Hay que reconocerle a Pablo Iglesias que ha trabajado intensamente para servirle en bandeja a Pedro Sánchez los 188 votos con los que ha sacado adelante los Presupuestos. Le ha hecho el trabajo sucio de pactar con los separatistas de ERC y los proetarras de Bildu una serie de cesiones cuyo coste político habría sido de difícil digestión para los votantes habituales del Partido Socialista pero que al líder de Podemos no le supone ninguna merma en su perfil político sino, al contrario, él cree que le benefician de cara al futuro.

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