que ha apostado por el "patriotismo frente al nacionalismo", y con propuestas similares a las que ofrece Ciudadanos. Pero, a diferencia de lo que ha ocurrido en Francia, aquí Albert Rivera no pudo desbancar ni al PP ni al PSOE.
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