Que el PSOE va a ganar las próximas elecciones generales es algo que nadie duda a estas alturas. Es más, la contención declarativa de sus dirigentes se debe a dos factores. Uno, que la seguridad absoluta en la victoria socialista -que tiene casi toda la población- acabe por generar una abstención que perjudique sus magníficas perspectivas actuales. Y dos, que aun alcanzando los más de 130 diputados que le aseguran sus propios sondeos, le sea imposible al equipo de Pedro Sánchez cerrar un pacto con Podemos, incluso sumando al  PNV, que le asegure la investidura.

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