Sé que el título de esta pieza puede resultar provocador para algunos, pero la detención, -¡al fin!-, del prófugo de la justicia española Carles Puigdemont suena, o al menos a mí me lo parece, exactamente a eso, a una jugada estratégica para recuperar el protagonismo perdido tras la reunión de la mesa de diálogo del pasado 15 de septiembre entre el Gobierno de España y la Generalitat. Una mesa en la que no estaba presente Junts, como tampoco está presente en la escena diaria.
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