El próximo lunes Vox presentará en el Congreso la moción de censura contra Pedro Sánchez que propone al economista y ex líder comunista Ramón Tamames como candidato... a presidente del Gobierno.

En octubre de 2020 Vox presentó otra moción de censura en la que el candidato era Santiago Abascal, líder del partido. Sólo obtuvo 52 votos, los mismos que el número de sus diputados. ¿Qué ha pasado en los últimos dos años para que Vox cambie a Abascal por Tamames? ¿Acaso el ex líder del PCE va a cosechar más apoyos de los que en su día logró el jefe de Vox? La única explicación para repetir una iniciativa condenada al fracaso es que Vox necesita atraer la atención pública como sea para evitar que el PP siga creciendo, en parte, porque muchos de los votantes del partido liderado por Abascal están dispuestos a volver a votar al PP, como muestran la inmensa mayoría de las encuestas.

No se trata de una moción para desgastar al Gobierno, como la que presentó, aún a sabiendas de que la perdería, Felipe González contra Adolfo Suárez en 1980. En esta ocasión la moción se presenta en realidad contra Alberto Núñez Feijóo, y ha sido recibida con alborozo tanto en el PSOE como en Moncloa. Es la primera vez en la historia de nuestra democracia que una moción de censura se presenta para desgastar al líder de la oposición.

Es una burla para nuestro sistema parlamentario que un mecanismo tan excepcional como es el de la moción de censura se plantee por parte de un grupo político con el único fin de generar polémica y favorecer a sus inmediatos intereses electorales. No hay que olvidar que el debate sobre la moción se celebrará a las puertas de las elecciones municipales y autonómicas y que la presidenta del Congreso utilizará su capacidad para fijar la fecha del mismo para situarlo en el momento en el que más le interese al presidente del Gobierno.

Tamames es un reputado economista que jugó un papel destacado durante la transición, al ser uno de los hombres de confianza de Santiago Carrillo (secretario general del PCE). Ha evolucionado en su manera de pensar, algo a lo que todos tenemos derecho, pero mi impresión es que aún está muy lejos de algunos de los postulados de Vox. ¿Estaría dispuesto Tamames a defender las posiciones de Vox sobre el aborto... o sobre la desaparición de las comunidades autónomas... o sobre la inmigración? Me parece que no.

La espuria moción de censura tiene como fin desgastar al líder de la oposición. Que una organización secreta como El Yunque condicione a Vox con absoluta falta de transparencia hacen que el partido de Abascal sea poco recomendable como socio del PP

Sólo hay una cosa en la que seguro que Tamames y Abascal están cien por cien de acuerdo: su aversión a Pedro Sánchez. Lo que ocurre es que el camino que han elegido no debilita al presidente, sino todo lo contrario.

Tamames es un hombre intelectualmente capaz, que está muy por encima de la media de los 350 diputados que le escucharán desde sus escaños. Probablemente hará una intervención brillante, aunque a sus 89 años no se le puede pedir que tenga la capacidad como para aguantar horas y horas en la tribuna, lo que añade un punto de esperpento a una moción sin sentido.

Vox, no lo olvidemos, cuenta con 52 escaños y más de tres millones de votos. Es el tercer partido de España y no debería comportarse como un partido gamberro, sino como una formación que aspira a gobernar o, al menos, a hacer gobernable este país.

Santiago Abascal tiene en su haber la creación de un partido que le ha quitado al PP a sus votantes más conservadores. Probablemente, Abascal no sea un meapilas ni un homófobo, pero ha cedido en aspectos morales y religiosos ante unas organizaciones que, a cambio de marcarle la agenda en esos aspectos, le han prestado el apoyo de sus militantes masas.

Una de las denuncias más preocupantes de la ex portavoz de Vox en el Congreso, Macarena Olona, en su entrevista con Jordi Évole (al margen de las intolerables amenazas que ha sufrido en redes sociales) es la constatación de que El Yunque tiene un poder en la sombra en Vox mucho más importante del que se podía sospechar.

Como publicamos hoy en El Independiente, El Yunque es una organización secreta que exige a sus seguidores una fidelidad y un compromiso cerril que la convierten casi en una secta. Dicha organización, como una especie de vanguardia ultra, ha extendido sus tentáculos a otras asociaciones de carácter social que se distinguen por su aversión al aborto y por su rancio catolicismo. Personas ligadas a El Yunque han creado una red de medios de comunicación que, aunque con audiencias reducidas, lanzan continuas proclamas no sólo contra el Gobierno, sino contra los que se salen de sus estrictos criterios morales.

Vox creció en paralelo con el hundimiento del PP, a quien Abascal siempre ha calificado como la "derechita cobarde". Ha sabido aprovechar el ataque de una parte de la izquierda a las tradiciones (la caza, los toros, etc.) para asentarse sólidamente en zonas rurales. El miedo a una supuesta "invasión" de inmigrantes, las cesiones de Sánchez ante los independentistas y el apoyo parlamentario de Bildu al Gobierno de coalición han sido los ejes fundamentales de su acción política.

La cuestión es si este partido, homologable a algunos grupos de extrema derecha europeos, puede ser socio del PP en un futuro gobierno si Feijóo no logra, como parece seguro, obtener en las próximas elecciones más de 175 escaños.

Lo que ocurra el próximo 28 de mayo va a marcar la campaña de las elecciones generales. Si Feijóo quiere ganar el voto moderado y centrista de España tiene que rechazar los acuerdos con Vox, que, condicionado por sus satélites ultramontanos, va camino de convertirse en un partido antisistema.