El fútbol con Rajoy me lo imagino como un futbolín. El presidente de madera dejaba una política de madera y haría también un fútbol de madera, rígido, quieto y español como un as de bastos, y con los goles sonando a tragabolas. Aunque quizá sea el fútbol más puro aquí, el fútbol mirón y acachiporrado. Parece una broma, pero Rajoy podría ser candidato a presidir la Federación Española de Fútbol, y a mí me parece el candidato ideal porque aquí el fútbol va solo, como creía Rajoy que iba la política. Rajoy podría hacer por fin el arriolismo perfecto, gobernar sobre cosas inevitables sólo contemplándolas, como el rey de todos los peñistas de España.

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