Alguien podría decir “¿qué le ha dado a Clapton?”, pero demostraría no conocerle. En pocos días hemos asistido a varias polémicas que relacionan el sagrado y milenario arte de la música con los asuntos de la pandemia. Por un lado hemos tenido a Neil Young y su amenaza de retirada de Spotify, que consiguió que la plataforma ponga en cuarentena cualquier información sobre Covid, aunque vengan de Joe Rogan, el podcaster más escuchado del mundo. Pero la que nos lleva a escribir sobre uno de los mejores guitarristas de la historia es que 'mano lenta Clapton' aprovechó su posición para lanzar consignas sobre vacunación. En concreto aseguró que estamos siendo víctimas de hipnosis masivas para vacunarnos a través de mensajes promocionados en los medios. Nada menos. Ya puso música a esta idea en agosto y la lanzó con el nombre de This Has Gotta Stop (Esto tiene que parar).

Contexto: el pequeño Eric se crio en una enorme mentira. Durante toda su infancia fue convencido de que sus abuelos eran sus padres. La conspiración entre familiares y amigos tuvo que durar muchos años. A partir de ahí, apaga y vámonos. Su madre, Patricia, tenía tan solo 16 años cuando le trajo al mundo en 1945 por obra y gracia suya, y de un soldado canadiense de 24 años. A los 9 de edad, le salió a nuestro gran guitarrista una hermana, que con el tiempo descubriría que se trataba en realidad de su madre. No es necesario ser psicólogo diplomado para saber que nuestro protagonista ha de estar hipersensibilizado con la idea de que un poder superior le cuente una milonga.

No es necesario ser psicólogo diplomado para saber que Clapton ha de estar hipersensibilizado con la idea de que un poder superior le cuente una milonga

Añadamos que públicamente y en sus memorias de 2007 ha dado las gracias a un famoso grafiti en Londres durante los años 60 con la expresión "Clapton es Dios". Por lo visto él nunca lo vio, pero le reafirmó por darle "el tipo de estatus que nadie podía manipular". - ¿Alguien ha dicho “manipular”? - Más tarde se descubrió que esta acción no se debía a sus fans, sino que fue cosa de un agente con interés en encontrar nuevas formas de promoción. Pero el mensaje estaba dado.

Cortarse, nunca se ha cortado mucho. No viste demasiado estrafalario y puede parecer un remanso de paz, pero ya en agosto de 1976, en un concierto en Birmingham, Eric apoyó abiertamente las propuestas anti inmigración de Enoch Powell, un político conservador al que siempre llamó “valiente”. No existe grabación de aquella noche, pero sí parece cierto que se le escuchó pedir que Inglaterra no se convirtiese en una “colonia negra”. También tuvo que pedir disculpas más tarde por la forma que encontró de hablar de otras razas.

Ha tenido que sentar mal en algunos círculos sus declaraciones, porque de pronto se está recordando desde algunos medios ingleses que reconoció ante el The Sunday Times que "hubo momentos en los que simplemente tenía relaciones sexuales con mi esposa por la fuerza y pensaba que ese era mi derecho", en referencia a su adicción al alcohol. Puede llamar la atención que alguien que vive en mansiones en los mejores lugares del planeta, rodeado de una de las mejores colecciones de Ferrari del mundo, y con una vastísima colección de arte decorando sus paredes, pueda montar en cólera mundial